Lunaicy.Los días pasaban tan rápido que me sentía abrumada. Quisiera que, al igual que el tiempo volaba, mi madre pudiera abrir los ojos y ver que ese hombre no era para ella. Pero claro, los sentimientos no se eligen, ¿verdad? Entiendo que tiene derecho a ser feliz, pero desde que lo vi, algo no me cuadraba. Lo siento, pero no confío en él. No puedo explicarlo bien, es más la forma en la que me mira. Hay algo inquietante, algo que me pone nerviosa. ¿Es que lo imagino o en verdad me observa como un pervertido? No lo sé, pero esa incomodidad está ahí, constante, como una sombra.Lo peor de todo es que ahora quiere llevarnos lejos de aquí, lejos de todo lo que conocemos. No puedo aceptarlo. Siempre hemos estado juntas, y Marta, los vecinos de la cuadra, crecimos aquí en este vecindario. No necesitamos irnos. Ella jamás quiso estar aquí de verdad, mientras trabajaba apenas pasaba tiempo en casa, y cuando lo hacía, dormía. Su trabajo la tenía viajando de un lado a otro, y solo venía los
Leer más