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Todos los capítulos de Arrebatada Pasión : Capítulo 11 - Capítulo 15
15 chapters
11. ~ Insultos.
Lunaicy Al día siguiente regresé a casa. Le pedí a Federico que me dejara en la esquina, no quería que nadie lo viera conmigo. Eran más de las ocho de la mañana, y sabía que este día sería crucial. Algo dentro de mí lo presentía, pero no estaba preparada para enfrentarlo, mamá estará muy furiosa conmigo, esta vez me comparte como una Rebelde.Toqué el timbre varias veces, y cuando la puerta se abrió, ahí estaba él, el idiota de mi padrastro.—Buenos días, por lo menos, Luna. Creo que estás empezando a ser un poco irresponsable, preocupándonos por ti mientras estás quién sabe dónde —dijo con su habitual tono sarcástico.Lo miré con desprecio y entré sin decir una palabra.—¡Luna! ¿Cómo es posible que llegues a esta hora? —gritó mi madre desde la sala.Cerré la puerta tras de mí y me dirigí hacia ella. Estaba sentada en el sillón, con los brazos cruzados y una expresión que no presagiaba nada bueno.—Lo siento, madre. Estaba con una amiga —respondí con calma, aunque por dentro sabía qu
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12. ~ No tenía idea de las intenciones de ese hombre.
LunaicyNo lo podía creer. Mamá había cumplido con su palabra. La casa había sido entregada a los nuevos dueños mientras nosotros esperábamos en el auto. Desde la ventanilla, vi cómo mamá entregaba los papeles, firmando el final de nuestra vida en ese lugar. Marta, nuestra fiel empleada y casi una segunda madre para mí, me acarició el cabello, intentando consolarme. Mi hermanita Estrellita, sentada junto a mí, bajó la cabeza en silencio, evitando mirarme a los ojos. Y luego estaba Gabriel, mi padrastro, con esa sonrisa de satisfacción que me hervía la sangre. ¿Cuál era su plan? ¿Qué pretendía mamá al vender nuestra casa y llevarnos lejos de todo?No dejaba de llamar a papá, pero no contestaba. No sabía nada de él desde hacía meses y su ausencia pesaba en mi pecho. Lo necesitaba ahora más que nunca. No quería mudarme a esa mansión. Pero, ¿qué opciones tenía? No trabajaba, apenas estudiaba en la universidad, y no tenía adónde ir. Intenté llamar a Federico, el único refugio que sentía qu
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13.~ Obsesión.
Gabriel.Entré a mi habitación y me quedé mirando el jardín. Las luces del atardecer pintaban un cuadro perfecto. Pasé una mano por mi barba, que empezaba a marcarse más con el tiempo, y sonreí para mí mismo. Todo iba según mi plan. Ahora las tenía aquí, bajo mi techo, y nada ni nadie podría alejarlas de mí. Miriam había sido una ingenua al aceptar traer a sus hijas a esta casa. Una madre preocupada por darles un mejor futuro... pero no sabía que había traído a sus pequeñas directamente a las fauces del lobo.Mis pensamientos se detuvieron en Luna. Esa pequeña fiera me tenía obsesionado. La había observado durante meses, desde que Miriam, en su torpeza, me mostró una foto de ella. Fue entonces cuando supe que haría cualquier cosa para tenerla. Primero, claro, debía ganarme a su madre, enamorarla más de lo que ya estaba. No voy a mentir: Miriam es una mujer apasionada, y en la cama no tiene rival. He disfrutado nuestras noches juntos, aunque me lleve algunos años. Pero ella no es más qu
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14 ~ Frustrado.
FedericoEstaba fuera de mí. Quería romper todo a mi alrededor. ¿Cómo era posible que Luna se hubiera ido sin siquiera avisarme? Apenas me di cuenta de que dejó el vecindario y no tuve más que deducirlo por los rumores. No hubo una llamada, una explicación, nada. Fui un idiota al pensar que podía tener una relación con ella, que había alguna esperanza para nosotros. Pero no. Prefirió irse lejos, dejarlo todo atrás, antes que quedarse en su hogar, en su barrio, cerca de mí.No lo podía creer. Me encendí un porro para calmar el torbellino en mi cabeza, pero ni la marihuana lograba apaciguar el enojo. Me quedé mirando a Jamileth. Ella bailaba, sensual, despreocupada, como si el mundo no importara. Nunca había sentido algo similar por otra mujer, no como lo que sentía por Luna. Sin embargo, era claro que a ella no le importaba lo nuestro. A decir verdad, supongo que su madre tampoco habría permitido una relación entre nosotros. Tal vez yo no era suficiente para ella, o tal vez lo sabía des
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15. ~ Controlada por mi madre.
LunaicyEl nudo en mi estómago se hizo más fuerte cuando mi madre entró a mi habitación. Apenas colgué la llamada de Federico, ella se quedó mirándome con una mezcla de reproche y algo más difícil de descifrar. Me quito el teléfono pero no sin antes soltar lo que parecía ser una orden disfrazada de consejo:—Dile que terminas con él. Hazlo ahora.Quise replicar, pero su tono no dejaba espacio para discusión. No sabía siquiera si tenía algo serio con Federico, pero el hecho de que mi madre lo creyera suficiente como para intervenir me hizo sentir pequeña, impotente. Me entrego el teléfono y tuve que hacerlo. Con un suspiro entrecortado, marqué su número y terminé la conversación de manera brusca. —Esto es lo mejor— pensé, pero mi mente estaba dividida. Por un lado, quería seguir con mi vida, enfocarme en mis estudios, encontrar una salida de este infierno. Por otro lado, quería buscar a mi padre, decirle que viniera por mí y por mi hermanita Estrella, porque cada minuto en esta casa er
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