Todos los capítulos de Doble tentación: Entre el CEO y el Cruel Magnate: Capítulo 1 - Capítulo 10
14 chapters
1| Primer encuentro
Alison soltó un suspiro y apretó el dobladillo de su falda con nerviosismo, mientras observaba la gran avenida desde su asiento en el autobús. Ese día no era un día cualquiera, finalizaba su primera semana laborando para “Blackford & Associates” la mejor firma de abogados en el país, y ya la había sido asignada a su primer caso importante Mientras el autobús avanzaba, su mirada quedó perdida por un momento, mientras repasaba el caso del misterioso y temido magnate del casino, que era su primera gran oportunidad. Pero también podría ser su caída. «Concéntrate» pensó para sus adentros, mientras jugaba nerviosamente con el dobladillo de su falda, una prenda sencilla, formal, diseñada para proyectar profesionalismo. El hecho de que nadie hubiera logrado mantener a ese magnate como cliente no hacía más que aumentar la presión que ya sentía, sin embargo también la hacía dudar, no sabia si la habían asignado s ese caso para verla fracasar o para que demostrará que valía la pena. Ella era
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2| Una novata
Alison se movió con cuidado, disimulando el nerviosismo que le recorría el cuerpo al escuchar las palabras de Zander. Presionó sus dientes canalizando así las ganas que tenía de responderle de la misma forma grosera que él había utilizado.Zander la observó desde la altura, sus ojos la recorrieron con lentitud, y luego una sonrisa irónica se dibujó en sus labios. Como si estuviera seguro de que la joven frente a él no era lo suficientemente competente.—Seré claro, señorita Hale —declaró Zander, con una voz que destilaba arrogancia ante el mutismo de la abogada—. No tengo tiempo para charlas inútiles, así que sea breve. Quiero saber cómo piensa sacarme de este maldito problema —soltó mientras se alejaba un poco del ventanal y daba unos pasos hacía el escritorio. Quedando sin de pie, Pero más cerca. La crueldad en sus palabras hizo a Alison tensarse pero no dejó que sus emociones la dominaran. Estaba acostumbrada a lidiar con esa clase de comportamientos, con personas que pretendían m
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3| El principio de una guerra
La mano izquierda de Alison se apretó en un puño mientras sus ojos apuntaban a Zander como dos dagas afiladas, estaba molesta, las ganas de levantarse de esa silla y abandonar el lugar, no sin antes gritarle todo lo que pensaba de él, la inundaban.Sin embargo, tenía que ser profesional, ella era consciente de que no encontraría otro empleo en una firma tan prestigiosa como lo era “Blackford & Associates” y no se podía dar el lujo de renunciar, no sin siquiera haberlo intentado.—Puede pensar lo que quiera de mí —replicó, controlando su tono de voz, mejor de lo que ella misma esperaba—, pero estoy aquí para salvar su maldito casino, le guste o no. Y para hacerlo, necesito que coopere —declaró presionando los dientes, sin retirar su mirada de la suya, sintiendo como el ambiente se volvía más denso.Zander la miró, y sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y perversidad. Dio un paso adelante, acercándose lo suficiente para que Alison pudiera percibir el aroma de su loción, un toq
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4| Conocer al CEO
Con pasos rápidos, pero controlados, Alison salió del casino. Su espalda estaba recta y mantenía la barbilla en alto. Como si las palabras de Zander no le hubieran afectado en absoluto. Sin embargo, cuando el frío aire de Nueva York acarició su rostro al cruzar las puertas de cristal, dejó escapar un largo suspiro que había estado conteniendo durante toda la reunión. El día había sido abrumador, pero no se permitiría ceder a la frustración en público. No todavía. No mientras aún estuviera tan cerca del territorio de ese hombre.Alison se dirigió rápidamente hacia la parada del autobús, observando cómo el vehículo ya estaba listo para partir. Apenas logró subir justo antes de que las puertas se cerraran tras ella. Alison se sentó junto a la ventana y apoyó la cabeza contra el cristal frío, exhalando de nuevo. Afuera, la tarde se comenzaba a tornar oscura. Solo habían pasado unas semanas desde que llegó a Nueva York, pero parecía una eternidad. Alison cerró los ojos por un momento, in
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5| Un tacón roto
Sentada en el borde de la cama, Alison estiró sus brazos mientras miraba el reloj sobre su mesita de noche. Aún tenía tiempo antes de tener que estar en la firma, pero la ansiedad que golpeaba su pecho la hizo levantarse antes de que siquiera los rayos de sol se asomaran por la ventana. Se levantó despacio, observando el entorno familiar del pequeño departamento que había alquilado al llegar a Nueva York. No era un lugar lujoso, ni mucho menos. Las paredes mostraban los años que llevaba sin ser renovado, y los muebles, aunque funcionales, tenían un aire desgastado. Apretando los labios, Alison caminó hacia el armario donde colgaba su limitada selección de ropa profesional. Deslizó los dedos por los colgadores hasta detenerse en su conjunto favorito que contaba de una falda negra de talle alto y una chaqueta a juego. No eran prendas de marca ni tenían la calidad de los trajes que usaban otros abogados de la firma, pero le quedaban bien. Le daban la apariencia pulida que necesitaba
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6| El hombre arrogante del casino
Alison se levantó de su escritorio cuando vio a Travis subir al elevador, caminó por los pasillos de la firma, consciente de cada paso que daba. Su tacón seguía tambaleándose con cada pisada, mientras ella apretaba la mandíbula esperando que nadie la viera, hasta que, a unos metros de la puerta del CEO, ocurrió lo que más temía, el tacón cedió por completo, haciéndola perder el equilibrio y tuvo que sujetarse del muro a su costado. «Maldición» dijo en su mente, cerrando un instante los ojos, odiando la idea de que tuviera que sucederle eso justo en ese momento.—¡No, no, no! —murmuró desesperada, manteniendo su pie apoyado en la punta del zapato. El tacón se había roto en el peor momento posible. El aire acondicionado helado la golpeaba, pero no podía moverse. «¿Qué se supone que haga ahora? ¿Entrar así a esa oficina? Es ridículo» pensó para sus adentros, sintiendo la presión de cada segundo que pasaba.Rápidamente, se quitó los zapatos y miró a su alrededor, tratando de encontrar un
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Deja vú
Como si su mente le jugará una pesada broma. Alison abrió sus ojos grandes, al observar lo que jamás cruzó por su cabeza, era él, era Zander. «¿Cómo es posible?» pensó mientras lo observaba con detenimiento. Su corazón empezó a latir con fuerza, y un torrente de pensamientos invadió su mente. «Zander... ¿Es él? ¿Qué está pasando aquí?» dijo para sus adentros. Sus labios se entreabrieron, incapaz de contener la sorpresa.—Usted... —susurró, con la intención de decir "Zander", pero el hombre la interrumpió antes de que pudiera terminar la frase.—Zane Blackford —formuló, su voz firme y segura llenando la habitación.Alison parpadeó, confundida. ¿Zane? No podía ser. Lo miró más detenidamente, buscando alguna diferencia, algo que le confirmara que no era el mismo hombre del casino. Sin embargo, todo en él le resultaba dolorosamente familiar. Su postura, sus ojos de un azul intenso... excepto por una cosa. El aroma. Era distinto. Alison aún recordaba la colonia que usaba Zander, ¿Cómo olvi
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Prioridad
Alison tragó saliva, sintiendo cómo una corriente de tensión pasaba por su cuerpo con cada palabra que salía de los labios de Zane. Había algo en su voz, una especie de seguridad que la hacía sentirse vulnerable, y a la vez, inexplicablemente atraída. Sin embargo, su rostro no mostraba esa dureza cruel que había visto en Zander. Aunque se parecían, Zane irradiaba una calma controlada, un tipo de poder que no necesitaba ser gritado, pero que se sentía con igual intensidad.—Para ser honesto, de todos los que fueron elegidos para este caso por su gran experiencia —continuó él, apoyándose en el respaldo de la silla—, jamás pensé que Zander te la elegiría a usted —soltó Zane. Sus palabras, aunque claras y directas, no sonaban ofensivas, al contrario de lo que Alison había sentido con Zander. Zane no buscaba intimidarla ni menospreciarla; simplemente parecía sorprendido por la elección de su hermano. Alison sintió que sus manos, apoyadas sobre su regazo, comenzaban a sudar. Desviando la mi
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9| Pollo frito
Al finalizar el día, Alison salió de la firma sintiendo como el aire fresco golpeaba su rostro. Dirigió su mirada a sus pies, observando los zapatos rojos que Hillary le había prestado, aunque bonitos, le estaban pasando factura. Caminaba con cuidado, pero el dolor en su talón era cada vez peor. Cuando finalmente llegó a la esquina de la calle, se detuvo y se apoyó en la pared de un edificio. Con una mueca de dolor, se quitó uno de los zapatos y vio una ampolla recién formada que había comenzado a sangrar un poco.—Fantástico —murmuró, con resignación.Pensó que sería mejor caminar descalza el resto del trayecto hasta su apartamento. Pero no podía dejar que la vieran de esa forma. Alison se colocó nuevamente los tacones, tratando de no apoyar mucho su pie en el suelo.Al fin, cuando llegó a su edificio, Alison tomó los tacones en su mano. Mientras avanzaba, sintiendo el frío del suelo bajo sus pies, en su mente rondaba la reunión con Zane Blackford como un eco constante. No podía saca
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10| Un conejo asustado
Alison colgó la llamada de Zander, suspirando mientras dejaba el móvil a un lado. Quería desconectar de todo lo relacionado con el trabajo, así que decidió cambiar de tema, mirando a Jessica con una sonrisa. —Bueno, ya basta de mí. Hablemos de ti. ¿Cómo va el mundo de la fotografía? —preguntó Alison mientras levantaba su cerveza para brindar. Jessica rió, chocando su botella con el de Alison antes de tomar un largo trago. —Oh, ya sabes, sigue siendo un caos divertido. Aunque sigo siendo la fotógrafa secundaria, por lo menos me dejan hacer algo más que cargar el equipo —inquirió encogiéndose de hombros. —¿Así que ahora puedes, no sé, al menos tocar una cámara? —bromeó Alison. Ella sabía que Jessica era buena y esperaba que pronto le dieran el reconocimiento que merecía. Jessica rodó los ojos, pero sonrió. —Sí, he ascendido a "persona que también ajusta las luces". Toda una mejora, ¿eh? Aunque, sinceramente, a veces pienso que me contrataron solo porque soy la única que no se quej
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