Raúl se aseguró de estar lo suficientemente lejos de la casa de Ana Laura para tomar su teléfono y llamar. Después de un par de tonos, el otro hombre al otro lado de la línea contestó.—Te tengo una actualización, hermanito, es algo triste pero bueno —dijo—. Ana Laura está embarazada. Pero tuvo un aborto espontáneo, al parecer eran mellizos. Aún sigue embarazada.Su hermano, al otro lado, suspiró profundo.—Entiendo —dijo—. De todas formas, quiero conocerla. Quiero hacerle la propuesta, sabes que la necesitamos. Y, a diferencia de su jefe, yo no quiero usarla.Raúl chasqueó la lengua.—Sí, no te hagas el tonto, hermanito, yo sé muy bien qué es lo que pretendes. Sé que necesitamos a Ana Laura para nuestra empresa, pero también sé de tus otras intenciones. Pero tranquilo, eso ya te lo estoy preparando. Ahorita ella no tiene novio y… —Tú no hagas tonterías. —Claro que no, lo que hago es todo para ti.—Ya deja de hacer de celestina. Yo no pretendo nada con Ana Laura, solo los negocios,
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