Tal vez fuera de agradecer que pasara la tarde tan ocupado. Habían llegado cuervos de mis tíos, anunciando que estarían en el castillo al día siguiente. Tuve que reunirme con mi primo Erwin, para asegurarme que él y su familia estaban listos para mudarse a la aldea, y me alegró saber que sus hijos de la primera camada, dos varones y dos mujeres, se disponían a acompañarlos con sus propias familias. Pasé varias horas con mi primo Flynn y con Fiona, cerciorándonos de que la columna de aprovisionamiento también estaba lista. Marla vino a verme con las sanadoras que nos acompañarían, y desde su lecho de convaleciente, harto de estar “postrado como perro viejo”, Milo se dedicó a inmiscuirse en todas mis actividades.En medio de aquella locura, recordé los rosales en el jardín privado de madre. Varios de ellos ya habían florecido, y me alegró descubrir una hermosa rosa blanca, porque Risa había dicho que eran sus favoritas.Mi pequeña estaba de picnic con Aine al otro lado d
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