—Hay muchas personas, ¿qué tan grande es la manada? —Kara apretó el brazo de Leif con aprensión. Pensaba que estaba lista para salir de la cabaña, pero ahora no estaba tan segura.—Lo suficiente para defendernos si tenemos un ataque —respondió él, sin mencionar una cantidad exacta—, sin embargo, hoy hay muchos invitados, no todos pertenecen al clan.Kara continuó observando a la multitud casi escondida detrás del beta. Mientras Darius no fuera hacia ella, tenía que mezclarse con los invitados, o eso le había informado un guerrero minutos después de haber salido de la cabaña. Kara se preguntaba qué asunto era tan importante que no le permitió recibirla. El alfa era el más interesado en celebrar cuanto antes la ceremonia, que no estuviera le daba desconfianza. No obstante, ella agradecía la demora, le daba tiempo a conocer un poco a las personas con las que iba a vivir a partir de esa noche. Sonrió cuando vio a la sanadora a unos pasos de ella rodeada de su familia, la mujer le hizo señ
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