Joseph estaba concentrado en su trabajo cuando recibió el correo de la Señorita Bouvier. Le sorprendió tanto que, tuvo que hacer a un lado los documentos que revisaba con cautela.Desde hacía un tiempo, había notado movimientos extraños en los ingresos y egresos de la empresa y, no obstante, Joseph creía que se trataba de un error contable, empezaba a intuir que algo más estaba ocurriendo detrás. Leyó al menos tres veces la respuesta de la señorita Bouvier y se levantó de la silla con un cosquilleo en la barriga que no logró dominar. Desde su posición, se acercó a la pantalla de su computadora otra vez e, incrédulo por lo que había leído, repasó en voz alta:Señor Storni, Me gusta el contacto físico y los mordiscos.“Oh, mierda, esto se pone bueno”. —Jugó su conciencia, tan feliz como Joseph, quien no sabía cómo interpretar dicha respuesta.Su mente se repletó de recue
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