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Todos los capítulos de Entre Amor Y Sombras: Capítulo 1 - Capítulo 10
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Capítulo 1
El invierno se había instalado firmemente en Nápoles, transformando la ciudad en un escenario cautivador lleno de calles angostas que se entrelazaban como un laberinto. Las farolas antiguas, con sus luces titilantes, arrojaban destellos dorados sobre los adoquines desgastados, creando una atmósfera de misterio y encanto.El aire frío se filtraba por las calles estrechas, envolviendo a los transeúntes en un abrazo helado. El vaho escapaba de sus bocas en pequeñas nubes de vapor, mientras caminaban envueltos en abrigos pesados, bufandas y guantes. La ciudad parecía susurrar historias olvidadas entre el crujir de las hojas caídas y el susurro del viento invernal. A medida que avanzaba la noche, las plazas de Nápoles cobraban vida con la suave luz de las farolas. Los rayos dorados brillaban sobre los adoquines húmedos y creaban sombras danzantes en las fachadas de los edificios antiguos. En medio de ese resplandor, la atmósfera se volvía aún más misteriosa y cautivadora.El invierno en Ná
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Capítulo 2
El hombre de la calle era Alessandro Lombardi, cuya reputación y carisma eran conocidos en toda Nápoles. De alguna manera, Valentina se sintió impulsada a salir y acercarse a él. Instintivamente, apretó su cámara y se adentró aún más en la penumbra. Él era alto y de mirada penetrante. Fue emergiendo de las sombras y el corazón de Valentina se aceleró, y una sensación contradictoria de miedo y curiosidad la invadió.Alessandro, con su traje oscuro y su aura de peligro, la observó detenidamente. El mundo pareció detenerse en ese momento, dejándolos a solas en una danza silenciosa. Sus ojos se encontraron, y algo se encendió en el interior de Valentina. Era como si estuviera conectada a él de alguna manera inexplicable.Sin embargo, la advertencia resonaba en su mente, sus instintos le recordaban que no debía acercarse demasiado. Pero la atracción era irresistible, y Valentina dio un paso cauteloso hacia adelante.Una vez en la calle, Valentina se acercó tímidamente. Alessandro la miró c
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Capítulo 3
En el corazón de esta antigua metrópolis, donde la belleza y el peligro bailaban un tango eterno, Valentina Rossi estaba perdida en un mundo de imágenes capturadas en papel.Su pequeño estudio se encontraba inundado de fotografías. Láminas en blanco y negro se mecían suavemente, colgando de hilos que cruzaban el espacio. Los ojos de Valentina, ágiles y voraces, devoraban cada imagen mientras su corazón latía al compás de la emoción.Había una foto en particular que siempre la transportaba a otro tiempo: una anciana con un pañuelo en la cabeza, sentada en la puerta de una vieja casa, con los ojos nublados pero llenos de historias. Valentina recordaba el día que la tomó; el aroma a café recién hecho y el murmullo de las conversaciones en italiano. Había algo en la mirada de la anciana que le hablaba de una vida vivida con pasión y valentía.En otra esquina del cuarto, una fotografía en color de un atardecer sobre el puerto de Nápoles acariciaba los sentidos con tonos de naranja, rojo y
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Capítulo 4
Los días se convirtieron en semanas, y las conversaciones fluyeron tan fácilmente como el vino en las noches tranquilas. Hablaban de arte, historia y la misteriosa dualidad de Nápoles. Valentina se encontraba hipnotizada por la forma en que Alessandro hablaba de su ciudad, con amor y un toque de melancolía.En uno de sus encuentros, caminaron juntos por el antiguo puerto. El aire salado mezclado con el aroma de pescado fresco y el sonido de las gaviotas creaba un telón de fondo perfecto para sus risas compartidas. Valentina sintió la atracción creciendo, un deseo indescriptible de conocer los secretos detrás de los ojos de él.Ya en la noche, Bajo el manto de las estrellas, Alessandro y Valentina pasearon por un animado muelle, donde pequeños carros de comida ofrecían delicias culinarias. El aroma tentador de la cocina italiana llenaba el aire, mezclándose con el sonido de la brisa marina y las risas de las personas que disfrutaban de la noche.Valentina se sentía emocionada y agradec
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Capítulo 5
Los dedos se flexionaban contra él mientras jalaba su cuerpo contra ella. Ella era suave y con curvas contrastando contra su cuerpo duro e implacable, sin hablar de lo duro que sentía su miembro en ese momento. Él se sentía consumido como nunca antes, y no quería nada más que quedarse horas en ese beso cargado de tantas promesas. Pero por mucho que quisiera ver a dónde iba ese beso, no podía. De manera que empezó a retroceder. Acarició sus hermosos labios hinchados y abrió los ojos. La mirada eufórica en su rostro: sus labios rojos e hinchados como si una abeja los hubiera picado, sus mejillas sonrosadas y la forma en que sus párpados revoloteaban, era una imagen que felizmente llevaría consigo a la cama esa noche. —Dios, tenía tantas ganas de hacer esto. Toda la noche no hice sino pensarlo, pero estaba tratando de ser cortés—le dijo a Valentina, que lo miraba con ojos vidriosos todavía por el beso. —Me alegro de que lo hayas hecho. Las palabras son suaves e infundidas de lujuria
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Capítulo 6
El rostro de Enzo anunciaba mas noticias y hasta Valentina pudo notarlo.   —¿sucede algo malo?   —Oh no querida, no es nada. Enzo tiene la particularidad de hacer entradas de ese tipo y con esa cara, todo el mundo teme inmediatamente que algo malo pase--comentó sonriendo, tratando de disimular.   Valentina lo miró directamente a los ojos—¿estás seguro?   —Por supusto. No hay nada de que preocuparse. Pero si me disculpas, voy a decirle algo a Enzo, y enseguida estoy contigo. Si quieres puedes seguir recorriendo el lugar y toma todas las fotos que quieras.   —¡Oh bien! dijo emocionada—me encanta esa idea.   —En unos minutos estoy contigo—mientras veía a Valentina alejarse para recorrer el lugar,Enzo se acercó y con total secretismo le comunicó las malas noticias.   —Alessandro, no tuve tiempo de decirte, pero encontramos algo. Romano 
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Capítulo 7
El yate estaba iluminado solo por delicadas luces de cuerda que daban un ambiente etéreo al lugar. Una pequeña mesa estaba preparada en la cubierta, adornada con rosas blancas y copas de cristal.   —Me siento como si estuviera en un sueño—, susurró Valentina, mientras Alessandro la guiaba hacia la mesa.   —Entonces, es un sueño del que no deseo despertar—, respondió él con una sonrisa. — ¿tienes hambre?   — ¡Oh sí, mucha!—dijo riendo.   —Entonces vayamos a la mesa—fueron hacia el comedor y Cenaron bajo las estrellas; mariscos frescos, pasta hecha a mano, y vino de las viñas de la familia Lombardi. Hablaron sobre todo y nada, mientras el mundo parecía desvanecerse a su alrededor.   Después de la cena, Alessandro se levantó y extendió su mano. — ¿Bailas?—, preguntó, y había una ternura en su voz que Valentina rara vez había escuchado.   La música flotaba a trav
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Capítulo 8
Suavemente,Alessandro la dejó en el suelo por un momento. Las piernas de Valentina se tambaleaban y su corazón se desbocó de emoción mientras lo veía desabrocharse la camisa y quitársela rápidamente con un movimiento fluido.   Sin la camisa, finalmente puedo mirar el ancho pecho y los planos duros y musculosos de su increíble físico. Él era perfecto. Hombros, pectorales y abdominales tan gloriosamente firmes que su boca literalmente colgó abierta. Este era un hombre que cuidaba su cuerpo en un gimnasio.   La miró durante varios momentos llenos de tensión sexual, luego sonrió la alcanzó, atrayéndola a sus brazos. Lentamente subió la parte inferior del vestido por sus piernas de manera lenta y sensual.   —Siento que he estado esperando por siempre esto—, su voz se abrió paso a través de la neblina sexualmente cargada en la mente de ella.   Sus ojos sostienen la miraban llenos de pasión y el corazón de
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Capítulo 9
Un rato después de todos los besos, él tomó su rostro entre sus manos—no tienes idea las ganas que tengo de hacerte mía. Pero quiero que sea mucho más especial que un yate. Al menos la primera vez entre nosotros, cara mía.   — ¡Dios! ¿Más especial que esta noche?—ella se echó a reír—vas a acabar conmigo o mejor dicho, con mi corazón.   —Quiero enamorarte—susurró en su oído y luego lo lamió haciendo que ella sintiera corrientazos por todo su cuerpo.   —Yo…colocó sus brazos alrededor de su cuello y le dio pequeños besos—ya estoy enamorada. --que curiiso que lo digas, porque yo siento lo mismo.                                                                                   ***** Cuando fin
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Capítulo 10
Al final de la tarde, cuando el aire comenzó a enfriarse, se encontraron sentados en un banco con vista al puerto. Las luces de los barcos parpadeaban y el murmullo de la ciudad les envolvía. Valentina, decidida, tomó la mano de Alessandro.   —Quiero conocer toda tu historia, Alessandro. Cuando estés listo para compartirla—, susurró.   Él la miró fijamente, con sus ojos azules como un mar embravecido. En su silencio, Valentina entendió que las verdades de Alessandro estaban envueltas en capas más profundas de lo que podía imaginar.   Alessandro apretó su mano. Su rostro, normalmente sereno, ahora parecía llevar el peso de mil tormentas. —Valentina, hay cosas que desearía poder decirte... pero no puedo, al menos no aún—, su voz era un murmullo tenso.   Los corazones de ambos latían al unísono, como si las corrientes del Mediterráneo los unieran en ese preciso instante. Ella se perdió en los ojos de Al
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