Cuando regresaron al comedor, Sentadas en la mesa estaban la abuela de Alessandro, Nonna Ilia, y su hermana menor, Vittoria. Los ojos de Nonna Ilia eran como los de Alessandro, oscuros y llenos de misterios, mientras que Vittoria era una versión más joven y brillante de él. El lugar estaba impregnado de aromas que despertaban los sentidos; albahaca fresca, tomates a la parrilla y pan recién horneado. La mesa estaba delicadamente dispuesta con fina porcelana, copas de cristal y una gran variedad de vinos tintos y blancos. Al centro, un imponente arreglo de flores frescas añadía un toque de color.La Nonna Ilia, la venerable abuela de Alessandro, se sentó a un lado de la cabecera de la mesa, con una elegancia innata y una sonrisa amable. A su lado se ubicaba Sofía, la vivaz hermana menor de Alessandro, con sus rizos castaños rebosantes de energía. Alessandro con una mezcla de orgullo y an
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