3. Parece que tú eres mi esposo ahora.
— No me toques. Estoy haciendo lo que quieres, así que déjame en paz y vete con... — se detuvo a tiempo para no pronunciar una palabra ofensiva. Odiaba maldecir en voz alta, pero su desprecio hacia Víctor era evidente.— Cariño, si tenemos que fingir una separación real, debemos hacerlo bien. ¿Realmente crees que si ese hombre estuviera consciente permitiría que te cases con él? No, mi amor, tú eres mi esposa, yo no permitiré que ningún otro hombre te toque, aunque ya no esté escrito en los papeles, eres mia, lo volverás a ser cuando esto termine — dijo Víctor, mostrando su falta de sinceridad y egoísmo al intentar manipularla.— Eres despreciable, ni siquiera eres capaz de ser honesto y admitir que solo te importas a ti mismo — respondió Julia con desdén.— Ahora mismo no puedes comprenderlo, pero más adelante me agradecerás lo que estoy haciendo. Estoy actuando en beneficio de los dos, así que sé una buena chica y ve a ganarte el favor de tu futura familia política. Y más te vale ha
Leer más