En el momento en que se encontraron solos, Adeline se congeló al tener enfrente a ese hombre de mirada penetrante y cuerpo robusto. Antes de decir algo, el frío sujeto le hizo una señal para que se acercara, gesto que perturbó a la joven, que sintió escalofríos de solo imaginar lo que su marido planeaba hacer con ella.—¿Qué esperas? Ven —ordenó con voz ronca, causando que la delicada señorita se estremeciera de solo escucharlo.Temerosa, se acercó lentamente, pero justo cuando llegó a la cama, Ashal la arrastró hacia él y, mirándola con lascivia, dijo:—¿Sabes lo que vamos a hacer esta noche?La ingenua niña tembló de miedo y murmuró.—No, mi señor... Solo me dijeron que me dejara llevar.—¿Solo eso? —preguntó seductoramente el imponente hombre.—Es... mi deber... como esposa... complacerlo —dijo débilmente Adeline, casi a punto de llorar de nerviosismo.Ignorando los sentimientos de la temblorosa joven, Ashal la arrojó sobre la cama y se puso encima de ella, para después decir con ma
Leer más