Después de darles la orden a sus hombres, Brandon entró a la casa para hablar con su mujer. Ella ya no estaba en la cocina, ya se ha ido a la habitación y todo por huir de las peticiones de perdón que el padre de sus hijos le hace a cada momento que se quedan a solas.—Sé que no estás dormida, mi amor, por favor hablemos; te lo pido con el corazón en la mano, no me tengas así. —súplica el hombre, acostándose a su lado y abrazándola.Valquiria no le respondió y tampoco permitió que sus lágrimas salieran. Él le falló y, por lo tanto, se merece lo que está viviendo. —Cariño, mañana me iré de viaje hacia Colombia. Por favor, vela muy bien de nuestra empresa constructora, así como lo has estado haciendo hasta ahora. —Te amo, princesa, no sabes cuánto me arrepiento de haberte ocultado que no estábamos casados, pero te prometo que si me muero seguiré amándote hasta en mi otra vida, jamás dejaré de amarte mi bella chica dulce y tierna pero enojona.Al día siguiente, antes del amanecer, el hom
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