Alfa llega a “la cueva”, el nombre clave para su centro de operaciones. Al bajar del auto y caminar hacia su oficina, varios de los hombres se quedan con la boca abierta por la vestimenta de la mujer.-Es solo un vestido, señores, un cuerpo… seguro sus mujeres se ven igual que yo.Pero lo cierto es que nadie se ve como ella.Su estatura es la promedio para cualquier mujer, pero eso no consigue menoscabar su belleza. Su curvas bien pronunciadas y su seguridad al moverse, son dignas de una mujer fatal como ella.Al llegar a su oficina, Díaz la mira y se ríe, mientras ella se dirige a una puerta, que oculta un armario con varias cosas, entre ellas ropa. Es una precaución fundamental, para cuando quedan marcas en la ropa de los enfrentamientos y los interrogatorios, hay ciertos fluidos que no se pueden llevar a una cafetería o centro comercial.-Habla ya… me cortaste la velada con tremendo be
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