Tres ascensores tiene el edificio y aún así había que hacer cola para poder llegar a la fiesta.
Alfa se dedicó a mirar a todos los presentes, era buena memorizando rostros y estos no eran particularmente difíciles.
Una conversación le llama la atención y la obliga a mirar a Jake, que tiene cara de limón por los coqueteos de una mujer que va más adelante que ellos.
-Escucha – le susurra ella -.
“-Rickon nos prometió muestra gratis.
-Si eso me sirve para meterle en la bebida a mi novia y c0gérmela de una vez… me apunto.
-Lo mejor es que ni se enteran, al final es como si se hubiesen emborrachado…”
Decir que Alfa les quería partir la cara, es poco. Bien podría aplicar el método Walton con estos miserables, pero no había venido a eso.
Jake le da unos golpecitos en la mano para que no se la estrang
El sol la obliga a abrir los ojos y rezongar, tal como cuando no quería ir al colegio a los diez años porque un niño de su clase le tiraba el cabello. Eso se solucionó con un par de clases de su padre. Ahora, se soluciona con una taza de leche caliente que huele a gloria.-¿Dónde estoy? – pregunta Alfa sentándose en la cama y aceptando la taza que Díaz le extiende -.-En tu refugio – le dice él, tomando asiento un poco más cerca de ella, con una taza de café que huele a extra cargado -.-No me digas que me cuidaste toda la noche – bebe un poco y cierra los ojos para disfrutar ese sabor a chocolate y menta, la navidad en una taza -.-Quería ver con mis propios ojos lo que esa dr0ga hace. No podía irme sin saber que estarías bien.-¿Y qué más pasó?-Bueno, te demoraste al menos dos horas en dormirte de
Dan camina de un lado para otro en su oficina, pensando miles de cosas a la vez, como si fueran adolescentes tratando de entrar por la misma puerta para ver a su artista favorito.Tiene el teléfono de Alfa entre sus manos, pero se resiste a llamarla. No tiene motivos para hacerlo, pero esa voz cada vez se le queda más pegada en la mente.Se la imagina castaña, alta, con un cuerpo de infarto, imponente y con cara de asesina.-Esto es estúpido, no puede ser que solo su voz me tenga así.Pero la solución está literalmente en sus manos, así que hará lo que su… lo que sea, le grita que haga. Marca el número de Alfa y espera que le conteste.-¡Espero por tu vida que sea algo importante! – la escucha jadear y automáticamente Dan se sonroja, no puede ser que la interrumpiera mientras ella… -.-Di-disculpa, creo que estás ocupada…
Cuando los supuestos asaltantes llegan con Alfa, se quedan estáticos ante la mirada de su jefa. Lo cierto es que se entusiasmaron más de la cuenta y eso seguro les iba a pasar factura.-Se-señorita Alfa, lo sentimos mucho… no fue nuestra intención.-Para no haber sido su intención, les salió bastante bien – se para frente a ellos y extiende la mano -. Mi regalo.-E-está en el auto.-¡Tráelo! – el hombre corre y ella se queda mirando el mapa de la ciudad un momento, porque ahora necesita enviar esos mismos a una tarea más seria -. Y que no se vuelva a repetir. Mis órdenes fueron claras, solo quería asustarlo y saber cómo reaccionaría, pero ese hombre al que casi matan de un infarto es uno de nuestros mejores clientes.El hombre calvo aparece medio sudado, con la caja de chocolates entre las manos y Alfa se queda con la boca abierta.
Unos días después, toda la organización de Alfa está en pleno movimiento. Un cargamento de armas ha llegado a la ciudad y eso solo quiere decir que tendrán pandillas y mafiosos armados hasta los dientes.Así que, luego de obtener la información que necesita, le pasa el dato a su amigo, el contacto que la ayudó con los permisos.La mejor manera de deshacerse de la competencia y de los aquellos que no deberían estar en la ciudad, es delatando.Díaz se ríe cuando se pone así, malgenio, odiosa y mandona, porque los chicos rezongan y ella los amenaza con colgarlos de sus… cosas.-¡Y tú! – le dice acercándose a él peligrosamente, pero el hombre no se inmuta -. ¿Te estás riendo de mí?-No me atrevería, señorita.-Mmm… - lo mira con los ojos entrecerrados y luego se ajusta la pechera, &
Cuando llegan a la cueva, Díaz no deja de mirar con desaprobación a Alfa. La regañó por ser tan temeraria y enfrentar a Matías de esa manera.-¡Pudo pedirte que le mostraras las demás cajas!-¡Pero no lo hizo! – le dice ella quitándose la peluca y dejándola en su lugar -. Lo tengo comiendo de mi mano.-¿Y eso te enorgullece? ¿Controlar a los hombres con tu belleza?-Estás pasándote de la raya – le dice ella sentándose y subiendo los pies al escritorio -. Yo hago lo que se me da la gana.-Te quiero ver cuando eso se te devuelva y me voy a reír en tu cara.Alfa abre mucho los ojos, pero cuando va a responderle, llaman a la puerta.-¡Pase! – dice de mala gana y un tímido Gamma se asoma -. ¿Qué quieres?-Te-tengo información de los Bowman.-Entra de una vez y habla
Se baja del auto de mala gana, saca las cosas que trae para comer y sube a su departamento con ganas de tirarse a la cama y dejar que sus manos hagan lo que le encantaría que esos dos hombres le hicieran a la vez.“No puedes ser tan sucia, Keylen”, pero ella solo sonríe, porque su consciencia lo dice con sarcasmo puro.Mientras busca las llaves de su departamento, pelea consigo misma por olvidar dónde las dejó. Cuando por fin las encuentra y mete el pequeño metal en la cerradura, una mano le tapa la boca.Lo gracioso de todo esto es que quien está haciendo esta “broma” es Matías, pero eso Keylen no lo sabe, así que activa el modo asesino que tiene programado.Le muerde la mano, su codo va al estómago duro del policía y su pie le da un pisotón en el pie, para terminar con su puño en la entrepierna del pobre Matías. Todo eso sin botar las donut
Alfa abre los ojos, con el ceño fruncido por el dolor de cabeza y los cólicos que la tienen acurrucada en la cama. Pero no es momento para quedarse acostada, sintiendo autocompasión por sí misma. Ahora es el momento de echar a correr el reloj en contra de cierto personaje y lo mejor de todo es que, sin tener que hacerlo directamente, podrá sacar a uno de los capos de la mafia narc0traficante de la ciudad.La información que posee es suficiente para que Abbot comienza a mover los hilos con el fiscal, la policía, los jueces, hasta la misma CIA si se le antoja.Se levanta de mala gana, se toma un par de ibuprofenos para el dolor, se mete a la ducha y cuando sale se siente mucho mejor. Se viste rápido y, cuando ya está lista, toma su teléfono para llamar a Dan.Este le responde de inmediato, como si hubiese estado pegado al teléfono toda la noche.-Alfa… buenos días &nd
Los días se van pasando y Alfa va descubriendo cientos de cosas que son bastante interesantes. Pero de todo eso, solo le dirá a Dan lo que ella estima conveniente.Rickon Bowman es el mejor infiltrado que tiene Henry en la agencia de Rafael Williams, un rico heredero de una de las empresas textiles más importantes y al que le vale gorro todo eso. Se separó de su madre, montó su negocio con ingenio y ahora llegó este tipo a ensuciarlo con sus ilícitos.De más está decir que solo quiere exterminarlos, pero ella no es impulsiva.No puede negar que todo esto es horriblemente difícil, porque ya tiene la confirmación de que Rickon ha abusado de, al menos, diez chicas. Todas ex trabajadoras de la agencia y que renunciaron por sentirse avergonzadas con la situación.-¡Maldit0 hijo de…!-Keylen, tu boca – le dice Díaz, que está con ella en su