Luego de un buen regaño y de tener que decirle dónde se estaban hospedando, Dan suspira y mira a Matías.
-Llegó brava.
-¿Brava? ¡Esa mujer no sé si vino a matar a Coussins o a mí!
-Puede ser que un poco a los dos – Matías se ríe y Dan le da una palmada en la nuca -.
Llegan al hotel luego de ultimar detalles con los aliados de Los Ángeles, Dan se mete a la ducha, para tratar de despejar dudas y analiza cada paso que van a dar.
Tienen que actuar antes de que Coussins, Peter Barrick o como sea que se haga llamar, sepa que están allí.
Está tan metido en sus propios pensamientos, que no escucha la puerta abrirse. Solo las manos de una mujer que conoce perfectamente lo traen a la realidad, se gira para quedar frente a ella, la mirada de Keylen es de peligro absoluto, pero no le molestaría morir ahí mismo si es en las manos de su muj
-Vans – responde al fin el hombre -.-Señor Vans… - Keylen baja el arma y le sonríe, pero no esa sonrisa agradable que le gusta a Dan -. ¿Quién lo envió?-Usted lo sabe perfectamente – le escupe con ira -.-Así que nuestro amigo Coussins ya sabe de nosotros – dice ella sonriendo, sin quitar la mirada del hombre -.-Yo no conozco a ningún Coussins – ella saca la fotografía que encontró en el departamento de Rickon y se la muestra -. Ese de ahí… es Barrick.-Así que Rogers es Barrick y… - mira con los ojos desorbitados a Díaz y los dos se quedan sin aire -.Keylen se pone de pie, se queda con las manos apoyadas en las rodillas y Dan se acerca a ella.-Amor, ¿estás bien?-No… no lo estoy – de pronto, algo no le suena bien en todo esto, no puede ser que ese hombre
Keylen rueda los ojos, al tiempo que se gira y desarma a Peter, que no se puede creer lo que está pasando.-¡¿Pero qué demonios…?!-Te dije… esta es la rebelión y tú no eres Dios, así que no puedes hacer nada para evitarla – Keylen pone el arma en el mismo sitio donde él apuntaba, mientras que Dan, Díaz y Vans se acercan a ellos -. ¿Está suelto? – pregunta apuntando con la cabeza a Vans -.-Nos dijo exactamente por dónde atacar y cómo llegar a la casa – le responde Dan encogiéndose de hombros -.-Ahora, denme el placer de matarlo – sisea el hombre, pero Dan lo detiene -.-La dama tiene algunas cuentas que ajustar.Y decir que lo usó como saco de box, es poco.Cada uno de los golpes que Keylen le dio fue sin piedad y nada de lo que podía hacer Peter era suficiente para detenerlos.L
En el momento que Peter sacó su arma dispuesto a dispararle a Keylen sin perder tiempo, Dan la empujó al momento que ella sacaba su arma y le respondía a Peter.Pero fue tarde.Todos reaccionaron tarde.La bala que salió del arma de Peter impactó en el pecho a Dan, mientras que Vans, Díaz y Keylen disparaban al mismo tiempo al hombre que les arruinó la vida. El tiro de gracia fue el de ella, que dio entre los ojos del hombre, solo por atreverse a herir a su hombre.Se lanza a Dan para ver la herida, que debía impactar en el chaleco antibalas, pero se dio cuenta que no lo llevaba…-¡Maldición, Dan! – las lágrimas se le escapan, al tiempo que presiona la herida -. ¡¡Jaaaaaake, ambulancia!!-¡No vamos a llegar, vamos en el helicóptero!-Amor, no me hagas esto… no otra vez, Dan, por favor…-Es-estoy bien &
}Luego de pasar por todo el proceso de demostrarle al doctor que estaría bien en casa y que no estaría haciendo de las suyas, le dieron el alta.Cuando llegó a Nueva York, tres días después del alta, su madre estaba esperándolo en casa de Gerard, con las ganas de matarlo ella misma, por no decir nada de lo que había pasado.“-Lo siento, madre, pero mi mujer y mi hijo estaban en riesgo.”Ahora, estaban en la nueva casa que Dan había adquirido para su familia, tirado en el césped, jugando con Daniel. Keylen llega con ellos, llevando una bandeja con bebidas, sándwiches y galletas recién horneadas.-¿No estás cansada?-No – dice ella bostezando y Dan se ríe -.-Tienes que dejar de hacer tanto por nosotros, no quiero que nuestro bebé lo pase mal.-Es que no estoy acostumbrada a no hacer nada – se sienta a
Ocho meses después…Dan está en la oficina, revisando un caso bastante importante contra una empresa que no pagó las prestaciones a sus empleados por dos años, acusando problemas económicos, mientras que las utilidades dieron cuenta de lo contrario.Con una mano va revisando los antecedentes, mientras que con la otra sostiene a su pequeña Diane Kate Abbot, su nena que tiene poco más de un mes de nacida. Keylen ha ido a la consulta médica, para comprobar que todo va bien con ella luego del parto.Daniel está asistiendo a la guardería, la misma a la que Ethan va con las gemelas de John. Se han hecho amigos inseparables, pero ha quedado claro que Ethan será el esposo de Victoria y Daniel se quedará con Amelia, a como dé lugar, porque esa niña al único hombre que permite cerca es a su padre, a los demás les huye como el ácido.
El bus escolar se detiene en la parada y la chica camina animada a su casa, donde su madre y su hermano mayor la esperan.Su padre llegará más tarde, como cada día. Su trabajo a veces le demanda más tiempo de lo normal y a veces suele perderse por varios días, pero a su familia no le falta nada. Nadie se queja por eso y cuando consigue algún día libre, lo disfrutan en familia con cualquier actividad recreativa.Saca las llaves de su bolsillo, pero se da cuenta que la puerta de la casa está abierta, arruga el ceño porque eso no es usual. Entra con cierto recelo, escucha el sonido de un cuerpo caer seco al suelo y eso le activa todas las alarmas.Se esconde en el espacio oscuro que hay bajo la escalera, dirige su mirada a la sala donde se reúnen a ver alguna película cada fin de semana, pero esta vez la escena que allí se desarrolla es mil veces peor que la película de terro
Dan Abbot para ella era solo un cliente más, pero uno de los que mejor pagaba, así que si el tipo le pedía que saltara en bungee desde la estatua de la libertad, ella estaba más que dispuesta a hacerlo, ya que gracias a trabajos como esos ella podía pagar a su gente.-¡Díaz! – grita en cuando llega a su oficina y un hombre de metro ochenta, corpulento y con cara de pocos amigos se para en la puerta -. Hay trabajo – el hombre asiente y ella sube los pies al escritorio -. Tenemos que averiguar si alguien estuvo pasando droga en el centro Jackson anoche.“Es muy importante que metas a los mejores en esto, porque ya sabes quién está a cargo de la mayor distribución de dr0ga en la ciudad y no quiero meter a los chicos en la boca del lobo.-¿Algún síntoma de esa basura?-Deja a la víctima consciente, pero sin voluntad. No es anestésico, ni a
Al día siguiente que Alfa lo rechazara por… quién sabe, ¿la vaquillonésima vez? Matías está haciendo una ronda preventiva con su compañero, el oficial Booth.-Anoche tenía ganas de irme de fiesta, pero mi novia no me dejó. A veces extraño la soltería.-No te quejes – le dice Matías dando la vuelta por la calle y mirando a todos lados -. Algunos desearíamos tener una mujer que nos controle y seríamos más felices.-Entonces te la regalo, ¡llévatela! – Matías se ríe, pero la actitud sospechosa de un hombre lo hace detenerse -. ¿Ya?-Sí.Booth sabe reconocer cuando Matías encuentra a un sospechoso y muy rara vez se equivoca, es como si tuviera el olfato desarrollado para los criminales. Booth toma la radio y avisa a la central.-Atento central, aquí oficial Booth, tenem