Decir que no le estaba gustando aquel contacto sería mentira, pero decir que le gustó la manera en que Matías se aprovechó de aquel desafío, era una equivocación.
Una que corrigió en cuanto el chico se separó de ella un poco y le estampó una sonora cachetada en el rostro, la misma que le dejó la mano enrojecida y adolorida unos segundos.
-Yo no te dije que me besaras… - siseó mirándolo con fiereza -. No tienes mi permiso para hacerlo.
-Creí que tu coqueteo constante me lo había dado, en especial aquel del último entrenamiento.
-Te equivocas. Soy una mujer que sabe lo que quiere. Si quiero un beso – se pone de pie y se para frente a él -. Te tomaré de la camisa así… - aferra sus manos a la tela y lo acerca a su rostro -. Y luego…
Nada.
Matías traga en seco cuando Alfa se queda a unos e
Alfa llega a “la cueva”, el nombre clave para su centro de operaciones. Al bajar del auto y caminar hacia su oficina, varios de los hombres se quedan con la boca abierta por la vestimenta de la mujer.-Es solo un vestido, señores, un cuerpo… seguro sus mujeres se ven igual que yo.Pero lo cierto es que nadie se ve como ella.Su estatura es la promedio para cualquier mujer, pero eso no consigue menoscabar su belleza. Su curvas bien pronunciadas y su seguridad al moverse, son dignas de una mujer fatal como ella.Al llegar a su oficina, Díaz la mira y se ríe, mientras ella se dirige a una puerta, que oculta un armario con varias cosas, entre ellas ropa. Es una precaución fundamental, para cuando quedan marcas en la ropa de los enfrentamientos y los interrogatorios, hay ciertos fluidos que no se pueden llevar a una cafetería o centro comercial.-Habla ya… me cortaste la velada con tremendo be
Tres ascensores tiene el edificio y aún así había que hacer cola para poder llegar a la fiesta.Alfa se dedicó a mirar a todos los presentes, era buena memorizando rostros y estos no eran particularmente difíciles.Una conversación le llama la atención y la obliga a mirar a Jake, que tiene cara de limón por los coqueteos de una mujer que va más adelante que ellos.-Escucha – le susurra ella -.“-Rickon nos prometió muestra gratis.-Si eso me sirve para meterle en la bebida a mi novia y c0gérmela de una vez… me apunto.-Lo mejor es que ni se enteran, al final es como si se hubiesen emborrachado…”Decir que Alfa les quería partir la cara, es poco. Bien podría aplicar el método Walton con estos miserables, pero no había venido a eso.Jake le da unos golpecitos en la mano para que no se la estrang
El sol la obliga a abrir los ojos y rezongar, tal como cuando no quería ir al colegio a los diez años porque un niño de su clase le tiraba el cabello. Eso se solucionó con un par de clases de su padre. Ahora, se soluciona con una taza de leche caliente que huele a gloria.-¿Dónde estoy? – pregunta Alfa sentándose en la cama y aceptando la taza que Díaz le extiende -.-En tu refugio – le dice él, tomando asiento un poco más cerca de ella, con una taza de café que huele a extra cargado -.-No me digas que me cuidaste toda la noche – bebe un poco y cierra los ojos para disfrutar ese sabor a chocolate y menta, la navidad en una taza -.-Quería ver con mis propios ojos lo que esa dr0ga hace. No podía irme sin saber que estarías bien.-¿Y qué más pasó?-Bueno, te demoraste al menos dos horas en dormirte de
Dan camina de un lado para otro en su oficina, pensando miles de cosas a la vez, como si fueran adolescentes tratando de entrar por la misma puerta para ver a su artista favorito.Tiene el teléfono de Alfa entre sus manos, pero se resiste a llamarla. No tiene motivos para hacerlo, pero esa voz cada vez se le queda más pegada en la mente.Se la imagina castaña, alta, con un cuerpo de infarto, imponente y con cara de asesina.-Esto es estúpido, no puede ser que solo su voz me tenga así.Pero la solución está literalmente en sus manos, así que hará lo que su… lo que sea, le grita que haga. Marca el número de Alfa y espera que le conteste.-¡Espero por tu vida que sea algo importante! – la escucha jadear y automáticamente Dan se sonroja, no puede ser que la interrumpiera mientras ella… -.-Di-disculpa, creo que estás ocupada…
Cuando los supuestos asaltantes llegan con Alfa, se quedan estáticos ante la mirada de su jefa. Lo cierto es que se entusiasmaron más de la cuenta y eso seguro les iba a pasar factura.-Se-señorita Alfa, lo sentimos mucho… no fue nuestra intención.-Para no haber sido su intención, les salió bastante bien – se para frente a ellos y extiende la mano -. Mi regalo.-E-está en el auto.-¡Tráelo! – el hombre corre y ella se queda mirando el mapa de la ciudad un momento, porque ahora necesita enviar esos mismos a una tarea más seria -. Y que no se vuelva a repetir. Mis órdenes fueron claras, solo quería asustarlo y saber cómo reaccionaría, pero ese hombre al que casi matan de un infarto es uno de nuestros mejores clientes.El hombre calvo aparece medio sudado, con la caja de chocolates entre las manos y Alfa se queda con la boca abierta.
Unos días después, toda la organización de Alfa está en pleno movimiento. Un cargamento de armas ha llegado a la ciudad y eso solo quiere decir que tendrán pandillas y mafiosos armados hasta los dientes.Así que, luego de obtener la información que necesita, le pasa el dato a su amigo, el contacto que la ayudó con los permisos.La mejor manera de deshacerse de la competencia y de los aquellos que no deberían estar en la ciudad, es delatando.Díaz se ríe cuando se pone así, malgenio, odiosa y mandona, porque los chicos rezongan y ella los amenaza con colgarlos de sus… cosas.-¡Y tú! – le dice acercándose a él peligrosamente, pero el hombre no se inmuta -. ¿Te estás riendo de mí?-No me atrevería, señorita.-Mmm… - lo mira con los ojos entrecerrados y luego se ajusta la pechera, &
Cuando llegan a la cueva, Díaz no deja de mirar con desaprobación a Alfa. La regañó por ser tan temeraria y enfrentar a Matías de esa manera.-¡Pudo pedirte que le mostraras las demás cajas!-¡Pero no lo hizo! – le dice ella quitándose la peluca y dejándola en su lugar -. Lo tengo comiendo de mi mano.-¿Y eso te enorgullece? ¿Controlar a los hombres con tu belleza?-Estás pasándote de la raya – le dice ella sentándose y subiendo los pies al escritorio -. Yo hago lo que se me da la gana.-Te quiero ver cuando eso se te devuelva y me voy a reír en tu cara.Alfa abre mucho los ojos, pero cuando va a responderle, llaman a la puerta.-¡Pase! – dice de mala gana y un tímido Gamma se asoma -. ¿Qué quieres?-Te-tengo información de los Bowman.-Entra de una vez y habla
Se baja del auto de mala gana, saca las cosas que trae para comer y sube a su departamento con ganas de tirarse a la cama y dejar que sus manos hagan lo que le encantaría que esos dos hombres le hicieran a la vez.“No puedes ser tan sucia, Keylen”, pero ella solo sonríe, porque su consciencia lo dice con sarcasmo puro.Mientras busca las llaves de su departamento, pelea consigo misma por olvidar dónde las dejó. Cuando por fin las encuentra y mete el pequeño metal en la cerradura, una mano le tapa la boca.Lo gracioso de todo esto es que quien está haciendo esta “broma” es Matías, pero eso Keylen no lo sabe, así que activa el modo asesino que tiene programado.Le muerde la mano, su codo va al estómago duro del policía y su pie le da un pisotón en el pie, para terminar con su puño en la entrepierna del pobre Matías. Todo eso sin botar las donut