Era curioso como, de no ver a Adriano más que en contadas ocasiones, ahora parecían encontrarse en todo lugar al que iba. Era como si tan solo tuviera que pensar en él y, “puff”, él aparecería.Cuando lo había visto, sentado en una de las mesas de su lugar favorito, había creído que estaba teniendo una alucinación. Pero al ver que sus padres lo acompañaban estuvo segura que no se trataba de ninguna imagen creada por su cerebro. Lo cual fue un alivio, porque bastaba con pensar en él más de lo que había hecho en el pasado.Bianca le había hablado en más de una ocasión de las visitas sorpresas que sus hijos le hacían a sus hijos, en especial a Adriano y asumió que está se trataba de una de esas.Vanessa los observó mientras esperaba que le trajeran su orden. Adriano no notó su presencia y eso le permiti&oacut
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