La video llamada terminó y la pantalla quedó en negro. Eso había salido mejor de lo que esperaba. Después de la sorpresa inicial, los padres de Adriano los habían felicitado y les habían hecho prometer que los visitarían el próximo fin de semana. Adriano había tratado de escapar de ello, pero su madre había sido muy convincente. Vanessa se sentía mal por mentirles, pero no es como si pudieran ocultarles su matrimonio por el tiempo que durara, que bien podían ser años. Además, según el aspecto legal, su unión era verdadera. —Así es como me pagas mi ayuda —le dijo Adriano, aunque no parecía molesto, era seguro que tampoco estaba contento. Giró la cabeza en su dirección, asegurándose de sonreír con inocencia. Él se lo había buscado. Después de todas las provocaciones, él debería haber supuesto que iba a contratacar. —No es muy caballero de tu parte restregarme eso en la cara. —Ella se puso de pie y movió un dedo de un lado a otro—. Tsk, tsk, tsk,
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