NuncaGinaSolo quedaban algunos días para mi fiesta de compromiso, pero primero debía enfocarme en el desfile que tenía para la marca Lombardi. No pude dormir bien, mucho menos después de aquella nota. Era amenazante y algo psicópata. Pensé en comentarle a Camilo, sin embargo, quizá solo exageraba el asunto, así que me guardé aquello para mí.—¿Ojeras? —cuestionó Deyna.Por cierto, se veía más fresca que una lechuga.—No dormí bien —mascullé—. Al parecer, el diablo me está asechando.Deyna movió los labios con nerviosismo y pude ver una pequeña marca en ellos. Allí supe que estuvo con él.—Stevens, ¿dónde estás? —Observé a Paolo, el diseñador, quien se encontraba más que estresado co
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