Quizás no era su hora de mostrarse al mundo tal y como era. Pero no así. No como una bailarina de cuarta. Las luces enfocaban su rostro, seguía encima de ese desconocido, que prácticamente se volvía algo habitual en sus noches, ir pasando de hombre en hombre pero estaba sin reaccionar. Ese era su problema: él. Ante su pregunta se aleja de su rostro y se voltea, debía seguir con el show que estaba brindando para eso estaba. Todos los ojos estaban puestos en ellos dos y eso no iba a cambiar por una pregunta.
Él abre sus manos, las aleja del cuerpo de ella viendo como seguir. Estaba nerviosa como nunca, cerró sus ojos, buscó sus manos y las llevó a su cuerpo. Estaba temblando al sentir el tacto de él, su rocé y todo le provocaba algo que no sabía como explicarlo. Sin embargo, viendo que no reaccionaba, lo guía para que toque su cuerpo con cuidado. Lo guía por completo para entrar en confianza aunque le resulte difícil, no estaba acostumbrada a que sea así porque siempre los hombres buscaban la excusa perfecta para tocarla pero él no era así. Necesitaba disimular, hacer creíble aquellas caricias que eran actuadas y fingidas para los dos. Nota la cierta incomodidad que provoca sus movimientos suaves de cadera hace que se tense cada vez más, sus brazos la aprietan a su cuerpo y él se vuelve acercar a su oído.—Estás jugando con fuego — le advierte rozándole el cuello con sus labios.
Se queda casi sin respiración al sentir los brazos de aquel hombre que se sentía bien pero a la vez era una sensación rara — Es mi trabajo jugar al límite — responde sonriendo.
La respiración choca en su nuca, los labios de él rozan su cuello y algo húmedo siente. Era un beso que sigue por unas pequeñas caricias en su estómago mezclado por un abrazo. Hace su cabeza hacia atrás apoyándose en su hombro como dándole lugar a que siga actuando, la besa todo el cuello lentamente y su oído se escucha un pequeño gemido de él. Lo que provoca que ella en ese momento sin darse cuenta de donde estaba disfrute de ese placer, era la primera vez que dejaba que un extraño disfrute de su cuerpo y de esa manera. Pero se detiene y la aleja de su cuerpo mirándola.
Se sintió rechazada pero a la vez era mejor así. No quiso seguir más, era hora de parar y terminar su noche así. Tomó su tapado y se retiro a su camarín. Había algo internamente en ella que hacía que se sintiera aturdida, emocionada y llena de satisfacción al recordar las caricias de ese hombre.
Pero miles de golpes provenían de su puerta, que no eran atendidas porque sólo quería largarse de ese sitio. Se sentía sucia y a la vez triste de tan solo recordar que esos hombres que golpeaban su puerta querían algo más de ella. Ya no quería esa vida pero era lo que le tocaba atravesar, nada es perfecto y eso lo sabía. Poco a poco se quitó toda la ropa, el antifaz y maquillaje que le cubría todo el rostro. Se quedo mirando fijamente al espejo y viendo su verdadero ser, era mucho más que una simple bailarina nocturna y eso era lo que quería demostrarle a todo el mundo. Dejar atrás la vida oculta de bailarina y sólo tener una vida normal.
Siempre se detenía a soñar que era alguien normal, una mujer común que sufría porque el amor de su vida le estaba fallando, que discutía con sus amigos para ver quién pagaba la cena y también soñaba con ser una madre que acompaña a su primer hijo en su etapa escolar. Ella soñaba tanto que el ruido de unos papeles frente a sus ojos hicieron que regrese a su presente. Sonríe mirando los billetes entre sus manos. Mientras cuenta el dinero que gana por noche, sé bebe un par de copas de la botella de vino que encontró encima de su mesa.
— Hubo química y nunca puede debilitarme eso — se maldice a lo bajo mientras bebe de su trago.
Esa mujer había encendido todo, la quería para pasarla noche y olvidarse de todo. Quería terminar lo que había comenzado. La busca con la mirada pero no encuentra a la misma mujer que estuvo encima de sus piernas, se había ido. Se levanto de la mesa y se acerco a la barra.
Golpea varias veces la mesa hasta que es atendido.— ¿Qué necesita? — le pregunta un sujeto mientras lo ve limpiando un vaso.
Observa todo a su alrededor — Necesito saber donde está la mujer del antifaz — reclama seriamente.
Se ríe al escuchar ese comentario. Él sin entender que estaba pasando con ese sujeto, se queda parado esperando una respuesta y lo ve dejando el vaso en la madera vieja que tenía como barra de tragos. Deja el trapo arriba de su hombro y se acerca —Súmate a la lista larga de los curiosos que vienen aquí averiguar algo sobre ella — se ríe.
Se queda pensando en lo dicho por ese sujeto. Esa mujer era extrañamente misteriosa y eso le atraía más. Con sólo mirarla la deseaba, recordando como acariciaba su cuerpo. La necesitaba para comprobar si sólo era para una noche o para algo más.
Era su hora y sabía que todo lo que quería lo conseguía, y ella iba a ser su próxima presa.
Cada día que se volaba él seguía pensado en aquella mujer del antifaz que le hizo revivir algo extraño, su corazón necesitaba algo nuevo y ella era "ese" algo. Necesitaba encontrarla. Todas las noches regreso al mismo lugar, en la misma mesa y casi los mismos tragos pero ella no aparecía arriba del escenario. Se estaba volviendo loco por una mujer extraña, era la primera vez en su vida que alguien ocupaba sus pensamientos y eso lo enojaba más.Por un poco de placer hacia cosas pero está vez, no sabía que quería con esa mujer. Sólo necesitaba t
5.Obsesión.No sabía como hacer para olvidarse de esa sonrisa. La esperó afuera, encendió un cigarrillo para calmar su impaciencia, no le gustaba esperar tanto tiempo pero algo en ella lo enloquecía de tal forma que era capaz de seguirla hasta el fin del mundo.Dos cigarrillos y ella aún no aparecía. Quizá estaba t
6.Atracciónsexual.
7.Sólomía.Los días avanzaron, su cabeza estaba en cualquier parte menos en el trabajo y eso lo frustraba cada vez más. Su hum
8. El cielo y El infierno.El momento de placer se había ido a partir de ese momento y ninguno de los dos podía reaccionar. Ella había tenido sexo con su propio jefe, fue algo que jamás imagino que le podría pasar y más en ese momento. Quería cambiar de vida pero algo la empujaba a seguir en lo mismo, él ya era su debilidad y no quería que le sucediera eso .Se queda mirándola como esperando una respuesta, pero de su boca no salía ni una palabra — ¿Cómo supiste mi nombre? — le vuelve a preguntar.Lleva la mirada al suelo, y toma distancia — Será mejor que dejemos todo esto así — alcanza a decir mientras se acomoda la ropa sin mirarlo.Matt sube su ropa también acomodándola y sigue mirándola en cada gesto de arriba hacia abajo hasta que se detiene en aquella marca, su rodilla — ¿Qué te sucedió en la rodilla? — le pregunta acercándose.Esa mujer del antifaz quizás lo estaba enloqueció más de la cuenta. Estaba perdiendo la cabeza y la razón con pequeñas co
9. Bésame .Su corazón se destrozó en aquellas palabras y nada podía volver atrás. Había sido descubierta por aquel hombre, y no había solución para eso. Temía como podría reaccionar sí se aparecía ahora en la oficina, le temía a todo lo que tenía que ver con el mundo de Matt.Golpean la puerta varias veces — ¿Te encuentras bien? — le pregunta abriéndole la puerta y entrando. La ve arrodilla y se agacha para abrazarla — ¿Qué sucedió? — le pregunto.Su guardaespaldas del lugar donde bailaba con el tiempo se había transformado en su hermano prácticamente y se apoyo en él para llorar. Descargando todo el dolor que sentía al recordar lo que había sucedido con Matt en aquella habitación.Limpia sus lágrimas — Malos momentos, nada más — le dice intentando esconder lo que le estaba pasando.La ayuda a levantarse del suelo — Como el tipo que acaba de salir de está habitación, ¿no? También tuvo su mal momento aquí — le dice mirándola.Se suena la nariz y s
10. No juegues.No deja que siga con sus comentarios tan absurdos hacia ella, no hizo nada y simplemente se mantuvo en silencio. Agachó su cabeza y continuó con su trabajo de acomodar todas las carpetas sobre la mesa para la reunión.— ¿Sabes que pienso desde ayer?— Pregunta sin recibir respuesta de parte de ella. La persigue por atrás y continúa hablando solo — Jamás creí que me fijaría en alguien como tú, ¿sabes? Aunque pensándolo bien — se detiene y la mira de arriba hacia abajo — Tal vez sí — sonríe y pone una mano por encima del hombro de ella — Si fueses como Alice, tal vez — se burla.Saca su mano de su hombro — idiota — susurra y se va.La toma de la cintura antes de que se vaya —¿Qué dijiste? — le pregunta.— Nada — dice de mala manera.Se ríe en su cara — Cambia esa cara y piensa que está noche tienes un trabajo muy duro con los hombres que irán a verte — le dice y la suelta para que se vaya.La estaba lastimando más de lo qu
11. Te quiero .Era lo mejor que tenía que hacer, ya no soportaba la doble vida y menos cuando sentía algo de atracción por él. Tal vez su vida no era la indicada para llevar a cabo una normalidad, a veces, pensaba en todo lo que había hecho mal para que le sucediera eso. Necesitaba renunciar y seguir bailando por la noche porque iba a ser complicado llevar una rutina con un tipo como Matt a su lado .Se mantuvo en silencio, bajo la mirada nuevamente — Matt — le dice susurrando con un nudo en la garganta.No quería mostrarse débil frente a ese hombre que le arranco el corazón sin mover un dedo. Él la enfrenta — Mírame — le pidió.Levanta mirada y se encontró con él frente a su rostro. Dejo que tocará su mentón nuevamente y la miraba mientras la acariciaba — Me enojas demasiado, me gustas otro poco y no se como manejarlo — dice acariciándole el rostro — Me enloqueces y eso no quiero, Sam — dice acercándose a sus labios.Cierra los ojos para d