7. Sólo
mía.Los días avanzaron, su cabeza estaba en cualquier parte menos en el trabajo y eso lo frustraba cada vez más. Su humor no era el mejor de todos, se odiaba por no poder tomar decisiones sin enroscarse en temas ajenos y la veía a ella. Allí estaba sonriendo como todas las mañanas , hablando siempre mucho y sin cansarse. Notaba esa luz llena de inocencia pero a la vez algo de misterio en sus ojos.
Una mano frente a sus ojos moviéndose hace que vuelva a la realidad — ¿Se encuentra bien? — pregunta asustada.
Cierra los ojos y respira hondo — Si, si — repite volviendo a su realidad.
Le entrega unas carpetas — Debe firmar eso para la señorita, Alice que la necesita para hoy mismo — dice apurada y agitada por correr de un lado hacia el otro sin tomar un descanso. Sigue moviendo los papeles hasta que encuentra otra carpeta —Esto tengo que presentar en unos minutos — nerviosa.
Agarró todo y firmo sin leer ni una línea mínimamente de lo que estaba haciendo. Se los devuelve y prende un cigarrillo frente a ella sin sentir nada en lo absoluto de lo que le diga en ese momento. Esa reacción no era mucho de él, disimuladamente ella lo observa con detalle y nota esa inquietud en su mirada pero no dice nada. Prefiere mejor seguir con la rutina del trabajo diario para no confundirse con temas personales .
Revisa la agenda —Ya tiene su día libre, señor — dice tachando lo que tenia anotado.
No quería decir nada porque estaba cansado de tanta rutina en su vida, ella dependía de su rutina también y eso lo enojaba más. No podía estar fijándose en una simple empleada de su empresa y eso también lo enojaba. Algo tenía pero no sabia qué.
Levanta su mano y la hecha — Vete — le dice cortante.
Asiste con la cabeza y decide marcharse sin quejarse por su indiferencia. Aunque quería saber que le ocurría, algo le pasaba pero no sabía que era.
Se golpea la cabeza suave con la carpeta — No te metas donde no te llaman, y sigue con tu vida — se susurra a ella misma mientras camina hacia su escritorio.
Realiza unas llamadas para entregar los papeles firmados por su jefe, no puede dejar de mirar la puerta cerrada frente a sus ojos y la duda se planto en su mañana. No era hora para correr el riesgo de ir a interrumpir aquel hombre. Sigue revisando algo distraída todo hasta que escucha que unos zapatos contra el suelo golpeando hace que despegue los ojos de sus papeles y revolea lentamente la mirada hacia ese sonido.
— ¿Qué necesita?— le pregunta fingiendo una sonrisa.
Fija su mirada en esa extraña mujer que estaba parada frente a ella haciéndose ver, la notó algo arrogante y delicada a la vez como sabiendo que es lo que quiere y busca. El escote bien marcado y una pollera bien ajustada con unos zapatos bastante altos, cosa que eso le llamó más la atención porque una empresaria no era y una reunión a última hora tampoco estaba programada.
Vuelve en razón, deja su lapicera arriba de las hojas y la observar con más atención.—Necesito hablar con Matt que me está esperando, ¿le podes decir qué ya estoy aquí? — pregunta mirando su celular.
Se levanta de su asiento —Un momento, por favor. — le alcanza a decir antes de irse.
Golpea varias veces la puerta hasta que él aparece frente a ella — Lo buscan, señor. Una muj...— no llega a terminar la frase porque esa mujer la empuja hacia un costado para seguir su camino.
— Matt ...— dice abrazándolo — Estoy acá, bombón — le dice con voz finita.
Se quedan abrazados frente a ella sin ningún problema. Él nota su presencia, se suelta de esa mujer y la encara a ella — Tendré el celular apagado todo el día, intenta resolver sola todos los problemas que se presenten, ¿puede ser? — Le pregunta con voz de algo fastidiado.
Suspira rápido — Lo intentaré, señor. — susurra bajando la cabeza.
Se acerca a ella acortando la distancia entre los dos y levanta un dedo señalándola — No intentes. Hacelo para eso te pago — la amenaza con eso como siempre.
No llega a responderle porque él se fue abrazado con esa mujer. Susurrándole cosas y ella riéndose de lo que le acababa de decir. Algo internamente le jodió tanto que cerro la puerta con todo, dándole un golpe terrible y volvió a terminar su trabajo.
Durante horas pensó en su jefe, se odiaba por eso. Acomodo todo y salió del edificio cuando su trabajo termino así como también su día en ese lugar. Debía cumplir en otro lado. Apurada rebuscando entre sus cosas antes de salir del edificio de su trabajo choca con alguien que hace que caiga al suelo lastimándose la rodilla.Se queja por el dolor pero logra pararse rápidamente — No necesito tu ayuda, imbécil — dice enojada terminado de sacarse los mechones de cabello de su cara. Levanta la mirada y se encuentra con su jefe parado frente a ella mirándola — Discúlpame, no sabia que era usted. Señor — dice apurada.
La observa de arriba hacia abajo pero se detiene su mirada abajo — ¿Te encuentras bien? — pregunta mirando su herida en la rodilla — ¿necesitas ayuda? — pregunta sin dejar que hable.
Baja su mirada para ver donde le ardía de más — No es nada llegaré a mi casa y lo curaré — dice sin quejarse frente a él.
Agarra su brazo para acercarla a él — Déjame que te acerque a tu casa y no caminas así — le pide calmado.
Mira como la toma del brazo sin hacerle daño cuando nunca había tenido ese trato — No se preocupe, señor. Tengo que irme a otro lado pero muchas gracias — le sonríe.
La suelta —¿ A dónde vas? — le pregunta mirándola.
Abre sus ojos bien grandes pero intenta no ponerse nerviosa ante él — A la casa de una amiga — dice rápido — Se me hace tarde, adiós y gracias — dice dándole un beso en la mejilla.
Sin darse cuenta de lo que acababa de hacer sale caminando apurada hacia el club donde debía ir temprano y probarse el nuevo vestuario que le pidieron.
Agitada llega a tiempo y se prueba toda la ropa, pasaba tantas horas fuera de su casa que se sentía sin vida y con mucha rutina. Frente al espejo mientras se maquillaba bajo de sus ojos descubre ojeras. Su vida era la misma de siempre entre trabajos y sin respiro para un descanso.El show era lo mismo de siempre hasta que encontraba con él y le bailo como antes. No aguantó más las ganas y se quedo un poco más tiempo .
—Me encantas demasiado que no puedo dejarte ni en mis sueños— susurra en el oído.
Cierra sus ojos y lo escucha decir todo eso como disfrutando de ese instante de dulzura entre los dos — Te espero en mi camarín — dice mirándolo.
Camina lentamente hacia los grandotes y le pide que lo traigan. Sin sacarse el antifaz decide recibirlo en su cuarto, la debilidad que sentía por él era más fuerte que cualquier cosa. Sirve un trago y lo espera.
Un cuerpo chocando contra su espalda hace que reaccione cerrando los ojos — Eres hermosa — susurra en el oído mientras su manos navegan por su cintura acariciándola lentamente.
Pega su cuerpo contra la de él disfrutando de lo que provocaba ese choque entre los dos. Suavemente se mueve haciendo que él largue un gemido de su boca — ¿Te gusta? — pregunta mientras se sigue moviendo.
La aprieta más fuerte para que sienta lo que estaba provocándole ese roce — Me encanta — dice y besa su cuello con ganas de más.
Sentía que estaba perdiendo el control pero no le importó, se volteo para quedar frente a él. Lo mira como mantiene los ojos cerrado gozando de ese placer que sentía mientras se movía al compás de la música de fondo — He querido hacer esto hace tanto — acariciándole el rostro y besándole los labios de manera rápida.
Estaba tan vulnerable frente a ese mujer con el antifaz que no le importo nada y se quedo consumido por el placer. Excitando por lo que le hacia, sube sus manos hacia la nuca de ella y la besa bien hasta dejarla sin aire, literalmente. Entre besos y besos, sus manos hicieron un camino hasta su trasero para apretarlo bien fuerte y pegar bien el cuerpo de ella contra la de él.
Gimen al mismo tiempo — Quiero hacerte mía, me traes loco. No puedo estar con otra mujer porque apareces en mi cabeza y te necesito sólo para mi — susurra agitado de la excitación que sentía.
Abre bien sus piernas para que sus sexos se choquen y gime. Estaba gozando de cada caricia y en cada palabra que le decía. La sube arriba de la mesa más cercana que tenía mientras la besa, le desabrocha el pantalón mientras él le acaricia el muslo en busca de su ropa interior. Lo ayuda como pudo, arrancándose todo y dejándole el pase libre para que disfrute también. Tenían tanta excitación, se atraían tanto que no pudo contenerse más y tomó el control de la situación. Se acerco para darle entrada mientras disfrutaba de unas caricias en sus pechos, gemía mucho — Me encantas — dice entre besos.
No aguanto más y logró bajarse el bóxer para luego embestirla con ganas, quiso sacarle el antifaz varias veces pero le pedía que no lo haga. Era el mejor sexo que había tenido en varios años, lo estaba disfrutando de una forma diferente y ella sentía lo mismo.
— Quiero más — decía mientras gemía en su cuello.
La embestía con fuerza — Eres genial — le alcanza a decir.
La puerta se abre de repente — Te esperan afuera un tal Seb…— queda callado cuando los ve así — Lo siento, sigan en lo suyo — dice y cierra la puerta.
Intenta salirse para no seguir más después que uno de sus guardaespaldas la interrumpa en medio del sexo — No puedo seguir — dice.
La besa sin importarle lo que esa mujer le estaba diciendo y recuerda lo que el sujeto había dicho — Ni piense que seré capaz de compartirte porque eres mía ahora — dice empujando hacia adentro con todo haciendo que largue un gemido fuerte y haciéndose para atrás mostrándole los pechos — Sólo mía — dice.
Entre la excitación y el placer que sentía al estar con el hombre que la enloquecía no se dio cuenta de lo que decía — Sólo tuya, Matt — dice agitada.
Lo que hace que se quede paralizado — ¿Cómo sabes mi nombre?— pregunta.
8. El cielo y El infierno.El momento de placer se había ido a partir de ese momento y ninguno de los dos podía reaccionar. Ella había tenido sexo con su propio jefe, fue algo que jamás imagino que le podría pasar y más en ese momento. Quería cambiar de vida pero algo la empujaba a seguir en lo mismo, él ya era su debilidad y no quería que le sucediera eso .Se queda mirándola como esperando una respuesta, pero de su boca no salía ni una palabra — ¿Cómo supiste mi nombre? — le vuelve a preguntar.Lleva la mirada al suelo, y toma distancia — Será mejor que dejemos todo esto así — alcanza a decir mientras se acomoda la ropa sin mirarlo.Matt sube su ropa también acomodándola y sigue mirándola en cada gesto de arriba hacia abajo hasta que se detiene en aquella marca, su rodilla — ¿Qué te sucedió en la rodilla? — le pregunta acercándose.Esa mujer del antifaz quizás lo estaba enloqueció más de la cuenta. Estaba perdiendo la cabeza y la razón con pequeñas co
9. Bésame .Su corazón se destrozó en aquellas palabras y nada podía volver atrás. Había sido descubierta por aquel hombre, y no había solución para eso. Temía como podría reaccionar sí se aparecía ahora en la oficina, le temía a todo lo que tenía que ver con el mundo de Matt.Golpean la puerta varias veces — ¿Te encuentras bien? — le pregunta abriéndole la puerta y entrando. La ve arrodilla y se agacha para abrazarla — ¿Qué sucedió? — le pregunto.Su guardaespaldas del lugar donde bailaba con el tiempo se había transformado en su hermano prácticamente y se apoyo en él para llorar. Descargando todo el dolor que sentía al recordar lo que había sucedido con Matt en aquella habitación.Limpia sus lágrimas — Malos momentos, nada más — le dice intentando esconder lo que le estaba pasando.La ayuda a levantarse del suelo — Como el tipo que acaba de salir de está habitación, ¿no? También tuvo su mal momento aquí — le dice mirándola.Se suena la nariz y s
10. No juegues.No deja que siga con sus comentarios tan absurdos hacia ella, no hizo nada y simplemente se mantuvo en silencio. Agachó su cabeza y continuó con su trabajo de acomodar todas las carpetas sobre la mesa para la reunión.— ¿Sabes que pienso desde ayer?— Pregunta sin recibir respuesta de parte de ella. La persigue por atrás y continúa hablando solo — Jamás creí que me fijaría en alguien como tú, ¿sabes? Aunque pensándolo bien — se detiene y la mira de arriba hacia abajo — Tal vez sí — sonríe y pone una mano por encima del hombro de ella — Si fueses como Alice, tal vez — se burla.Saca su mano de su hombro — idiota — susurra y se va.La toma de la cintura antes de que se vaya —¿Qué dijiste? — le pregunta.— Nada — dice de mala manera.Se ríe en su cara — Cambia esa cara y piensa que está noche tienes un trabajo muy duro con los hombres que irán a verte — le dice y la suelta para que se vaya.La estaba lastimando más de lo qu
11. Te quiero .Era lo mejor que tenía que hacer, ya no soportaba la doble vida y menos cuando sentía algo de atracción por él. Tal vez su vida no era la indicada para llevar a cabo una normalidad, a veces, pensaba en todo lo que había hecho mal para que le sucediera eso. Necesitaba renunciar y seguir bailando por la noche porque iba a ser complicado llevar una rutina con un tipo como Matt a su lado .Se mantuvo en silencio, bajo la mirada nuevamente — Matt — le dice susurrando con un nudo en la garganta.No quería mostrarse débil frente a ese hombre que le arranco el corazón sin mover un dedo. Él la enfrenta — Mírame — le pidió.Levanta mirada y se encontró con él frente a su rostro. Dejo que tocará su mentón nuevamente y la miraba mientras la acariciaba — Me enojas demasiado, me gustas otro poco y no se como manejarlo — dice acariciándole el rostro — Me enloqueces y eso no quiero, Sam — dice acercándose a sus labios.Cierra los ojos para d
12. EllaSe queda pérdida mirándolo pero quedando deslumbra que ese hombre que estaba enfrente a sus ojos pidiéndole algo que él no era de decirlo así.Se aleja abriendo las manos para que no la vuelva a tocar — No te acerques — pide acomodándose el antifaz y manteniendo la distancia .No la escucha y hace dos pasos para adelante — Sam — dice mirándola.Gira para darle la espalda — Sólo vete y no hagas que todo se complique por favor — sostiene mirando la puerta por el espejo todo el tiempo como viendo si alguien entra.No le importa nada y la abraza por la espalda haciendo que se sobresalte — ¿Qué se va a complicar?— pregunta besando su cuello.Toca las manos de él y las aleja de su cuerpo semidesnudo — Vete porque va a llegar Sebasti ...— pero la interrumpe la puerta abriéndose de golpe.Un sujeto con un trago en su mano aparece frente a ellos, la toma fuerte del brazo y le comienza a grita — ¡Tienes que salir la gente se esta altera
13. No me importa.Lo toma del cuello al sujeto que había golpeado a la mujer esa — Le vuelves a poner un dedo encima y te mato — dice furioso.No deja que hable y lo empuja hacia atrás haciendo que se caiga. Se voltea para verla nuevamente y no pudo hacer nada más. Sólo le salió del alma rodearla con sus brazos, sin dudarlo escondió su rostro en el pecho de él.Unos minutos así tomó coraje y sacó su rostro de ese escondite para enfrentarlo.Se aleja y abre los brazos riéndose — Soy tan mierda como mi vida. Intente mantener una vida como todos, ¿sabes? — dice llorando. Para luego volver a reírse fuerte — Soy una mierda — se repite pegándose sola al pecho.Matt le agarra los brazos para que no siga haciéndose daño, la mira y ve como llora desconsoladamente por algo que ya estaba todo dicho y no había vuelta atrás. Esa mujer tenía mucho daño interno que no sabía cómo hacer para sanar esa parte de ella, la amaba demasiado pero no quería opacar sus decisione
14. Este es mí juego.Él sin saber que responderle la queda mirando como buscando explicación sobre lo que le estaba diciendo. Reacciona tomándola del brazo — No seas estúpida — dice enojado.Forcejean — No puedes tratarme así — dice quejándose por el agarre.—Odio cuando te comportas de está forma — dice caminando mientras la lleva todavía agarrada bien fuerte a su lado.Intenta frenarse varias veces pero no la suelta, abre la puerta de su departamento como puede y la empuja suavemente hacia adentro.— Sólo quédate tranquila, por favor — le pide mientras cierra la puerta.El departamento era enorme, tanto que a veces sentía que podría vivir más tiempo en aquel sitio pero aún estando ahí se sentía vacío. Recorre todo rápidamente con la mirada, y lo mira que estaba
15. Te necesito.Aldíasiguiente...Todo arrancaba bien, salió apurada a buscar el café como todos los días y fue directo a la oficina. Recorrió todo el edificio con mucha prisa para quedar siempre puntual en su empleo y demostrar que le importaba durar en algo en su vida. Necesitaba sentirse un poco normal después de pasarla mal todas las noches en ese bar . Observó a su alrededor que permanecía en total silencio, nada podía ser peor y lentamente se detiene frente a la puerta, acomoda su ropa para que no se arrugue y cuando levanto la mano para tocar, se voltea.Intento golpear la puerta pero alguien la interrumpe por detrás — No te entres ahí — dice asustada.Se voltea completamente a ver otra compañera de su piso que se dedicaba a recibir las llamadas — ¿Por qué? ¿Él no esta? — pregunta mirándola.Camina rápido y le susurra — Hoy no es su día, y si quieres vivir, no entres a esa oficina — dice como advertencia