Actualmente.

- ¿Como te sientes cariño?, ¿estás feliz?- dijo Max mientras tomaba su mano y la besaba.

Caminaban juntos por la playa, disfrutando del sol y la brisa del mar.

- Si, me siento muy feliz. - dijo con una sonrisa, observándo el hermoso lugar, con un atardecer de ensueño.

Aún no podía creer que se habian casado, ella siempre tuvo otros planes, no tenía en un futuro próximo hacerlo, pero Max la conquistó y no pudo resistirse.

Pasaron dos semanas en ese paraíso, haciendo el amor todos los dias, disfrutando el uno del otro, hasta que llegó el momento de regresar a sus vidas y al trabajo.

Vivirían en el departamento de Max, un lugar céntrico, amplio, bien iluminado, era un lugar muy cómodo y lindo, el día que llegaron, él la cargo en sus brazos para pasar el umbral, y no la bajó hasta depositarla en la cama.

-¿Estás cansada? - preguntó con intención.

Ella negó con una sonrisa, lo atrajo y lo besó.

Se despojaron de su ropa, él se colocó sobre ella, y poco a poco, le hizo el amor, hundiéndose en ella, una y otra vez.

-Eres mía - le dijo al oído.

Se acercó y mordió sus labios.

- No te detengas- Dijo sin aliento.

Siguió moviéndose, hasta sentir que se aceleraba.

- Déjate ir cariño.

Ella arqueó su cuerpo al sentir la oleada de placer que la recorría, entonces él se derramó dentro de su cuerpo, jadeando, cansado y satisfecho.

Se quedaron dormidos abrazados, hasta la mañana del día siguiente.

****

Fernanda iba a regresar a su trabajo ese día por la noche, aunque él no estaba totalmente de acuerdo con ello, porque le pidió que lo dejara por un tiempo, pero ella se negó.

-¡¿Como puedes pedirme que deje mi trabajo?! me he esforzado mucho para estar en dónde estoy - ella estaba abrumada y molesta -, no puedo simplemente ...

- ¡¿Es porque tu exnovio trabaja ahi?! - estaba muy exaltado y los celos lo dominaban - no quiero que tengas nada que ver con él.

-¡No puedo creer que digas eso !-dijo tratando de mantener la calma,- Leo sólo es un compañero de trabajo, es lógico que lo vea.

En ese momento, el teléfono de él sonó, contestó la llamada, advirtiéndole:

-No hemos terminado con esto - dijo y se apartó para contestar.

Ella suspiró profundamente, no habían hablado de esto antes,, nunca pensó que fuera motivo de conflicto, vió su reloj, tenía el turno nocturno, asi que debía prepararse, dejó a su esposo en la sala, con su llamada. Un rato después, ya estaba lista para salir cuando él abordó el tema de nuevo.

-Te dije que no habíamos terminado, -dijo sujetándola suavemente por el brazo- no quiero dejar esto así, solo te estoy pidiendo que lo consideres.

- No Max, no estás pidiendo, quieres que haga lo que tú quieres, pero en esto no voy a ceder, es mi trabajo y no voy a cambiar de opinión -. Ella salió de la casa sin esperar a que él le respondiera, trató de conseguir un taxi, en ese momento, un auto se detuvo y se dio cuenta que era Leo.

- Hola- dijo él - ¿vas al trabajo?

- Si, estoy en el nocturno.

-También yo, ¿ te llevo?.

Sabía que no debería, lo pensó un momento, pero al final, subió a su auto.

-Gracias, hoy regreso de mis vacaciones - suspiró.

- ¿Porqué no te lleva tu esposo? -preguntó curioso.

- Yo, no necesito que me lleve, iba a tomar un taxi.

-Bueno, entonces menos mal que te vi - sonrió Leo de forma sexy.

Max salió de la casa justo en el momento en que Fernanda subió al auto, lo que hizo que se enojara aún mas, no quiso llamarla, porque no sabía lo que sería capaz de decirle en ese momento, así que decidió que iría por ella al trabajo en la mañana.