Capítulo 333
Álvaro era el mismo de siempre en esto: posesivo y determinado. Cada vez que la deseaba, no paraba hasta saciarse por completo. Gabriela lo había comprobado en más de una ocasión, incluso en aquel camerino del teatro.

Sin embargo, aquel día, él se tomó la molestia de esperar algo de iniciativa por parte de ella. Sus labios se deslizaron detrás de la oreja de Gabriela, donde sabía que era particularmente sensible. Su voz, algo ronca, fue susurrando su nombre, «Gabriela», y llamándola «mi amor» en un tono que, al final, se transformó en un ruego. En un punto la llamó «bebé», y a Gabriela se le humedecieron los ojos, casi perdiendo el enfoque.

Ambos se quedaron mirando fijamente el uno al otro. Entonces Álvaro besó sus párpados y la punta de su nariz. Gabriela no tenía claro si se había desconectado de la realidad o, por el contrario, si su mente estaba en blanco, pero su cuerpo se rindió y ella correspondió, guiándose solo por la necesidad del momento.

En otro asalto de besos, Gabriela s
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP