Capítulo 338
Cintia se lamentó con un par de sollozos:

—Cuñada, intenté explicar que jamás robé esa joya. Quería llamarte para pedir ayuda, ¡pero Vitoria no me dejó! ¡Me arrebató el celular y lo rompió delante de mí!

Lo cierto era que, en el auto de regreso, Cintia había vociferado todo el linaje de Vitoria con un lenguaje nada delicado, hasta que Álvaro, incómodo, le recordó que esa conducta no iba muy acorde con la idea de «mantener paz para el bebé». Solo entonces ella se contuvo algo más.

—¿También rompiste su teléfono? —repitió Gabriela, furiosa, escrutando a los presentes—. Cintia es la hermana de Alvi. ¿Con qué valor creen poder humillarla de esta manera?

Ante esas palabras, Álvaro volvió a helar su semblante y fijó la mirada en los miembros de la familia Saavedra.

—Gabriela, —empezó Vitoria con un mohín de disgusto—, todos somos de la misma familia. ¿Por qué decirlo así, tan feo? Yo también soy una especie de prima para Cintia. Ayer, encontraron la joya en su auto y, casualmente, ella estab
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