Lizzie.
El ruido de los aplausos de la multitud era ensordecedor.Cada uno de mis compañeros había invitado a toda su familia a nuestra ceremonia de graduación.Yo no tenía a nadie.Llamaron mi nombre y yo me levanté de mi asiento ante los pausados aplausos obligados de mis compañeros.-Felicidades, Lizzie. Sé que tu padre y tu hermana estarían muy orgullosos de ti. - Dijo el Sargento Brad estrechando mi mano al darme mi diploma.Yo sonreí tensamente y me moví para estrechar mi mano al resto de mis profesores en la Academia de Policía de la ciudad.Cuando terminé, simplemente bajé del escenario y me dirigí a las puertas de salida. Realmente no me interesaba quedarme el resto de la ceremonia.Caminé pausadamente hasta la calle en donde levanté mi mano para tomar un taxi.No llegaría tarde al trabajo, de hecho llegaría temprano, pero no importaba. Era mi último día con el anciano señor Sam, mi jefe, y esperaba acomodar un par de pedidos de un excéntrico hombre que nos pagaba con piedras preciosas antes de presentarme al siguiente día con el señor Jeferson, el Jefe de policía de la ciudad.Yo lo conocía como el tío Jef. Un hombre en sus sesentas que aún se mantenía fuerte como un roble y al que me había conocido desde mis diez años.Fue a esa edad que mi hermana, mi padre y yo nos mudamos a esta ciudad después de perder a mamá por el Cáncer.La historia corta es que un día mi mamá se veía bien y al siguiente no lo estaba. Tratamos con todos los médicos de nuestra antigua ciudad, pero todos coincidían en que la enfermedad ya estaba en su última etapa y que realmente no había nada que hacer.Mamá había ocultado que se sentía mal durante un largo tiempo. ¿Por qué? Bueno, realmente nunca nos lo dijo, pero mi hermana y yo tuvimos algunas teorías en cuanto crecimos.Quizá mamá fue al doctor desde un principio y le dieron las malas noticias.Lo más probable era que mamá no quería preocuparnos ni estresar a papá con el tema del dinero.Nunca habíamos sido ricos, ya que el sueldo de un policía era promedio y suficiente para que viviéramos los cuatro, pero suponíamos que el seguro de papá en ese momento no alcanzaba para el tratamiento y medicamento especiales que mamá ocupaba.Como sea, el resultado no cambiaba. Mamá había muerto pocos meses después y papá no pudo soportar seguir viviendo en nuestro hogar sin mamá en él.Así que vendió la casa y nos mudamos a un pequeño departamento a dos estados de distancia.Lo superamos poco a poco y tres años después, mi hermana había comenzado la Academia para seguir los pasos de papá.Un ceño fruncido vino a mi rostro mientras le daba la dirección al amable taxista.Mi hermana y yo no habíamos tenido noticias de mi padre por un largo tiempo. Algunos meses después, tampoco tuve noticias de mi hermana.Ellos habían desaparecido hacía más de un año. Los dos fueron asignados a una misión para dar seguimiento a los reportes de personas desaparecidas cuyas últimas ubicaciones habían sido a las afueras de la ciudad. Justo en los límites de un gran bosque en el que se decía los animales salvajes abundaban pero, extrañamente, no cruzaban a este lado de la ciudad.Si, había sido hacía un año que el tío Jef había hablado a casa para decirme que mi familia había desaparecido, pero fue una semana después que me había informado que la investigación había sido cerrada debido a que se encontraron restos de algunas personas desaparecidas dentro de los estómagos de la fauna local.A mí eso no me convencía, pero si quería reabrir el caso, necesitaba enlistarme en la policía y conseguir algunas pruebas legales o motivos de fuerza para volver a visitar el lugar sin que me encarcelen en el proceso.No era estúpida, no iría por mi cuenta a meterme en problemas. Sobre todo porque sospechaba que sus desapariciones tenían que ver con algún grupo criminal cuya base de encontraba en las orillas del bosque y que usaban a la fauna local para deshacerse de los cuerpos de sus víctimas.¿No era demasiado sospechoso que abogados, cobradores y policías desaparecieron de pronto?¿Por qué un abogado iría al bosque? Habían tantas incoherencias en el informe que me sorprendía que el tío Jef archivara el asunto.Mi única conclusión (y algo que no quería decir en voz alta sin pruebas) era que el grupo criminal había amenazado o sobornado al tío Jef para no seguir investigando el asunto.Era turbio, pero no tenía más explicaciones.El taxi me dejó frente al trabajo y yo entré directamente. La campanilla sonó y enseguida el señor Sam salió de la trastienda. Al verme, sus ojos se iluminaron.-¡Felicidades Lizzie! ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu fiesta de celebración?-Gracias. Y no. - Dije recibiendo su fuerte abrazo. - No creo que sea una ocasión especial.Pasé a su lado para dirigirme a la trastienda.-¡No es especial dice ella! - Exclamó con incredulidad. - Mi niña, te has graduado con honores en cinco meses en vez de los dos o tres años que les toma al resto de tus compañeros.Yo sacudí la cabeza. Me había seguido aquí atrás mientras comenzaba a acomodar la mercancía y la materia prima con la que el señor Sam hacía sus creaciones.-No es especial. - Repetí distraídamente. - Papá me enseñó defensa personal prácticamente desde que aprendí a hablar, todo tipo de leyes desde que comencé a leer y escribir, y a manejar un arma en cuanto cumplí doce. Con eso me ahorré dos años de materias aburridas en las que los maestros intentan enseñarme todo eso. Si no me había graduado antes fue porque la Academia insistió que saliera junto a la siguiente generación.Él me arqueó una ceja y luego suspiró.-Lizzie, ¿De verdad es lo que quieres hacer con tu vida? Me refiero a ser policía.Lo miré confundida.-Así es, ¿Por qué?-Porque no pareces para nada feliz por ser policía. - Dijo lentamente midiendo mi reacción. - ¿Qué ha pasado con el refugio de animales?-Sigue en el mismo lugar. - Dije encogiéndose de hombros. - Hace meses que no voy.-¿Tu turno para el comedor comunitario?-Ya tienen suficientes voluntarios.-¿Tus clases de ballet?-Como sabe, apenas puedo permitirme el seguir viviendo sola. No me sobra el dinero para mis clases extra.-Lizzie...-No se preocupe por mi. - Dije con un intento de sonrisa. - Ahora que tengo la acreditación, me será fácil unirme a la Fuerza y podré pedir que me asignen un dormitorio. La comida viene incluida.Había sido idea del Estado el que se destinarán fondos a construir viviendas para los bomberos y policías de la ciudad cerca de sus respectivas estaciones. Así se actuaba de inmediato en caso de necesidad.-Nunca he dudado de tu capacidad para mantenerte sola, Lizzie. - Dijo con una mirada paternal. - Me refería a que hacer lo que te gusta o hacer algo en lo que eres buena, son diferentes cosas. Piénsalo.Se alejó y me dejó sola con la mercancía.Por supuesto que sabía a lo que se refería. Mi sueño siempre había sido convertirme en una gran veterinaria ya que me encantaban los animales, pero también me gustaba ayudar a los más necesitados.Todo eso tuve que dejarlo de lado para saber la verdad sobre qué había sucedido con mi familia.Tomé con mucho cuidado el último trabajo del joyero; de hecho, esta monstruosa corona hecha con un montón de jades era la clave para que no fuera a la bancarrota.El extraño que vino a hacer ese pedido no me inspiraba mucha confianza y realmente desearía poder estar acompañando a mi jefe cuando viniera por ella.Bueno, confiaba en que todo saldría bien y rezaba por ello también.Para cuando terminé con el inventario, me despedí de él y regresé a casa.Con el dinero que papá había reservado para emergencias, yo había podido terminar la escuela, pagarle al casero y comprar víveres. Sin embargo, conseguí un empleo porque sabía que el dinero no sería eterno.Ni siquiera me molesté en cambiarme, simplemente me arrojé sobre mi cama para dormir.Al día siguiente, casi al alba, yo ya estaba de pie y saliendo por la puerta.¿Mi destino? La Estación de policía.Ni siquiera tuve que pedir un formulario a la recepcionista; ella me conocía y ya había venido a pedir informes para enlistarme.-El señor Jeferson se encuentra en su oficina. ¿Quisieras que te anuncie?-No, gracias. Lo haré yo misma. - Dije tomando el formulario.Habían pasado un par de años desde la última vez que había estado aquí. Muchas cosas habían cambiado, y no me refería a la nueva cafetera o a los cubículos, sino a que ahora recorría los pasillos completamente sola.-Adelante. - Dijo cuando toqué la puerta.-Estoy aquí para entrar en el cuerpo policiaco, señor. - Dije directamente. - Si me permite una pluma, llenaré su formulario aquí mismo.Tío Jef levantó su mirada y al verme sus cejas se levantaron.-No es necesario el formulario. Bienvenida al equipo.Una semana después, me asignaron a una compañera y me mandaron a patrullar las calles.Por ser las "nuevas" en el Departamento, teníamos que hacer el trabajo que nadie quería hacer: Patrullar las zonas más marginadas de la ciudad.Ahí no solo veíamos casos de gente sin hogar, sino un montón de actividades sospechosamente ilegales.Dividimos los barrios más peligrosos en sectores y procurábamos no separarnos más de lo necesario cuando llevábamos nuestra vieja patrulla por ahí.Prácticamente hacíamos rondas durante todo el día y atendíamos casos de violencia doméstica cada hora.-¿Hoy también te quedarás y ayudarás con el papeleo? - Preguntó Isabel cuando salimos de la tienda abierta veinticuatro siete con nuestro respectivo shot de cafeína.Por fin había terminado el turno.-Si. Me gusta mucho el papeleo.Y buscar información sin ojos entrometidos.-Chica, eres la única del departamento a la que le gustan esas cosas tan aburridas. - Dijo con una carcajada. Yo me encogí de hombros. - Bu
Estaba frustrada. Había llegado a la habitación que me habían asignado en el trabajo para devorar toda la información que pudiera. El expediente al que logré tomarle fotos solo tenía un par de declaraciones sobre las personas desaparecidas (mayormente sus personalidades y cero nexos con los problemas legales) y algunas fotos de ellos. Si el expediente estaba incompleto o algo no podía saberlo. La unica buena noticia en todo esto era que decía la ubicación aproximada de dónde fue la última señal que marcaba el GPS de las patrullas de los agentes desaparecidos. Rápidamente metí esas coordenadas en mi móvil y las guardé. Necesitaba dormir un par de horas para ir a la ubicación más tarde. Y eso fue loque hice. Desperté al rededor de las seis de la tarde y ni siquiera me molesté con comer algo o ducharme, solo me quité el uniforme, me puse cualquier cosa y salí por la puerta. Tenía algunas cosas que hacer. Caminé al rededor de veinte calles hasta la zona del sector que normalmente pat
Papá me había enseñado a montar en motocicleta desde los quince años. Fue cuando mi hermana le suplicó que compráramos una ya que la Academia de Policías estaba un poco lejos y el autobús se tardaba una eternidad en llegar. -¿Por qué no una bicicleta? - Preguntó divertido. -¿Qué policía se ve rudo en una bicicleta? - Respondió ella. - Tú me enseñaste que la primera impresión de intimidación es importante, papá. -Si, para arrestar a alguien que ha roto la ley, no para impresionar a tus compañeros. - Dijo él con una carcajada. - Cariño, una motocicleta es peligrosa. Los accidentes... -Suceden todo el tiempo. Podría simplemente ir por la acera y un loco bebido podria atropellarme. Podría subirme a mi autobús y este podría chocar, Podría... -Calla, entiendo el punto. - Dijo papá con un suspiro resignado y luego me miró. - ¿Tú tambien quieres una? -No. - Dije con firmeza. - Pero me gustaría aprender a conducirla. -Esa es mi pequeña. - Dijo despeinándome. Papá me había enseñado que c
Ella se tensó. -¿Se encuentran bien? ¿Necesitan atención médica? - Pregunté en voz baja mientras me acercaba. - Este no es un buen lugar, ¿Quieren que los lleve a algún sitio? Ella me miró con desconfianza y yo alcé mi pie para levantar un poco mi pantalón y mostrarle lo que ocultaba debajo: Mi placa. -Mi nombre es Lizzie y soy oficial de policía. No tema, la escoltaré a usted y al pequeño a algún lugar seguro. -¿Lugar... seguro? - Preguntó ella con voz rasposa mirando a nuestro al rededor también nerviosamente. - ¿Usted... usted vino con más policías? -No. Por el momento me encuentro sola investigando algunas desapariciones en el lugar, pero no se preocupe. En cuanto la ponga a resguardo a usted y al pequeño, llenaré este lugar de policías. - Dije con voz suave. - ¿Puede seguirme? Primer paso: Tranquilizar a la víctima o posible víctima. Segundo paso: Analizar la situación. Paso tres: Tomar decisionespriorizando la seguridad de los civiles. -Eh... si, estoy bien. -¿El pequeñ
Estaba segura de que no estaba en mi cama. ¿Cómo lo sabía? Porque yo lavaba mi ropa de cama una vez a la semana y el lugar en el que estaba recostada simplemente olía fatal. Suaves voces me fueron trayendo a la conciencia poco a poco. Traté de recordar qué era lo que estaba haciendo antes de dormir pero era un poco confuso. -Lo siento, no puedo liberarlas, pero puedo traerles un poco de comida... no, de verdad que no puedo dejarlas ir... Volví a caer en la inconsciencia después de algunos intentos por abrir los ojos. -... en el río. Lo revisé antes de hacerlo. -Mamá... La voz masculina exhaló un suspiro y yo abrí los ojos por fin. Frente a mí había una figura oscura. Una figura que se encontraba detrás de unos barrotes. Me incorporé lentamente sin despegar la vista de él y me di cuenta de dos cosas: La primera, que la cabeza me dolía como una perra y seguramente tendría una contusión o una herida que necesitaba atención médica. La segunda, que no era él quien estaba detrás de
Los vi quemar la evidencia y tuve que apretar mis puños. Ni siquiera tenía mi teléfono conmigo para tomar algunas fotos. En cuanto la hoguera ardió intensamente, el chico guapo los envió a cocinar para la comida en un edificio lejano. Él se desvió y caminó en sentido contrario. Lo seguí a la distancia cuidando cada uno de mis pasos para no hacer ni una pizca de ruido. Esto no era parte del entrenamiento policiaco, pero sí de las lecciones de caza de papá. -Nunca le muestres a tu objetivo en dónde te encuentras. El elemento sorpresa siempre debe de estar presente en tu mente. En el momento en el que sientan tu presencia, se escapará. -O si es una presa muy grande y tú no tienes la suficiente habilidad, estarás muerta. - Dijo mi hermana Erika con seriedad mierando a algunos adultos que al igual que nosotros habían venido de campamento para cazar. Yo tenía trece años y realmente no había entendido que mi hermana lo decía con doble sentido y era por eso que papá terminó nuestro tiempo
Él quitó su entrepierna a tiempo respondiendo mi sonrisa con una propia. -Tanta violencia en un cuerpo tan pequeño y lindo. Eso no funcionará conmigo. - Dijo y luego se inclinó un poco más hacia mí colocando su boca en mi cuello. Escalofríos placenteros recorrieron mi cuerpo y el gruñó quedamente. - Entonces, conversación. ¿Qué es lo que has venido a investigar exactamente? -Todos tus sucios negocios, grandote. - Dije tensándome con incredulidad. - ¿Me estás lamiendo? -No, eso sería extraño. - Dijo sin despegarse de mi cuello. - ¿Me responderás? -No hablo con criminales. - Dije medio distraída. Mi mente ya estaba trabajando a mil por hora para encontrar el mejor camino para volver a someterlo. - Tú no has respondido a mis preguntas. -Lo he hecho. -Tus vagas oraciones no son en realidad una respuesta. -Quizá. - Aceptó lentamente. - Si me dices qué es lo que has venido a investigar, puede que coopere contigo y no te denuncie por abuso policiaco. -Estamos en un punto muerto entonc
Edson. Sin despegar mis ojos de los suyos, ella se acercó lentamente sin una expresión legible en su cara. Yo me quedé tan quieto como una estatua, mientras pensaba en que mi vida era una tragicomedia de la que Nuestra Gran Madre debía de estar partiéndose de risa. Alli estaba yo, rogándole que me diera una compañera humana que pudiera rehacer su vida y no estar atada a mí por esta cosa de ser Alfa (que dejaría en cuanto mi hermano estuviera listo para entregarle la manada), y al segundo siguiente me encontraba siendo tacleado por esa dichosa humana. Una humana muy parecida a otra polícía y cuya muerte aun me perseguía en sueños. Debo admitir que su sola presencia ya mitigaba un poco el pesar en mi corazón por los acontecimientos del último año. Por supuesto, sabia que esto era solo un efecto secundario de mi instinto de lobo por haber encontrado a su pareja y no realmente porque ahora magicamente todo estuviera bien en el mundo. Ella era... jodidamente perfecta. Inteligente, au