Ella se tensó.
-¿Se encuentran bien? ¿Necesitan atención médica? - Pregunté en voz baja mientras me acercaba. - Este no es un buen lugar, ¿Quieren que los lleve a algún sitio?
Ella me miró con desconfianza y yo alcé mi pie para levantar un poco mi pantalón y mostrarle lo que ocultaba debajo: Mi placa.
-Mi nombre es Lizzie y soy oficial de policía. No tema, la escoltaré a usted y al pequeño a algún lugar seguro.
-¿Lugar... seguro? - Preguntó ella con voz rasposa mirando a nuestro al rededor también nerviosamente. - ¿Usted... usted vino con más policías?
-No. Por el momento me encuentro sola investigando algunas desapariciones en el lugar, pero no se preocupe. En cuanto la ponga a resguardo a usted y al pequeño, llenaré este lugar de policías. - Dije con voz suave. - ¿Puede seguirme?
Primer paso: Tranquilizar a la víctima o posible víctima.
Segundo paso: Analizar la situación.
Paso tres: Tomar decisionespriorizando la seguridad de los civiles.
-Eh... si, estoy bien.
-¿El pequeño?
-Él... él está bien también.
Su tartamudeo, pequeños temblores y la forma en la que se aferraba al niño mirando a su al rededor me decía que se encontraba en shock y que no podría responder mis preguntas sobre la banda o cómo era que había llegado ella y el niño hasta aquí. Así que la prioridad era sacarlos del lugar y hacer las preguntas para cuando se sintieran seguros.
-Bien. Permítanme revisar el perímetro y hacer una llamada rápida al departamento, yo...
-¡No! - Exclamó la mujer y enseguida tuvo toda mi atención. Señaló dentro del edificio. - Lo siento, yo... yo necesito recoger algunas cosas antes de partir y... necesito otra ropa y no quiero que me vean cambiarme. Necesito ser... yo misma de nuevo.
Yo asentí tratando de que mi expresión fuera suave.
-¿Lo que necesita se encuentra en ese edificio?
-Si.
-¿Hay alguna amenaza para usted y el pequeño allí dentro?- Ella negó con la cabeza, pero de todas formas estreché los ojos. - Entraré primero. Por favor, manténgase detrás de mí.
Regla número uno al entrar en un lugar que podría resultar sospechoso: Las víctimas no deben volver, pero si es imperativo que lo hagan, un oficial debe ir por delante y estar atento al entorno.
Le hice una ceña para que se quedara quieta un momento y yo regresé a los cuerpos tirados por el lugar por el unica arma que había visto. La navaja era pequeña y eso tendría que bastar.
Era mejor que viniera desarmada hasta este lugar porque, por obvias razones, no podía traer el arma que la policía me había asignado.
Quizá mi siguiente negocio con Bites sería tener mi propia pistola, pero por el momento tendría que apañármelas.
No es que no lo hubiera pensado antes, simplemente sería mucho más creíble decir que estaba dando un paseo por el barrio y que era una joven civil tonta en medio del bosque por si me llegaba a encontrar con la pandilla de este territorio.
Por supuesto no era así de idiota; yo había puesto una alarma mandando la ubicación de mi móvil al tío Jef, a mi compañera de patrulla y a todos mis contactos en caso de que no desactivara esa cosa en las siguientes seis horas.
¿Por qué seis horas? Para que me diera tiempo de hacer una adecuada investigación y, con suerte, encontrar a las personas desaparecidas en este lugar.
Y ahora que estaba aquí viendo esta carnicería, empezaba a dudar que hubiera alguien a quién rescatar además de el niño y la mujer.
Me tragué mi repentino nudo en la garganta y apreté los dientes para regresar con esos civiles. Ahora mismo no tenía tiempo para cosas inútiles como llorar.
Era algo que había aprendido en el último año, llorar no servía de nada, debía de actuar y no compadecerme por mí misma.
Con la navaja oculta en la manga del suéter de mi mano derecha, regresé con ellos y me interné en aquél edificio.
Dentro era prácticamente una versión de lo mismo de afuera: Habían cadáveres y sangre salpicada por todas partes.
Miré de reojo al pequeño, pero no parecía afectado en absoluto. Eso solo era indicio de que o estaba traumatizado por la violencia o que estaba acostumbrado a ver este tipo de escenas.
-Eh... es en el piso de arriba. - Dijo la mujer con voz temblorosa y yo asentí mientras me encaminaba a la unica escalera al final del pasillo.
Al llegar al siguiente piso mis ojos se abrieron por la cantidad de cuerpos en el lugar. Había tantos que ni siquiera podía ver el color de las baldosas.
-En la última puerta. Ahí... ahí nos tenían retenidos solo que... tengo miedo de entrar ahí otra vez.
Yo asentí y comencé a moverme entre los cuerpos con cuidado de no resbalar con la sangre. Abrí la puerta de la habitación y me quedé estúpidamente impactada por la escena.
Era un amplio cuarto parecido a una oficina debido a la cantidad de libros y papeles apilados en estantes al rededor de la habitación, pero lo que me impresionó no fue el desorden, sino el cuerpo mutilado e irreconocible de un hombre en el suelo. Estaba tan malditamente destrozado que solo mis conocimientos de la anatomía humana me permitían saber que eso antes fue un hombre.
Tanto odio...
Esto era una escena que solo había visto a través de una pantalla en mis clases en la Academia. En vivo era aun más impresionante.
Y supongo que mi breve distracción fue lo que le bastó a la persona que me golpeó la cabeza por detrás.
El mundo se oscureció.
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Estaba segura de que no estaba en mi cama. ¿Cómo lo sabía? Porque yo lavaba mi ropa de cama una vez a la semana y el lugar en el que estaba recostada simplemente olía fatal. Suaves voces me fueron trayendo a la conciencia poco a poco. Traté de recordar qué era lo que estaba haciendo antes de dormir pero era un poco confuso. -Lo siento, no puedo liberarlas, pero puedo traerles un poco de comida... no, de verdad que no puedo dejarlas ir... Volví a caer en la inconsciencia después de algunos intentos por abrir los ojos. -... en el río. Lo revisé antes de hacerlo. -Mamá... La voz masculina exhaló un suspiro y yo abrí los ojos por fin. Frente a mí había una figura oscura. Una figura que se encontraba detrás de unos barrotes. Me incorporé lentamente sin despegar la vista de él y me di cuenta de dos cosas: La primera, que la cabeza me dolía como una perra y seguramente tendría una contusión o una herida que necesitaba atención médica. La segunda, que no era él quien estaba detrás de
Los vi quemar la evidencia y tuve que apretar mis puños. Ni siquiera tenía mi teléfono conmigo para tomar algunas fotos. En cuanto la hoguera ardió intensamente, el chico guapo los envió a cocinar para la comida en un edificio lejano. Él se desvió y caminó en sentido contrario. Lo seguí a la distancia cuidando cada uno de mis pasos para no hacer ni una pizca de ruido. Esto no era parte del entrenamiento policiaco, pero sí de las lecciones de caza de papá. -Nunca le muestres a tu objetivo en dónde te encuentras. El elemento sorpresa siempre debe de estar presente en tu mente. En el momento en el que sientan tu presencia, se escapará. -O si es una presa muy grande y tú no tienes la suficiente habilidad, estarás muerta. - Dijo mi hermana Erika con seriedad mierando a algunos adultos que al igual que nosotros habían venido de campamento para cazar. Yo tenía trece años y realmente no había entendido que mi hermana lo decía con doble sentido y era por eso que papá terminó nuestro tiempo
Él quitó su entrepierna a tiempo respondiendo mi sonrisa con una propia. -Tanta violencia en un cuerpo tan pequeño y lindo. Eso no funcionará conmigo. - Dijo y luego se inclinó un poco más hacia mí colocando su boca en mi cuello. Escalofríos placenteros recorrieron mi cuerpo y el gruñó quedamente. - Entonces, conversación. ¿Qué es lo que has venido a investigar exactamente? -Todos tus sucios negocios, grandote. - Dije tensándome con incredulidad. - ¿Me estás lamiendo? -No, eso sería extraño. - Dijo sin despegarse de mi cuello. - ¿Me responderás? -No hablo con criminales. - Dije medio distraída. Mi mente ya estaba trabajando a mil por hora para encontrar el mejor camino para volver a someterlo. - Tú no has respondido a mis preguntas. -Lo he hecho. -Tus vagas oraciones no son en realidad una respuesta. -Quizá. - Aceptó lentamente. - Si me dices qué es lo que has venido a investigar, puede que coopere contigo y no te denuncie por abuso policiaco. -Estamos en un punto muerto entonc
Edson. Sin despegar mis ojos de los suyos, ella se acercó lentamente sin una expresión legible en su cara. Yo me quedé tan quieto como una estatua, mientras pensaba en que mi vida era una tragicomedia de la que Nuestra Gran Madre debía de estar partiéndose de risa. Alli estaba yo, rogándole que me diera una compañera humana que pudiera rehacer su vida y no estar atada a mí por esta cosa de ser Alfa (que dejaría en cuanto mi hermano estuviera listo para entregarle la manada), y al segundo siguiente me encontraba siendo tacleado por esa dichosa humana. Una humana muy parecida a otra polícía y cuya muerte aun me perseguía en sueños. Debo admitir que su sola presencia ya mitigaba un poco el pesar en mi corazón por los acontecimientos del último año. Por supuesto, sabia que esto era solo un efecto secundario de mi instinto de lobo por haber encontrado a su pareja y no realmente porque ahora magicamente todo estuviera bien en el mundo. Ella era... jodidamente perfecta. Inteligente, au
Como se lo dije, él parecía demasiado limpio.En mi corta experiencia siendo policía por una semana, podía decir que él estaba ocultando algo.Ya tendría tiempo para averiguar qué era lo que ocultaba... si no aprovechaba la oportunidad para volver a meterme en la celda.Esa era una posibilidad, aunque así como mi instinto me decía que estaba ocultando algo, también me decía que estaba siendo honesto en la cuestión de querer buscar a los tratantes de personas. Por el momento, fingiría que le creía mientras trataba de averiguar más cosas sobre este sitio.-Dices que llevabas un par de meses infiltrado aquí, ¿No es cierto? - Pregunté mientras le hacía una seña de que caminara a mi lado. Me ponía la piel extraña que estuviera a mi espalda. -Si. - ¿Les seguiste la pista por tu madre y tu hermano? -No exactamente. Hace unos años mamá desapareció pero creía que se había ido con un amante, así que me apena decir que no la había estado buscando activamente. Mi jefa y mejor amiga tiene tambi
Siendo esta mi primer misión seria y autodidacta, fingí que había hecho un montón de cateos a cadáveres. Pero hasta yo, que no me asustaba con facilidad, estaba replanteándome mi conocimiento sobre el cuerpo humano. -Sé que tienes preguntas, Jo. - Dijo el tipo cuando, por pura diversión, intenté averiguar cuál cabeza pertenecía a cuál cuerpo. No habíamos encontrado llaves de nigún tipo y no me ofrecería a ayudar a llevar los cuerpos hacia la bonita hoguera que aun ardía intensamente. - Puedes preguntar, pero realmente preferiría que no te involucraras más. -¿Por qué no? Estoy siendo testigo de cómo estás eliminando evidencia. Por definición, estoy ya muy involucrada.-¿Eso te causa un conflicto? - Preguntó con diversión mientras arrastraba dos cadáveres más y los ponía en la pila.-Por lo poco que dijeron las mujeres y lo que he visto de este lugar, seguramente se lo merecían. - Dije sin darle importancia.-Ah, ¿La pequeña Jo tiene una venita vengativa?-No. Ni siquiera estoy a fa
-Si, comamos juntos. Quizá tenga algo interesante qué contar... señora. - Dije en voz alta.El tipo giró la cabeza en mi dirección y me arqueó una ceja. Yo se la devolví sin intimidarme.-No provoques a mi madre, por favor.-¿Provocar? - Dije riendo sin humor. - Ella me golpeó por la espalda y me encerró en una celda. ¿Cómo es que YO la estoy provocando a ella? Y eso me parecía bastante sorprendente. No parecía que la mujer pudiera cargar nada mayor a su propio hijo pequeño.Él suspiró y luego giró su cara hacia su madre. -Mamá, ella es mi nueva compañera. ¿Crees que podrían iniciar de nuevo? Eso me dió curiosidad. ¿Cómo se inicia de nuevo con alguien que se aprovechó de la situación?-¿Estás seguro? - Preuntó la mujer con un timbre extraño en la voz.Yo me asomé a un costado de esa espalda tan amplia y miré a la mujer que parecía sorprendida.- Si, estoy seguro. - Dijo tocando su nariz. - Ahora, ¿Podemos tener una comida tranquila? Ella desvió su atención hacia mí y apretó los lab
Revisé cada piso y cada celda. Las mujeres comían y me miraban con curiosidad, pero no me preguntaban nada cuando pasaba como una loca revisando cada rincón de los pasillo que conectaban con sus celdas. Finalmente, cuando llegué al último piso, me derrumbé en el rincón más alejado porque mis piernas dejaron de responder de repente. -¿Estás... estás buscando las llaves? - Preguntó una de las chicas en el tenso silencio.-No.Ni siquiera reconocí la voz hueca que había pronunciado exactamente mis pensamientos.-Oh... entonces, ¿Buscas a alguien?Mire hacia la mujer desnudo en cuestión. Parecía uno o dos años más grande que yo. Tan joven...Yo asentí con la cabeza.-Escuché que hay... hay una habitación escondida, oficial. - Dijo mirando mi pierna. Yo bajé la vista; en algún punto de mi búsqueda, había rasgado mi pantalón y mi placa era visible. ¿Cómo es que había pasado eso?- Creo que los... uh... los tipos las llamaban "especiales".-¿Sabes dónde puede estar esa habitación?- Dije lev