Una semana después, me asignaron a una compañera y me mandaron a patrullar las calles.
Por ser las "nuevas" en el Departamento, teníamos que hacer el trabajo que nadie quería hacer: Patrullar las zonas más marginadas de la ciudad.Ahí no solo veíamos casos de gente sin hogar, sino un montón de actividades sospechosamente ilegales.Dividimos los barrios más peligrosos en sectores y procurábamos no separarnos más de lo necesario cuando llevábamos nuestra vieja patrulla por ahí.Prácticamente hacíamos rondas durante todo el día y atendíamos casos de violencia doméstica cada hora.-¿Hoy también te quedarás y ayudarás con el papeleo? - Preguntó Isabel cuando salimos de la tienda abierta veinticuatro siete con nuestro respectivo shot de cafeína.Por fin había terminado el turno.-Si. Me gusta mucho el papeleo.Y buscar información sin ojos entrometidos.-Chica, eres la única del departamento a la que le gustan esas cosas tan aburridas. - Dijo con una carcajada. Yo me encogí de hombros. - Bueno, debo decir que nos ahorras trabajo, así que tu pequeño pasatiempo no es una molestia.Volví a encogerme de hombros. Yo solo estaba ahí para encontrar evidencia de los nexos que tuviera el tío Jef con la banda criminal.Ni siquiera presentaría el caso al tribunal, yo solo quería saber qué había pasado con mi familia.Conduje despacio hasta el Departamento de Policía y estacioné en el lugar más lejano a la puerta.Consideraba que era una broma de niños de secundaria el que nos dieran la patrulla más vieja y el peor sitio para aparcar, así como los escritorios más alejados de la cafetera. Así que cuando abrimos la puerta para firmar nuestra salida y nos encontramos con lo equivalente a una semana de papeleo sobre nuestros escritorios con nadie más en el lugar salvo la vieja señora Sara durmiendo en su escritorio en recepción, ni siquiera me molesté.-Deben de estar jodidamente bromeando. - Murmuró Isabel entre dientes apretados. - ¿De verdad esperan que nos encarguemos de todo eso solas?-Es viernes. Estoy segura de que lo planearon toda la semana. - Dije con aburrimiento.Comencé a caminar hacia el escritorio de la señora Sara para despertarla.La moví con suavidad pero ella despertó sobresaltada de todas formas.-¡¿Qué?! ¡¿Ya es hora de salir antes de que las nuevas regresen de...?! - Ella parpadeó al verme y un tenue rubor invadió sus mejillas. - Oh. Buenas noches.Isabel resopló a mi espalda.-Creo que es mejor que vaya a casa, señora Sara. - Dije amablemente. - Es muy tarde y estoy segura de que su gato probablemente tenga hambre.Ella se levantó mucho más rápido de lo que creí que su anciano cuerpo podría.-Muy cierto. Muy cierto. - Dijo tomando sus cosas del escritorio. - Mi reemplazo no debe tardar en llegar, pero si no llega ustedes...-Lo sabemos, debemos quedarnos aquí hasta que llegue la señorita Merry y los chicos que cubren el turno de noche.-Eso es. Eso es. - Dijo despidiéndose levemente antes de salir por la puerta.Me di la vuelta para encontrar a Isabel preparando una nueva dosis de café en el aparato al final del pasillo.Yo fui directa a la oficina del tío Jef y, sorpresa, no estaba ahí.Estábamos solas en el lugar.-¿Es que acaso no ha sido una semana de m****a? ¿Ahora tenemos que hacer un doble turno? - Gimió Isabel.-Dales una semana más y se les olvidará que somos nuevas. - Murmuré. - Voy a revisar las cámaras.Se suponía que el edificio se encontraba lleno de cámaras, pero realmente solo funcionaban un par. La de la recepción, la del cuarto de archivos y la de la oficina de mi tío.En teoría, esas cámaras se encontraban encendidas todo el tiempo, sin embargo durante la última semana en la que he estado haciendo el papeleo, me he dado cuenta de que las activan y las desactivan cada tanto.Las cámaras se tenían que revisar en cada cambio de turno para saber si seguían funcionando correctamente. Y al estar solo nosotras, alguna tenía que encargarse del trabajo.Era perfecto.No había podido tener tiempo a solas para entrar en la zona de archivos.Entré al pequeño cuarto donde tres pantallas transmitían lo que sucedía al momento y solo miré con atención a dónde estaban enchufadas. Después salí de ahí ya ideando un plan.-No tienes que quedarte. - Dije regresando a nuestros escritorios. - Yo me encargo.Me miró como si estuviera loca.-Por supuesto que no. - Dijo cuando comencé a tomar los papeles de su escritorio. - ¿Acaso crees que soy así de desconsiderada? No digo nada cuando quieres hacer diez o quince páginas de esto, pero esto son fácilmente quinientas páginas que revisar y apilar en el escritorio del jefe. Aún siendo solo nosotras, nos llevará fácilmente hasta el amanecer.-No importa. Yo no tengo planes para cenar con mi familia. - Dije con media sonrisa haciendo referencia a lo emocionada que estaba porque sus padres habían venido desde la ciudad cercana para verla en un par de horas. Querían celebrar que le dieron el trabajo de sus sueños.Ella me miró y luego al papeleo con indecisión.Decidí darle el empujón final para que me dejara sola.-Si te hace sentir mejor, puedes compensarme comprando el café toda la próxima semana. Estaré bien.-¿Segura? - Yo asentí. Ella siguió viéndome con inseguridad. Yo le sonreí dulcemente y articulé "pasatiempo". - Tú ganas. Prometo la cosa del café y además golpear a todos los tipos de este lugar si siguen con su m****a de bienvenida al equipo.Ella era una chica pequeña y morena que parecía ser inofensiva, pero al menos estos últimos días la había visto taclear a cinco tipos del doble de su tamaño.-Solo avísame antes de golpearlos para que pueda grabar. Lo venderé a los sitios correctos y seremos ricas. - Dije con una pequeña risa. - Una chica golpeando chicos es un fetiche extraño, pero hay quienes lo compran.-Dios, la gente es rara.Se despidió de mí y la vi salir por la puerta.Esperé cinco minutos completos antes de tomar un poco de agua en una de las tazas de mis compañeros, unas servilletas y simplemente ir al cuarto de transmisiones para tirar el agua sobre el enchufe en donde estaban conectados los monitores.Justo como pensaba, hubo un corto circuito en el edificio entero y la luz se apagó por completo. Algunos segundos después los generadores de emergencia comenzaron a funcionar para devolver la electricidad, pero yo había jodido las pantallas. Era demasiado perfecto, y ahora solo restaba limpiar la evidencia con las servilletas.Corrí hacia la entrada y cerré bien la puerta. Miré la hora, tendría al rededor de quince minutos para mirar los archivos antes de que vinieran los siguientes chicos de guardia o la chica de recepción del segundo turno.El cuarto de archivos al menos tenía un estricto órden. Todo tenía fecha y nombre, así que rápidamente fui a dónde se encontraba el día en que papá desapareció.Ni siquiera necesité los quince minutos. Me tomó exactamente tres encontrar el archivo y luego dos más mientras tomaba fotos con mi móvil.Regresé el archivo y salí de ahí como si nada para marcar al servicio técnico porque las pantallas habían dejado de funcionar por un repentino corte de luz.No podía esperar para llegar a la habitación que me habían designado y leer todo a lo que le había tomado una fotografía.Pero primero, tenía papeleo que hacer.Estaba frustrada. Había llegado a la habitación que me habían asignado en el trabajo para devorar toda la información que pudiera. El expediente al que logré tomarle fotos solo tenía un par de declaraciones sobre las personas desaparecidas (mayormente sus personalidades y cero nexos con los problemas legales) y algunas fotos de ellos. Si el expediente estaba incompleto o algo no podía saberlo. La unica buena noticia en todo esto era que decía la ubicación aproximada de dónde fue la última señal que marcaba el GPS de las patrullas de los agentes desaparecidos. Rápidamente metí esas coordenadas en mi móvil y las guardé. Necesitaba dormir un par de horas para ir a la ubicación más tarde. Y eso fue loque hice. Desperté al rededor de las seis de la tarde y ni siquiera me molesté con comer algo o ducharme, solo me quité el uniforme, me puse cualquier cosa y salí por la puerta. Tenía algunas cosas que hacer. Caminé al rededor de veinte calles hasta la zona del sector que normalmente pat
Papá me había enseñado a montar en motocicleta desde los quince años. Fue cuando mi hermana le suplicó que compráramos una ya que la Academia de Policías estaba un poco lejos y el autobús se tardaba una eternidad en llegar. -¿Por qué no una bicicleta? - Preguntó divertido. -¿Qué policía se ve rudo en una bicicleta? - Respondió ella. - Tú me enseñaste que la primera impresión de intimidación es importante, papá. -Si, para arrestar a alguien que ha roto la ley, no para impresionar a tus compañeros. - Dijo él con una carcajada. - Cariño, una motocicleta es peligrosa. Los accidentes... -Suceden todo el tiempo. Podría simplemente ir por la acera y un loco bebido podria atropellarme. Podría subirme a mi autobús y este podría chocar, Podría... -Calla, entiendo el punto. - Dijo papá con un suspiro resignado y luego me miró. - ¿Tú tambien quieres una? -No. - Dije con firmeza. - Pero me gustaría aprender a conducirla. -Esa es mi pequeña. - Dijo despeinándome. Papá me había enseñado que c
Ella se tensó. -¿Se encuentran bien? ¿Necesitan atención médica? - Pregunté en voz baja mientras me acercaba. - Este no es un buen lugar, ¿Quieren que los lleve a algún sitio? Ella me miró con desconfianza y yo alcé mi pie para levantar un poco mi pantalón y mostrarle lo que ocultaba debajo: Mi placa. -Mi nombre es Lizzie y soy oficial de policía. No tema, la escoltaré a usted y al pequeño a algún lugar seguro. -¿Lugar... seguro? - Preguntó ella con voz rasposa mirando a nuestro al rededor también nerviosamente. - ¿Usted... usted vino con más policías? -No. Por el momento me encuentro sola investigando algunas desapariciones en el lugar, pero no se preocupe. En cuanto la ponga a resguardo a usted y al pequeño, llenaré este lugar de policías. - Dije con voz suave. - ¿Puede seguirme? Primer paso: Tranquilizar a la víctima o posible víctima. Segundo paso: Analizar la situación. Paso tres: Tomar decisionespriorizando la seguridad de los civiles. -Eh... si, estoy bien. -¿El pequeñ
Estaba segura de que no estaba en mi cama. ¿Cómo lo sabía? Porque yo lavaba mi ropa de cama una vez a la semana y el lugar en el que estaba recostada simplemente olía fatal. Suaves voces me fueron trayendo a la conciencia poco a poco. Traté de recordar qué era lo que estaba haciendo antes de dormir pero era un poco confuso. -Lo siento, no puedo liberarlas, pero puedo traerles un poco de comida... no, de verdad que no puedo dejarlas ir... Volví a caer en la inconsciencia después de algunos intentos por abrir los ojos. -... en el río. Lo revisé antes de hacerlo. -Mamá... La voz masculina exhaló un suspiro y yo abrí los ojos por fin. Frente a mí había una figura oscura. Una figura que se encontraba detrás de unos barrotes. Me incorporé lentamente sin despegar la vista de él y me di cuenta de dos cosas: La primera, que la cabeza me dolía como una perra y seguramente tendría una contusión o una herida que necesitaba atención médica. La segunda, que no era él quien estaba detrás de
Los vi quemar la evidencia y tuve que apretar mis puños. Ni siquiera tenía mi teléfono conmigo para tomar algunas fotos. En cuanto la hoguera ardió intensamente, el chico guapo los envió a cocinar para la comida en un edificio lejano. Él se desvió y caminó en sentido contrario. Lo seguí a la distancia cuidando cada uno de mis pasos para no hacer ni una pizca de ruido. Esto no era parte del entrenamiento policiaco, pero sí de las lecciones de caza de papá. -Nunca le muestres a tu objetivo en dónde te encuentras. El elemento sorpresa siempre debe de estar presente en tu mente. En el momento en el que sientan tu presencia, se escapará. -O si es una presa muy grande y tú no tienes la suficiente habilidad, estarás muerta. - Dijo mi hermana Erika con seriedad mierando a algunos adultos que al igual que nosotros habían venido de campamento para cazar. Yo tenía trece años y realmente no había entendido que mi hermana lo decía con doble sentido y era por eso que papá terminó nuestro tiempo
Él quitó su entrepierna a tiempo respondiendo mi sonrisa con una propia. -Tanta violencia en un cuerpo tan pequeño y lindo. Eso no funcionará conmigo. - Dijo y luego se inclinó un poco más hacia mí colocando su boca en mi cuello. Escalofríos placenteros recorrieron mi cuerpo y el gruñó quedamente. - Entonces, conversación. ¿Qué es lo que has venido a investigar exactamente? -Todos tus sucios negocios, grandote. - Dije tensándome con incredulidad. - ¿Me estás lamiendo? -No, eso sería extraño. - Dijo sin despegarse de mi cuello. - ¿Me responderás? -No hablo con criminales. - Dije medio distraída. Mi mente ya estaba trabajando a mil por hora para encontrar el mejor camino para volver a someterlo. - Tú no has respondido a mis preguntas. -Lo he hecho. -Tus vagas oraciones no son en realidad una respuesta. -Quizá. - Aceptó lentamente. - Si me dices qué es lo que has venido a investigar, puede que coopere contigo y no te denuncie por abuso policiaco. -Estamos en un punto muerto entonc
Edson. Sin despegar mis ojos de los suyos, ella se acercó lentamente sin una expresión legible en su cara. Yo me quedé tan quieto como una estatua, mientras pensaba en que mi vida era una tragicomedia de la que Nuestra Gran Madre debía de estar partiéndose de risa. Alli estaba yo, rogándole que me diera una compañera humana que pudiera rehacer su vida y no estar atada a mí por esta cosa de ser Alfa (que dejaría en cuanto mi hermano estuviera listo para entregarle la manada), y al segundo siguiente me encontraba siendo tacleado por esa dichosa humana. Una humana muy parecida a otra polícía y cuya muerte aun me perseguía en sueños. Debo admitir que su sola presencia ya mitigaba un poco el pesar en mi corazón por los acontecimientos del último año. Por supuesto, sabia que esto era solo un efecto secundario de mi instinto de lobo por haber encontrado a su pareja y no realmente porque ahora magicamente todo estuviera bien en el mundo. Ella era... jodidamente perfecta. Inteligente, au
Como se lo dije, él parecía demasiado limpio.En mi corta experiencia siendo policía por una semana, podía decir que él estaba ocultando algo.Ya tendría tiempo para averiguar qué era lo que ocultaba... si no aprovechaba la oportunidad para volver a meterme en la celda.Esa era una posibilidad, aunque así como mi instinto me decía que estaba ocultando algo, también me decía que estaba siendo honesto en la cuestión de querer buscar a los tratantes de personas. Por el momento, fingiría que le creía mientras trataba de averiguar más cosas sobre este sitio.-Dices que llevabas un par de meses infiltrado aquí, ¿No es cierto? - Pregunté mientras le hacía una seña de que caminara a mi lado. Me ponía la piel extraña que estuviera a mi espalda. -Si. - ¿Les seguiste la pista por tu madre y tu hermano? -No exactamente. Hace unos años mamá desapareció pero creía que se había ido con un amante, así que me apena decir que no la había estado buscando activamente. Mi jefa y mejor amiga tiene tambi