Los siguientes días no pudimos disfrutar demasiado, ya que, los preparativos para la Nochebuena no nos daban tiempo para nada más. Un día fuimos a visitar a su tía, otro a comprar los que surgió a última hora y sin darnos cuenta casi, ya estábamos a un día de la Navidad. Cada año decorabamos la casa con mi padre y mí hermana, ya que mi madre tenía por costumbre cocinar y hornear. Este año no fue menos, lo que si tuvimos que hacer fue incluir a mi prometido en nuestros planes. En definitiva, pronto iba a ser el nuevo miembro de la familia. El día antes de la Nochebuena fuimos a cenar con la familia de Felipe. Habían venido sus padres y nos reunimos como antaño.
- ¿Para cuándo la boda?--- su tía era de lo más atrevida y siempre preguntaba o hacía algún comentario cuándo no era el momento; como si te quisiera dejar en evidencia. - Que lo diga mi prometida--- añadió Felipe de lo más tranquilo. Su sonrisa burlona me puso nerviosa y casi escupo la bebida de mi boca.---porLas fiestas más maravillosas de mi vida, es como definiría los momentos pasados con mi familia. La Navidad más hermosa de mi vida, mi madre irreconocible y un Felipe de lo más cariñoso. Asistimos a la función de mi niña y todo salió impresionante. Verla feliz es lo más grande.Tuve algún que otro reencuentro con conocidos, amigos, compañeros de instituto a los que Felipe no les puso muy buena cara, pero es lo que hay. A mi tampoco me gusta Nicole y ahí la tiene pegada a su chepa. He sonado celosa ¿verdad? Pues eso, que si el quiere casarse conmigo tendrá que seguir algunas reglas mías. Mi padre es el único que se veía un poco apagado pero por mucho que busqué un momento a solas ,mi madre siempre estaba presente, y si no era ella , era mi novio. Dos dias después de nuestra llegada, nos visitaron Daniela y David. Pasamos momento únicos con ellos, momentos que nos van acompañar toda la vida. Estaba de pie mirando la calle a través de la ventana del salón. Llevaba puesto un
Pasaron meses en los que nos entregamos como locos uno al otro. Delante de los demás eramos la pareja más feliz del mundo y la verdad es que me sentía tan dichosa. Daniela y David nos acompañaba muy a menudo a cenar y la mayoría de los fines de semana los pasábamos juntos en diferentes actividades. Nicole se mantenía en la sombra como una ladrona aunque yo sabía que planeaba algo que no me iba a gustar ni lo más mínimo; y eso se lo había dicho a mi amiga. En ocasiones, Dani me llamó paranoia pero mi alma me decía que estaba en todo lo cierto. - Isa, una cosa es que te lo imagines y otra muy diferente que sea verdad. No tienes pruebas , no puedes - Deja de decir que no tengo pruebas, por favor. Sé lo que he visto y nada hará que cambie de opinión. - Dame tiempo, hablaré con David. Si es verdad, por algún lado tiene que salir algo de esta historia. La mentira tiene patas cortas. - Nadie va a decir nada , y yo como una tonta me enamoré del principe imposible. Si los cu
Tenía nueve años cuando lo conocí, y nada más verle, me pareció el niño más tierno que se ha cruzado en mi camino. La canción que iba a marcar mi vida se escuchaba bastante fuerte, pero todos presentes en la fiesta se divertían muchísimo, así que nada podría molestarnos en esos momentos tan únicos. Miro hacía atrás y veo esa carita tan dulce que tenía y todavía no puedo creer que el destino ha jugado de esa forma con nosotros. No ha pasado ni un día de mí vida sin pensar en el y en lo que hubiera pasado si...pero no fue, y sinceramente no sé que va a ser desde hoy en adelante. La fiesta fue el principio de nuestro destino, algo que más adelante me hizo darme cuenta de que lo único que quería en esta vida era compartir con el, ese ''algo'' que nos unía. Llegué a esa fiesta acompañada por mis padres, en aquel entonces yo era hija única. Digo esto porque años más tarde Dios me dio la bendición más grande que existe: ''a mi hermana''. Nos recibieron con mucha alegría; los abrazos y los
Estuvimos en silencio un par de minutos cuando de repente, el niño de mis sueños acarició mi mejilla con el dorso de su mano. Le miré de reojo primero porque me tomó por sorpresa y la vergüenza se había apoderado de mí por completo. El movió su mano a lo largo de mi cara. Quité mi brazo de sus hombros y me di la vuelta por completo para verle: era tan tierno, tal parecía que nunca estuvo enfadado, porque en su cara sólo había dulzura y ningún signo de tristeza. No sabía que decir o si era el tiempo adecuado para articular palabra , ya que vivíamos un momento único, lleno de armonía y paz; sería una pena estropearlo. Me imagino ese instante como uno de esos cuadros, donde un niño y una niña que siempre juegan juntos llegan a darse cuenta que se gustan y no saben como reconocerlo. Mi felicidad era tan grande que sentía que volaba, al menos era la sensación en aquel entonces. De un momento a otro me pareció ver un movimiento en el cielo y con mucha prisa moví la mirada ha
Una de las canciones más bonitas que escuché en mí vida es Lambada, sin duda. Versos que aprendí desde muy pequeña, ritmo prohibido pero provocador y recuerdos que nunca se irán y eso significa mucho; tanto que siempre me ha causado un sentimiento de seguridad y calor. La fiesta siguió con más diversión todavía, ya que todos se habían enterado de la boda que se iba a celebrar dentro de 15 o 20 años o quién sabe. En realidad nada estaba seguro pero yo ya estaba más que ilusionada y en mi mente preparaba un escenario digno de una película. Bailé con Felipe casi toda la noche, ya éramos el centro de atención de todos. El no dejaba de abrazarme y de contarme alguna anécdota y yo no dejaba de reír y aceptar que me conquiste. Nuestros padres se llevaban de maravilla y de vez en cuando nos echaban el ojo y hablaban como si la boda se celebraría el día siguiente; vamos, que todo el mundo era feliz disfrutando de la fiesta como cada vez que teníamos la oportunidad. La noche fue de lo más di
Felipe ocupó el umbral; no lo podría creer, era tan alto y tan guapo. No quedaba nada de ese niño menudito que conocí antaño. Mis recuerdos con aquel muchacho indefenso se esfumaron en cuanto hizo acto de presencia semejante ejemplar masculino. Me sentía rota de un cuento con príncipes, un cuento en el que sólo te podrías enamorar de uno cuando había mil. El vaso tembló en mi mano derecha y tuve que sujetarlo con la izquierda para que no se derrame la bebida. El me miró como si me hubiera visto un día antes y tengo que reconocer que eso me decepcionó un poco. Se acercó a la mesa donde estaba su tía con sus padres y los míos, y cambiaron algunas palabras. Mi padre le abrazó como si de un hijo se tratara y eso me pareció de lo más extraño, pero no le di mucha importancia; mi mente estaba en lo que su madre había dicho: que era gay, evidentemente ya no había nada que hacer con mis sueños, pero sí con los suyos: respetarlos. De un momento a otro, la situación cambió radicalmente casi
Desde aquella noche pasaron varias semanas. Me dí el lujo de relajarme y no pensar en el chico que ocupaba parte de mí corazón. No volví a saber de el. De hecho, ya tenía a alguien con quien salía de vez en cuando y nos hicimos muy amigos; tanto que estaba segura que sería el novio perfecto. Sebastián me buscaba a la salida de las clases e incluso en algún momento cuando sabía que tenía un poco de tiempo libre me traía algo dulce y, así pasábamos cada vez más tiempo juntos. Un día me propuso ir al cine. Accedí como era de esperar, por algo tenía que empezar nuestra relación. ''Me gusta mucho''--escribí en mí diario--.''Sebastián es un chico muy majo, me trata bien y me respeta , cosa que es difícil encontrar en los chicos de hoy en día. A veces deseo de verdad que lo nuestro se convierta en algo mucho más serio de lo que ya es. por una parte me alegro que Felipe está lejos y es gay, así me será más fácil olvidarlo.''No tenía ni idea de lo mucho que me engañaba a mi
''El tiempo lo cura todo'', dicen por ahí. Bueno en mi caso me lo tenía que curar sola por que con el paso del tiempo, decidí que nada ni nadie me va a hacer sufrir jamás. Dos amores prematuros y perdidos que me han enseñado que no todo es miel o color rosa y que lo mejor que podía hacer era construir un buen futuro. Seguir con mis estudios y alcanzar los objetivos que ya me había propuesto tiempo atrás era lo que ocupaba mi mente en ese momento. A Sebastián no le volví a ver, pero me enteré por algún amigo en común, que se fue de la ciudad. Nadie sabía más. Y nadie entendía que fue lo que pasó realmente para que rompamos nuestra perfecta relación sin ninguna razón. Ese mismo verano recibí una carta de el; una carta que nunca abrí. Simplemente no tenía ganas de leerla y tampoco de saber nada de el...me había hecho mucho daño. Decidí ir a la universidad a seguir mi sueño y estudiar literatura. Estaba muy entusiasmada y hacía mis maletas con mucha ilusión. Mi hermana tenía ya 4 añitos