- ¡Oh, Dios mío!--- grité a todo pulmón. Me senté en la cama con mi mano en el pecho. Empapada en sudor y con unas ganas tremendas de orinar, intenté levantarme pero las piernas me temblaban tan fuerte que casi me caigo.
" Menudo sueño"--- pensé. Apoyaba una mano en la cama mientras pensaba en el sueño tan caliente que me había robado la tranquilidad aquella noche. - Como no me levante para ir al baño ya, voy a orinar encima--- parecía desquiciada hablando sola. Me puse de pie como pude, ya sentía que se me iba la calentura con la que desperté, y me encaminé hacía el cuarto de baño. Por las ganas de orinar no tuve tiempo de verme en el espejo. Antes de salir, di un rápido vistazo y vi una yo que desconocía por completo. Peiné mi pelo con los dedos y salí sin mirar atrás. Dentro de mi cabeza, los pensamientos mantenían una lucha muy difícil de controlar. Así me sentía en ese instante y de golpe pensé en cómo voy a mirar a la cara al bellísimo Andrea.Las imágenes de la noche anterior daban vuelta en mi cabeza. Tanto que durante la comida me sentía tan avergonzada que casi ni miraba a mi novio. He dicho mi novio, sí, y creo que va siendo hora de asumir que pronto me casaré o por lo menos aceptarlo como mi prometido por ahora. No sé qué me pasa , pero últimamente me siento bien en su compañía. La mesa estaba muy bonita, decorada con gusto y la comida deliciosa.Si habría que cualificar al cocinero , sería la nota más alta que daría alguna vez. Sentados de frente, con una música de fondo muy suave y una copa de vino tinto que apenas toqué,Felipe y yo disfrutamos por primera vez una comida juntos. Me gustaba el ambiente, daba una tranquilidad que anhelaba desde hace mucho tiempo. - Isabel--- me llamó con voz un poco ronca; carraspeó al instante haciendo que le mirara fijamente--- quería aclarar el mal entendido del otro día. - ¿De qué estás hablando?--- le miré esperando una respuesta inmediata. - De Nico
El viaje de vuelta a casa de mis padres trajo a mi mente muchísimas dudas y preguntas a las que muy pronto esperaba encontrar respuestas. Ni siquiera fue mi intención hacerlo junto a Felipe,pero el se negó en dejarme ir sola. Sin poner más pegas, subimos a su coche y emprendimos el viaje juntos, el primero de tantos. La época de las Navidades es una de mis favoritas del año; acompañado de tu familia y los seres queridos, preparativos, regalos y paz que es lo más importante para que uno siga bien de salud. Hablando de salud, la última vez que hablé con mi padre, sentí su voz un poco apagada. No quise preguntar nada , ya que, por teléfono me podría haber dicho lo que fuera para tranquilizarme, pero es verdad que la sospecha de que algo no iba del todo bien con el, no me dejaba dormir. Mi intuición no falla y tarde o temprano me enteraré que es lo que pasa. Estaba muy nerviosa de ver si en los cuatro meses que he faltado de mi ciudad han cambiado las cosas. En to
Los siguientes días no pudimos disfrutar demasiado, ya que, los preparativos para la Nochebuena no nos daban tiempo para nada más. Un día fuimos a visitar a su tía, otro a comprar los que surgió a última hora y sin darnos cuenta casi, ya estábamos a un día de la Navidad. Cada año decorabamos la casa con mi padre y mí hermana, ya que mi madre tenía por costumbre cocinar y hornear. Este año no fue menos, lo que si tuvimos que hacer fue incluir a mi prometido en nuestros planes. En definitiva, pronto iba a ser el nuevo miembro de la familia. El día antes de la Nochebuena fuimos a cenar con la familia de Felipe. Habían venido sus padres y nos reunimos como antaño. - ¿Para cuándo la boda?--- su tía era de lo más atrevida y siempre preguntaba o hacía algún comentario cuándo no era el momento; como si te quisiera dejar en evidencia. - Que lo diga mi prometida--- añadió Felipe de lo más tranquilo. Su sonrisa burlona me puso nerviosa y casi escupo la bebida de mi boca.---por
Las fiestas más maravillosas de mi vida, es como definiría los momentos pasados con mi familia. La Navidad más hermosa de mi vida, mi madre irreconocible y un Felipe de lo más cariñoso. Asistimos a la función de mi niña y todo salió impresionante. Verla feliz es lo más grande.Tuve algún que otro reencuentro con conocidos, amigos, compañeros de instituto a los que Felipe no les puso muy buena cara, pero es lo que hay. A mi tampoco me gusta Nicole y ahí la tiene pegada a su chepa. He sonado celosa ¿verdad? Pues eso, que si el quiere casarse conmigo tendrá que seguir algunas reglas mías. Mi padre es el único que se veía un poco apagado pero por mucho que busqué un momento a solas ,mi madre siempre estaba presente, y si no era ella , era mi novio. Dos dias después de nuestra llegada, nos visitaron Daniela y David. Pasamos momento únicos con ellos, momentos que nos van acompañar toda la vida. Estaba de pie mirando la calle a través de la ventana del salón. Llevaba puesto un
Pasaron meses en los que nos entregamos como locos uno al otro. Delante de los demás eramos la pareja más feliz del mundo y la verdad es que me sentía tan dichosa. Daniela y David nos acompañaba muy a menudo a cenar y la mayoría de los fines de semana los pasábamos juntos en diferentes actividades. Nicole se mantenía en la sombra como una ladrona aunque yo sabía que planeaba algo que no me iba a gustar ni lo más mínimo; y eso se lo había dicho a mi amiga. En ocasiones, Dani me llamó paranoia pero mi alma me decía que estaba en todo lo cierto. - Isa, una cosa es que te lo imagines y otra muy diferente que sea verdad. No tienes pruebas , no puedes - Deja de decir que no tengo pruebas, por favor. Sé lo que he visto y nada hará que cambie de opinión. - Dame tiempo, hablaré con David. Si es verdad, por algún lado tiene que salir algo de esta historia. La mentira tiene patas cortas. - Nadie va a decir nada , y yo como una tonta me enamoré del principe imposible. Si los cu
Tenía nueve años cuando lo conocí, y nada más verle, me pareció el niño más tierno que se ha cruzado en mi camino. La canción que iba a marcar mi vida se escuchaba bastante fuerte, pero todos presentes en la fiesta se divertían muchísimo, así que nada podría molestarnos en esos momentos tan únicos. Miro hacía atrás y veo esa carita tan dulce que tenía y todavía no puedo creer que el destino ha jugado de esa forma con nosotros. No ha pasado ni un día de mí vida sin pensar en el y en lo que hubiera pasado si...pero no fue, y sinceramente no sé que va a ser desde hoy en adelante. La fiesta fue el principio de nuestro destino, algo que más adelante me hizo darme cuenta de que lo único que quería en esta vida era compartir con el, ese ''algo'' que nos unía. Llegué a esa fiesta acompañada por mis padres, en aquel entonces yo era hija única. Digo esto porque años más tarde Dios me dio la bendición más grande que existe: ''a mi hermana''. Nos recibieron con mucha alegría; los abrazos y los
Estuvimos en silencio un par de minutos cuando de repente, el niño de mis sueños acarició mi mejilla con el dorso de su mano. Le miré de reojo primero porque me tomó por sorpresa y la vergüenza se había apoderado de mí por completo. El movió su mano a lo largo de mi cara. Quité mi brazo de sus hombros y me di la vuelta por completo para verle: era tan tierno, tal parecía que nunca estuvo enfadado, porque en su cara sólo había dulzura y ningún signo de tristeza. No sabía que decir o si era el tiempo adecuado para articular palabra , ya que vivíamos un momento único, lleno de armonía y paz; sería una pena estropearlo. Me imagino ese instante como uno de esos cuadros, donde un niño y una niña que siempre juegan juntos llegan a darse cuenta que se gustan y no saben como reconocerlo. Mi felicidad era tan grande que sentía que volaba, al menos era la sensación en aquel entonces. De un momento a otro me pareció ver un movimiento en el cielo y con mucha prisa moví la mirada ha
Una de las canciones más bonitas que escuché en mí vida es Lambada, sin duda. Versos que aprendí desde muy pequeña, ritmo prohibido pero provocador y recuerdos que nunca se irán y eso significa mucho; tanto que siempre me ha causado un sentimiento de seguridad y calor. La fiesta siguió con más diversión todavía, ya que todos se habían enterado de la boda que se iba a celebrar dentro de 15 o 20 años o quién sabe. En realidad nada estaba seguro pero yo ya estaba más que ilusionada y en mi mente preparaba un escenario digno de una película. Bailé con Felipe casi toda la noche, ya éramos el centro de atención de todos. El no dejaba de abrazarme y de contarme alguna anécdota y yo no dejaba de reír y aceptar que me conquiste. Nuestros padres se llevaban de maravilla y de vez en cuando nos echaban el ojo y hablaban como si la boda se celebraría el día siguiente; vamos, que todo el mundo era feliz disfrutando de la fiesta como cada vez que teníamos la oportunidad. La noche fue de lo más di