La vida de Victoria Volkova estuvo marcada por la tragedia desde sus inicios, siendo apenas un bebé su padre la llevó a vivir con su esposa e hija, a pesar del disgusto y de los problemas que eso trajo a su familia Alexa no tuvo otro remedio que aceptar la hija legítima de su esposo como parte de ellos.
A los cuatro años, quedó huérfana tras la muerte de su padre, con madre desconocida quedó bajo la custodia y cuidado de su abuelo Mikhail.Para él, sus nietas eran lo único que le quedaba tras la pérdida de sus hijos años antes.Las memorias de su primera infancia eran escasas, pero felices. Mikhail la educó con cariño y le brindó todo lo que necesitaba. Para Victoria, él era su padre, la figura paterna que nunca había conocido.Entre sus recuerdos más preciados se encontraba también la imagen de su tía Anna bailando ballet. Aunque nunca la conoció, encontró muchas de sus grabaciones. Se pasaba horas pegada al televisor observando con fascinación su gracia, elegancia y aparente ingravidez en el escenario. Anna era su ídolo, su musa, la inspiración que la impulsó a perseguir su sueño: convertirse en bailarina, incluso superar lo que su tía jamás pudo lograr, ya que al igual que su padre, también murió joven, Anna antes siquiera de lograr cumplir la mayoría de edad.Victoria dedicó su vida al ballet. Mikhail solo deseaba hacerla feliz y protegerla del mundo, incluyendo la furia de Alexa, la viuda de su hijo. Aunque Alexa fingía quererla por ser la hermana de su hija, en realidad la detestaba, no solo por ser hija ilegítima de su esposo, sino también por su éxito.A los 17 años, Victoria se convirtió en una joven promesa al entrar en la compañía de ballet más importante de Rusia: el Ballet Bolshoi. Dos años después, debutaba como primera bailarina en el Gran Teatro de Nueva York, donde representarían "El Lago de los Cisnes" durante una semana completa.En esa misma función, Erwan Roussell, un poderoso mafioso de 33 años, presenciaba el ballet por enésima vez. Sin embargo, en esa ocasión, la bailarina que interpretaba a Odette lo cautivó de una manera inesperada.—Jamás creí que llegaría este día —dijo Spike con una sonrisa nerviosa al ver a su jefe fascinado con la bailarina, consciente de que no era prudente bromear con Erwan.Y es que Erwan no era un hombre que se tomara las cosas a la ligera. A su corta edad, había logrado unificar a la mayoría de las mafias en Nueva York y movía ingentes cantidades de dinero. Su astucia era tal que ni siquiera la DEA, la CIA o el FBI habían podido tocarlo. Tenía a su disposición una red de sobornos que involucraba a ministros, agentes y hombres de alto rango.Pero Erwan ambicionaba más. Su objetivo era expandir su imperio al Viejo Mundo, y para lograrlo, estaba dispuesto a hacer sacrificios. Uno de ellos era renunciar a su soltería, un título que le había otorgado el título de soltero más codiciado en una de las revistas más leídas del mundo.Sin embargo, en esa ocasión, la joven que había despertado su interés no era la que se esperaba. Su mirada se dirigió hacia una bailarina que se encontraba en el escenario, cautivado por su talento y belleza.En el momento en que la vio, sintió una irresistible atracción hacia ella. Su entrepierna se encendió de inmediato.—¿Qué te pasa? —le preguntó Spike, su primo, al notar su fijación en la bailarina.—Consigueme el nombre de esa bailarina —ordenó Erwan a Spike sin apartar la vista de la joven que escenificaba a la perfección el cisne negro — La quiero está noche en mi cama.—¿Estás seguro? Hay muchas otras chicas que no te traerán tantos problemas como la primera bailarina del ballet más famoso del mundo—respondió Spike, sorprendido por la inusual petición de su primo.—No me importa ninguna otra. La quiero a ella. Averigua su nombre y qué hará después de la función.Por su parte, Vicky se encontraba radiante tras su magistral interpretación de Odette en "El Lago de los Cisnes". Los aplausos resonaban en sus oídos, las felicitaciones de sus compañeros la envolvían en un halo de satisfacción. Sin duda, había logrado cautivar a la audiencia con su talento y belleza.— ¡Felicidades, Vicky! ¡Fue una actuación espectacular! —exclamó una de sus compañeras de ballet mientras se dirigían a una de las discotecas más exclusivas de la ciudad.Spike, consciente de que la información que le había pedido Erwan era crucial para evitar problemas, no tardó en ponerse en marcha. Rápidamente, averiguó que la bailarina se llamaba Victoria Volkova y que, tras la función, se reuniría con sus compañeros en un club muy exclusivo.—Entonces vayamos a seguir celebrando —dijo Erwan a Spike, ansioso por encontrar a la bailarina que lo había cautivado.La noche prometía ser memorable. Al llegar al club, Vicky y sus compañeras fueron guiadas directamente al área VIP, donde les sirvieron cualquier bebida o aperitivo que desearan. Sin embargo, Vicky no podía permanecer inmóvil por mucho tiempo. La música vibrante la llamaba, la incitaba a desatar su energía en la pista de baile.Y así lo hizo. Se levantó de su asiento y se dirigió al centro de la pista, donde la rodearon de inmediato varios hombres que buscaban bailar con ella. Vicky, con una sonrisa radiante, aceptó sus invitaciones y se dejó llevar por el ritmo contagioso de la música.En ese momento, Erwan Roussell, un poderoso mafioso que había asistido al ballet esa noche, llegó a la discoteca. Su mirada se dirigió de inmediato hacia Vicky, quien bailaba con una energía y una gracia que lo cautivaron por completo.Era extraño para él. Había tenido muchas mujeres, pero ninguna había despertado en él un deseo tan intenso como la joven bailarina. De hecho, ya fantaseaba con cómo sería poseerla, escucharla gemir mientras se retorcía de placer bajo su cuerpo.La mirada de Erwan se oscureció cuando vio a Vicky rodeada de hombres. Con paso decidido, se acercó a ella y, sin dar tiempo a que nadie reaccionara, la tomó de la cintura y la atrajo hacia él.—Aquí estás, te andaba buscando —dijo Erwan con su voz ronca, intimidando a los demás hombres que se habían acercado a Vicky.—Déjame bailar contigo y después te invito una copa —le susurró al oído, mientras la tomaba del talle y la llevaba a la pista de baile alejándola de los demás.Vicky, sorprendida por la repentina aparición de Erwan, estuvo a punto de golpearlo por su brusquedad. Sin embargo, un escalofrío la recorrió al sentir su cercanía y escuchar su voz en el oído, algo que no era capaz de controlar o de definir.Las palabras se le atascaron en la garganta. Solo podía observar esos ojos azules tan intensos que la miraban como si pretendiera escudriñarle el alma.En un impulso inexplicable, Vicky pasó los brazos por el cuello de Erwan y se pegó más a él. De repente, solo podía verlo a él, escuchar solo su voz.—Yo... —las palabras seguían sin salir de su boca, pero no importaba. En ese momento, solo existía él para ella.— ¿Usted quién es?— preguntó conteniéndose a preguntarle directamente si creía en los flechazos porque ella acababa de tener uno.—Mi nombre es Erwan— le había respondido a la joven apretándola más contra su cuerpo.No podía dejar que la joven se le fuera de las manos ni un poco, era extraño el no querer dejar que ella se alejara o que otro hombre tratara de acercarse a ellos y arrebatársela de los brazos.— Victoria, aunque puedes llamarme Vicky — respondo con perfecto inglés pero un evidente acento ruso.Ella no dejaba de moverse delicadamente al ritmo de la música, no debía ni pensar para ello, su cuerpo reaccionaba solo, era algo instintivo y a su vez el roce, la cercanía del americano era algo que parecía querer de un modo que se le hacía extraño, antes, jamás había deseado ese tipo de intimidad, solía huir de ello.—¿Qué te parece si ambos nos vamos a otro lugar más privado? — le susurró Erwan al odio a la joven.De nuevo el aliento de ese hombre en el cuello erizo su piel, hizo que su corazón se acelerara de una forma que le resultaba incomprensible, levantó la mirada y fijó en él sus ojos grises, tan hab
— Me aparta de los demás para tomar una copa, me besa y se aleja, ¿Qué espera que haga yo? ¿Tal vez esté usted muy acostumbrado a que las mujeres le persigan?Giró el rostro observando la cama y negando antes de volver a mirar a ese guapísimo hombre.Erwan llegó con dos copas de margaritas en cada una de sus manos, aún conservaba la sonrisa traviesa y seductora en sus labios, más al ver el nerviosismo en sus ojos, al ver la cama.—Por favor discúlpame, como dije antes solo deseaba ser un buen anfitrión, así que por favor no te enfades— en ese momento Erwan le estaba mostrando a la joven una faceta de él que nadie había logrado ver. El gran rey de Nueva York, siendo un hombre amable y sobre todo sonriente.— También parece alguien poderos, créame sé dé lo que hablo — una sonrisa enigmática cruzó el rostro de Victoria, su familia era muy rica y también peligrosa, si algo podía identificar era el tipo de gente que había visto desde que era una niña y ese hombre era de ese tipo, aunque él
Las sensaciones que la recorrían, esa forma de lamer, besar y estimular su piel la hizo arquearse bajo su cuerpo, haciendo que la humedad entre sus piernas creciera que un agradable cosquilleo se instauraba entre ellas y sobre todo, que su corazón retumbara tan fuerte que le parecía que no sería capaz de mantenerlo mucho tiempo dentro de su pecho. — Erwan yo…— ella no sabía cómo expresarse solo que estaba nerviosa y a la vez no quería que parara.—Eres hermosa — le dijo Erwan llevando su mano derecha hasta donde se encontraba el único trozo de tela que le impide tocarla como desea haciendo a un lado su braguita, notando la humedad entre sus pliegues más íntimos.Victoria jamás creyó que notar otros dedos que no fueran los suyos acariciando su sexo le provocara tanto placer se sorprendió tanto del gemido que salió de sus labios que se llevó una mano a la boca avergonzada mientras abría más las piernas para él, incapaz de decir nada por qué si hablaba gemiría de nuevo, simplemente movi
Erwan se encontraba vestido observándola dormir, después de la última vez que la había tomado había sido incapaz de conciliar el sueño, por lo que se dedicó a velar por su descanso.—Buenos días —la saludó Erwan al verla despertar.—Buenos días … yo…— en cuanto sus ojos se abrieron Victoria se sintió avergonzada por lo sucedido. ¿Realmente había perdido la virginidad en un lugar como ese?Se levantó de la cama y buscó su ropa por el suelo, vistiéndose apresuradamente con el rostro encendido a causa de la vergüenza.Erwan, intuyendo su intención de marcharse, se levantó del sillón y la tomó por la muñeca.—¿Adónde vas? —le preguntó con suavidad.—No lo sé... supongo que… —Victoria lo miró sin saber qué decir. A fin de cuentas, no volvería a ver a ese hombre—. Adiós —dijo con un hilo de voz e intentando salir del reservado en busca de sus amigos. Solo quería huir de ese lugar, de ese hombre y de las sensaciones que había experimentado.Ni siquiera pudo cruzar la puerta cuando él le bloq
Erwan no iba a permitir que ella se marchara de esa manera, era cierto que había permanecido en silencio, pero eso no significaba que la dejara marchar de esa manera de su auto. —Te pido disculpas, por la forma en que te abordé; sin embargo, no deseo que esto termine aquí, deseo conocerte, estaré aquí esta noche como he dicho, te llevaré a cenar y no aceptaré un no por respuesta— le dijo viéndola a los ojos con él semblante serio antes de tirar levemente de ella al interior del auto y robarle un beso. Ella estaba preparada para responderle que invitara a la siguiente de la lista, que si estuviera en Rusia podría costarle la vida haber jugado con ella, que quien se creía, que iba listo si esperaba que cenara con él, pero su cerebro se desconectó en el instante en que ese hombre tiró de ella y antes de que pudiera pronunciar una sola palabra ya la estaba besando. — Yo…— murmuró contra su boca antes de alejarse un poco de su rostro y golpearle la mejilla con la mano completamente abie
Ella no le dio tiempo a hablar. Se abalanzó sobre él antes de que pudiera articular palabra, necesitando su cercanía. Lo besó con fervor, buscando saciar su propia necesidad de sentirlo, de saborear su boca, de llevarse consigo el recuerdo de esos labios, esa lengua, de la forma en que había conquistado su corazón en tan solo unos días.Erwan era consciente de lo egoísta de su deseo y agradeció que ella no lo dejara hablar, evitando así revelar su propio anhelo: que ella no lo olvidara tan pronto.Respondió al beso con la misma intensidad, pegando su cuerpo al de ella con pasión. Sus lenguas y labios se enredaban en una danza sin tregua.—Te voy a extrañar tanto… —susurró ella—, pero quiero que sepas que he sido inmensamente feliz contigo estos días. Una parte de mí se quedará contigo para siempre.Él la silenció con un beso, colocándola de nuevo en el suelo. La había tomado en brazos y la había hecho girar en el aire en algún momento de su apasionado encuentro.—Shhh, no quiero despe
De vuelta a la actualidad.Tras la partida de Victoria, Erwan se liberó del agarre de su esposa, a quien había estado ignorando durante toda la velada. Era consciente de que ella le hablaba, pero no deseaba prestarle atención. Ya había cumplido con su deber al casarse con ella.—¿Erwan, sucede algo? —preguntó su reciente esposa.—No, nada —respondió él con desgana—. Quédate con tu familia, volveré enseguida.No solo necesitaba alejarse de ella, sino también hablar con Victoria. No podía soportar la idea de verla con otro hombre. Erwan esquivó a los invitados que se dirigían a la recepción en la mansión Volkov con la esperanza de alcanzarla.Spike, que en ese momento coqueteaba con una chica, vio pasar a su jefe y primo. Maldijo en voz baja al intuir que algo iba mal. Abandonó a su posible conquista y se apresuró a buscar a Erwan.—Disculpa, pero debo marcharme —le dijo a la joven con quien conversaba, dirigiéndose hacia Erwan, a quien encontró buscando algo en la puerta.Erwan estaba
Victoria no pudo evitar aferrarse a él por propio instinto, lo quería cerca, lo necesitaba cerca de una forma que no sabía explicar. Cerró los ojos y se permitió relajarse sin pensar en nada más por un instante.— Suéltala. ¿Crees que no sé lo que sucedió con vosotros en nueva York?— Pavel quería avergonzarlo, hacer que la soltará, quería proteger a su amiga de aquello, así que se acercó e intentó arrebatársela de los brazos.—Yo soy quien la llevará dentro así que más te vale que te apartes. No quieras jugar al príncipe, porque si lo haces te haré ver porqué los villanos existen para hacerle la vida imposible a los héroes — fue lo único que dijo Erwan al ver al hombre tratar de acercarse y quitarle a Victoria de los brazos.Spike por suerte llegaba en ese momento, escuchando lo dicho por su primo y jefe, intentando evitar que se metiera en más problemas al sujetar a Erwan por su hombro izquierdo.—Erwan, ¿Qué crees que pensarán si llegas con la hermana de tu esposa en brazos?Para Vi