— Me aparta de los demás para tomar una copa, me besa y se aleja, ¿Qué espera que haga yo? ¿Tal vez esté usted muy acostumbrado a que las mujeres le persigan?
Giró el rostro observando la cama y negando antes de volver a mirar a ese guapísimo hombre.Erwan llegó con dos copas de margaritas en cada una de sus manos, aún conservaba la sonrisa traviesa y seductora en sus labios, más al ver el nerviosismo en sus ojos, al ver la cama.—Por favor discúlpame, como dije antes solo deseaba ser un buen anfitrión, así que por favor no te enfades— en ese momento Erwan le estaba mostrando a la joven una faceta de él que nadie había logrado ver. El gran rey de Nueva York, siendo un hombre amable y sobre todo sonriente.— También parece alguien poderos, créame sé dé lo que hablo — una sonrisa enigmática cruzó el rostro de Victoria, su familia era muy rica y también peligrosa, si algo podía identificar era el tipo de gente que había visto desde que era una niña y ese hombre era de ese tipo, aunque él parecía no tener el mismo ojo clínico — pero demostró muy poca gracia al traerme a un lugar como este¿De verdad cree que tendré mi primera vez en la habitación escondida de un club con un desconocido?Victoria negó acercándose hasta el hombre y le agarró de la corbata para atraerlo contra su rostro.Erwan no pudo evitar sonreír ante el aplomo de la joven para encararlo y enfrentarlo de la manera que lo hacía.“Tiene agallas”, pensó Erwan dejando que le tomara la ventaja, que hiciera lo que deseaba que era besarla.—Vaya parece que no solo es una bailarina de ballet, tiene razón, no soy un hombre común y corriente.— Erwan… — murmuró muy bajito contra sus labios — se ha equivocado conmigo incluso para una aventura de una noche — añadió rozándole los labios al hablar antes de apartarse de él y quitarle la copa que le había preparado de las manos — Estaré en este país unos días más, espero que tenga algo mejor para mí que lo que me mostró esta noche.Después de aquello le dio un sorbo a la bebida y caminó hasta la puerta del reservado para marcharse.Hasta su maldito nombre sonaba muy bien siendo pronunciado por los labios de ella, pero si creía que podía besarlo y alejarse estaba equivocada. Él no la dejaría escapar.Antes de que ella se diera cuenta, la tenía contra uno de los muros, sus copas se encontraban esparcidas por el suelo, mientras su mirada la tenía fija sobre ella y sus labios.—Quería tomarme las cosas con calma, pero tienes algo que me hace enloquecer, señorita Victoria, ¿Quién diablos eres? Solo quería conocerte un poco más, hablar contigo en privado…— le dijo, rozando sus labios con los suyos, pese a tenerla acorralada ella podría escapar con tan solo empujarlo —. Pero no puedo dejar de pensar en besarte, en escucharte, decir mi nombre una y otra vez.La copa se le cayó de las manos en el mismo instante en que lo sintió acorralarla, el pecho de Victoria subía y bajaba, su respiración se aceleraba contra la boca de ese hombre, podía empujarlo y marcharse, pero no quería.Él no dudó en tomarla en sus brazos, pasando sus labios por su cuello, aspirando su aroma como si de un animal salvaje se tratara.— Erwan…— murmuró muy bajito, pasando los brazos alrededor de su cuello y atrayéndolo más contra ella —Erwan… Erwan…. Erwan…— pronunció su nombre varias veces más antes de lamer su labio inferior despacio, con la punta de la lengua — ¿Así te lo imaginas?“M****a”Por supuesto que era mejor de lo que se lo imaginaba, su voz era mucho más dulce, mientras su deseo se volvía más salvaje, más visceral. En ese momento ni el mismo se reconocía, ya que no podía controlar su actuar.La deseaba más allá de su cordura por lo que volvió a besarla, esta vez no la dejaría escapar, no solo la besó. También la tomo de las caderas haciendo que se aferrars a él y así poder llevarla hasta enorme cama. Se decía a sí mismo, pero el deseo era mucho más fuerte de lo que desearía admitir. La quería a ella.Ella se dejó llevar por él, no tardó en aferrarse a su cintura con las piernas a pesar de lo que había dicho antes, se olvidó por completo del lugar en el que estaba, no podía dejar de pensar en esas manos por su cuerpo, en esa boca que le había de perder el sentido y no dejaba de besarla y luego recorrer la piel de su cuello.— Erwan…— repitió al notar el colchón a su espalda, pensando por un instante en que debía parar, en que no podía entregar su primera vez de esa forma a un desconocido, pero lo cierto era que jamás se había sentido tan tentada, tan excitada, tan dispuesta a seguir como en ese instante — Está bien, Erwan, tú ganas, al fin y al cabo estoy en otro país supongo que puedo simplemente dejarme llevar.Y es que estaba muy acostumbrada a ser correcta, a comportarse de forma intachable, pero podía simplemente divertirse esa noche, disfrutar de aquello que le pedía el cuerpo y nadie jamás lo sabría, solo sería esa locura que hizo en otro país, un simple y bonito recuerdo.—No te preocupes, solo déjate llevar — le dijo Erwan a la joven.Aunque en el fondo sabía que no era ella quien lo iba a lamentar después, sino él, ya que la atracción que ella ejercía sobre él era impresionante, jamás ninguna mujer le había hecho perder su autocontrol. La boca de Erwan no solo se dedicaba a besarla, sino también a despertar cada parte de su piel con sus labios, sus manos se colaron por debajo de su espalda, deslizando la cremallera del vestido que vestía esa noche, quitándoselo. Por un momento Erwan sintió que el aliento le faltó al verla completamente desnuda frente a él, sus pechos no eran tan grandes, pero era del tamaño justo para que él bajará hasta ellos y los disfrutará con su boca, dejando besos sobre su blanca tez, adorando como enrojecía en cada beso.Las sensaciones que la recorrían, esa forma de lamer, besar y estimular su piel la hizo arquearse bajo su cuerpo, haciendo que la humedad entre sus piernas creciera que un agradable cosquilleo se instauraba entre ellas y sobre todo, que su corazón retumbara tan fuerte que le parecía que no sería capaz de mantenerlo mucho tiempo dentro de su pecho. — Erwan yo…— ella no sabía cómo expresarse solo que estaba nerviosa y a la vez no quería que parara.—Eres hermosa — le dijo Erwan llevando su mano derecha hasta donde se encontraba el único trozo de tela que le impide tocarla como desea haciendo a un lado su braguita, notando la humedad entre sus pliegues más íntimos.Victoria jamás creyó que notar otros dedos que no fueran los suyos acariciando su sexo le provocara tanto placer se sorprendió tanto del gemido que salió de sus labios que se llevó una mano a la boca avergonzada mientras abría más las piernas para él, incapaz de decir nada por qué si hablaba gemiría de nuevo, simplemente movi
Erwan se encontraba vestido observándola dormir, después de la última vez que la había tomado había sido incapaz de conciliar el sueño, por lo que se dedicó a velar por su descanso.—Buenos días —la saludó Erwan al verla despertar.—Buenos días … yo…— en cuanto sus ojos se abrieron Victoria se sintió avergonzada por lo sucedido. ¿Realmente había perdido la virginidad en un lugar como ese?Se levantó de la cama y buscó su ropa por el suelo, vistiéndose apresuradamente con el rostro encendido a causa de la vergüenza.Erwan, intuyendo su intención de marcharse, se levantó del sillón y la tomó por la muñeca.—¿Adónde vas? —le preguntó con suavidad.—No lo sé... supongo que… —Victoria lo miró sin saber qué decir. A fin de cuentas, no volvería a ver a ese hombre—. Adiós —dijo con un hilo de voz e intentando salir del reservado en busca de sus amigos. Solo quería huir de ese lugar, de ese hombre y de las sensaciones que había experimentado.Ni siquiera pudo cruzar la puerta cuando él le bloq
Erwan no iba a permitir que ella se marchara de esa manera, era cierto que había permanecido en silencio, pero eso no significaba que la dejara marchar de esa manera de su auto. —Te pido disculpas, por la forma en que te abordé; sin embargo, no deseo que esto termine aquí, deseo conocerte, estaré aquí esta noche como he dicho, te llevaré a cenar y no aceptaré un no por respuesta— le dijo viéndola a los ojos con él semblante serio antes de tirar levemente de ella al interior del auto y robarle un beso. Ella estaba preparada para responderle que invitara a la siguiente de la lista, que si estuviera en Rusia podría costarle la vida haber jugado con ella, que quien se creía, que iba listo si esperaba que cenara con él, pero su cerebro se desconectó en el instante en que ese hombre tiró de ella y antes de que pudiera pronunciar una sola palabra ya la estaba besando. — Yo…— murmuró contra su boca antes de alejarse un poco de su rostro y golpearle la mejilla con la mano completamente abie
Ella no le dio tiempo a hablar. Se abalanzó sobre él antes de que pudiera articular palabra, necesitando su cercanía. Lo besó con fervor, buscando saciar su propia necesidad de sentirlo, de saborear su boca, de llevarse consigo el recuerdo de esos labios, esa lengua, de la forma en que había conquistado su corazón en tan solo unos días.Erwan era consciente de lo egoísta de su deseo y agradeció que ella no lo dejara hablar, evitando así revelar su propio anhelo: que ella no lo olvidara tan pronto.Respondió al beso con la misma intensidad, pegando su cuerpo al de ella con pasión. Sus lenguas y labios se enredaban en una danza sin tregua.—Te voy a extrañar tanto… —susurró ella—, pero quiero que sepas que he sido inmensamente feliz contigo estos días. Una parte de mí se quedará contigo para siempre.Él la silenció con un beso, colocándola de nuevo en el suelo. La había tomado en brazos y la había hecho girar en el aire en algún momento de su apasionado encuentro.—Shhh, no quiero despe
De vuelta a la actualidad.Tras la partida de Victoria, Erwan se liberó del agarre de su esposa, a quien había estado ignorando durante toda la velada. Era consciente de que ella le hablaba, pero no deseaba prestarle atención. Ya había cumplido con su deber al casarse con ella.—¿Erwan, sucede algo? —preguntó su reciente esposa.—No, nada —respondió él con desgana—. Quédate con tu familia, volveré enseguida.No solo necesitaba alejarse de ella, sino también hablar con Victoria. No podía soportar la idea de verla con otro hombre. Erwan esquivó a los invitados que se dirigían a la recepción en la mansión Volkov con la esperanza de alcanzarla.Spike, que en ese momento coqueteaba con una chica, vio pasar a su jefe y primo. Maldijo en voz baja al intuir que algo iba mal. Abandonó a su posible conquista y se apresuró a buscar a Erwan.—Disculpa, pero debo marcharme —le dijo a la joven con quien conversaba, dirigiéndose hacia Erwan, a quien encontró buscando algo en la puerta.Erwan estaba
Victoria no pudo evitar aferrarse a él por propio instinto, lo quería cerca, lo necesitaba cerca de una forma que no sabía explicar. Cerró los ojos y se permitió relajarse sin pensar en nada más por un instante.— Suéltala. ¿Crees que no sé lo que sucedió con vosotros en nueva York?— Pavel quería avergonzarlo, hacer que la soltará, quería proteger a su amiga de aquello, así que se acercó e intentó arrebatársela de los brazos.—Yo soy quien la llevará dentro así que más te vale que te apartes. No quieras jugar al príncipe, porque si lo haces te haré ver porqué los villanos existen para hacerle la vida imposible a los héroes — fue lo único que dijo Erwan al ver al hombre tratar de acercarse y quitarle a Victoria de los brazos.Spike por suerte llegaba en ese momento, escuchando lo dicho por su primo y jefe, intentando evitar que se metiera en más problemas al sujetar a Erwan por su hombro izquierdo.—Erwan, ¿Qué crees que pensarán si llegas con la hermana de tu esposa en brazos?Para Vi
Luego de su conversación con Tatiana, Erwan se dirigió hacia Mihkail. —Deseo hablar con usted, Mihkail. A pesar de la incertidumbre del futuro, Erwan tenía algo muy claro: su matrimonio con Tatiana debía anularse antes de que la noche de bodas lo consumara. No sabía si esta decisión le costaría una guerra, una enemistad o el cese de sus negocios con los rusos, y esperaba que no. Su intención era enfrentar a Mikhail y pedirle la mano de su otra nieta. Mikhail también esperaba el momento oportuno para hablar con él, y le pareció extraño que el joven se adelantara. Asintió con la cabeza, indicando que lo siguiera. —Que la fiesta continúe sin escándalos —advirtió Mikhail antes de hacerle una señal a Erwan para que lo acompañara a su despacho. El anciano caminó en silencio, con el recién casado tras él, hasta llegar a su estudio. Allí, buscó un gran sobre marrón entre sus pertenencias y lo dejó frente a Erwan mientras se sentaba en su silla. El futuro era incierto tras esta conv
El viejo negó rápidamente ante esa idea. No podía evitar ver a su nieta como una niña todavía, una niña indefensa que solo lo tenía a él. Era tan parecida a su difunta hija, no solo en su aspecto físico, sino también en su carácter y forma de ser. Le recordaba tanto a Anna que no podía evitar querer protegerla todo el tiempo, del mismo modo que hubiera querido proteger a su pequeña.Al principio la dejó convivir con Alexa y Tatiana, ya que su nuera le convenció de que lo mejor para las dos niñas era crecer juntas. Sin embargo, tenía muy presente el episodio por el que se la había llevado de esa casa antes de cumplir los cinco años, y todavía le daban ganas de terminar con su nuera por aquello.La sola idea de que Victoria estuviera comprometida o a punto de casarse con alguien más molestaba a Erwan. De hecho, si en ese instante le decía que estaba comprometida o pensaba comprometrla con alguien, mataría al viejo y la tomaría para él. Sin embargo, se controló lo suficiente como para pe