El teléfono de Sergey sonó y los tres hombres se quedaron en silencio mientras él respondía rápidamente.— Sergey —dijo la voz angustiada de Tatiana al otro lado de la línea.—¿Tatiana? —preguntó Sergey, sorprendido poniendo rápidamente el teléfono en manos libres para que los demás también pudieran oírla—. ¿Dónde estás?—¡Sergey, ayúdame! Victoria está en peligro. Mi madre... ella ha enloquecido. ¡No sé qué hacer! —respondió la mujer sollozando desesperada.Erwan, al escuchar la voz de Tatiana y lo que decía, le quitó el celular a Sergey bruscamente de las manos.—Tatiana, si no aparecen pronto, me divorciaré de ti y me llevaré al niño conmigo. Jamás podrás verlo de nuevo. —advirtió Erwan desesperado—. Así que dime, ¿Dónde es que se encuentran?Tatiana se quedó en silencio por un momento, tratando de procesar la amenaza de Erwan. No sabía si estaba más indignada o asustada, lo que tenía claro es que ese no era el momento de ponerse a discutir con él; primero debían salvar a Victoria
De un momento a otro, todo empezó a andar a cámara lenta frente a sus ojos. Alexa se levantó con un arma en la mano, caminando sin dudarlo ni por un instante hacia la cama donde Victoria estaba completamente expuesta y vulnerable.Spike tenía solo una oportunidad para evitar que eso pasara y conservar su cabeza en su lugar. Si fallaba, Erwan y la pequeña Odette serían los únicos Roussell vivos en el planeta, ya que él se encargaría de exterminar por completo a su propia familia, junto con las familias Volkov e Ivanov en Rusia. No había nada ni nadie que le impidiera convertirse en un ángel vengador, eliminando a todos los que consideraba culpables de la muerte de la mujer que amaba.Gracias a Dios había llegado a tiempo, ya que la casa de campo estaba a unos kilómetros de la mansión Volkov, lo que le permitió llegar más rápido que Erwan, quien aún estaba en camino.El dedo de Spike de su mano dominante, estaba inquieto, esperando el momento adecuado para apretar el gatillo. Si tan sol
Alexa comenzó a reír al escuchar la pregunta de Slavik.—¿En serio me preguntas qué pretendía, Slavik? Tú, de entre todas las personas, deberías saberlo. Sabes que ella es la bastarda que tuviste con la zorra de Anna.—Victoria no es una bastarda—respondió Slavik, sacando su arma y apuntando a su esposa.Alexa rio de nuevo.—Por supuesto que no, porque con ella te casaste. Tu única bastarda es Tatiana, ¿no es así?—Madre, ¿qué estás diciendo?—preguntó Tatiana, tratando de acercarse a su madre, pero Victoria la detuvo.—Por favor, no te acerques a tu madre—le dijo Victoria.—Pero…—Tatiana desistió, quedándose en su lugar.Alexa continuaba apuntando a todos en la sala, especialmente a Slavik.—Siempre te amé, te di una hija, y aun así no te casaste conmigo. Me obligaste prácticamente a casarme con Dorian Volkov. Recuerdo tus palabras y las excusas patéticas que me diste: conservar la paz entre las familias. ¿Y para qué? Para que tú te casaras a escondidas con Anna, la hicieras tu esposa
Un mes después, la mansión Volkov estaba engalanada para una nueva boda. Los empleados corrían de un lado para otro ultimando los últimos detalles. Y la organizadora vigilaba minuciosamente todo el proceso para que saliera perfecto, no solo porque le habían pagado una pequeña fortuna, si no porque aquella boda sería algo tan sonado en la alta sociedad que tendría mucho trabajo después de eso.Victoria estaba frente a un espejo vestida de blanco, ajustando los últimos detalles de su vestido de novia. Tatiana, a su lado, no podía dejar de admirar a su hermana, era realmente hermosa, entendía a Erwan porque así vestida se veía más allá de una belleza humana, era casi etérea como una ninfa o algo así, con la piel tan clara, el cabello casi blanco de rubio que era y aquellos ojos grises que parecían hechos de plata, que te hacían dudar que un color así lo hubiera hecho la naturaleza. —Estás preciosa, Victoria —dijo Tatiana con una sonrisa sincera adornando su rostro.Victoria, tomó las ma
La recepción estaba en pleno apogeo en la mansión Volkov. Las risas, la música, la felicidad llenaba el lugar mientras los invitados disfrutaban de la fiesta. Victoria y Erwan, así como Tatiana y Sergey, estaban rodeados de amigos y familiares que celebraban la boda doble. Tatiana y Sergey estaban conversando con algunos invitados cuando Victoria y Erwan se acercaron a ellos con copas de champán en la mano. —¿Están disfrutando de la fiesta? —preguntó Victoria, viendose tan feliz como no se había visto desde el momento en que le dijeron qué sería la primera bailarina para la obra del lago de los cisnes en Nueva York. —¡Por supuesto! —respondió Tatiana, levantando su copa—. Pero tengo que decir que, después de todo lo que hemos pasado, esto se siente casi irreal. ¡ Nos casamos a la vez, con las personas que amamos! Sergey asintió, sonriendo a su esposa. —Es cierto. Y pensar que hace apenas unos meses, todo eran problemas que parecían no tener solución. Erwan levantó su copa en un
—Todavía no se si esto sea un sueño Erwan, pero si lo es, por favor no me despiertes.—No, no es ningún sueño, mi amor es nuestra realidad, estamos aquí y seguiremos aquí juntos.Escucharlo decir eso hizo que Victoria levantará su mirada, feliz enamorada. Solo para ser nuevamente besada por su esposo.Erwan a los ojos de todo mundo podía ser un villano un cruel boss de la mafia neoyorkina, pero antes sus ojos era el hombre perfecto.Lo supo desde el momento que Sergey le dijo lo decidido que estaba a rescatarla y su resolución de entrar en guerra con la Bratva si algo le pasaba a ella. Su villano, el hombre que haría arder el mundo con tal de salvarla, no solo a ella también a la pequeña hija de ambos.—¿En qué piensas Vicky?— le preguntó Erwan al percatarse de su mirada.—En lo afortunada que soy de haberte encontrado y lo feliz que seremos juntos a partir de ahora.—Discrepo en algo con usted señora Roussell yo soy el afortunado, antes de ti era un muerto en vida.Después de eso los
Victoria se precipitó en el interior del coche de Pavel con el corazón palpitando a mil por hora y la respiración entrecortada. La adrenalina de la carrera contrarreloj que acababa de librar en el aeropuerto aún recorría sus venas.—¿Trajiste mi vestido? —preguntó con voz agitada, mientras intentaba recuperar el aliento.—Está en el asiento de atrás —respondió Pavel con tranquilidad, contagiando a Victoria de esa calma que tanto necesitaba.—Arranca, ¡llegamos tarde! —exigió ella.Sin perder tiempo, Pavel puso en marcha el motor y aceleró por las calles de San Petersburgo. Victoria, por su parte, se deslizó hacia el asiento trasero a través del hueco entre los asientos delanteros.—No se te ocurra mirar a través del retrovisor —advirtió con seriedad, ocultando su rostro entre las manos algo avergonzada.Pavel, divertido por la situación, no pudo evitar sonreír con picardía. Sin embargo, con un sutil gesto, movió el retrovisor central a un lado para que ella estuviera tranquila.—¿Por
Tatiana no pudo evitar molestarse ante la mirada fría de su futuro esposo. Ningún hombre se había atrevido a mirarla de esa forma tan indiferente.El cura retomó la palabra y prosiguió con la ceremonia.—En vista de que ya no hay ninguna distracción, les hago la pregunta tanto a Erwan Harrys como a Tatiana Volkova, que han venido hasta aquí de manera voluntaria para contraer nupcias —el ministro se dirigió a Erwan—. Señor Harrys , ¿acepta tener a esta mujer como su esposa?Erwan tuvo que tragar el nudo que se le había formado en la garganta antes de contestar.—Sí, acepto.Después de dar su respuesta, todo pasó tan rápido. Tan rápido que para cuando volvió a ser consciente de nuevo, ya se encontraba en la recepción, conociendo a sus nuevos familiares políticos y amigos de su esposa. Solo pensar en ella como su esposa hizo que Erwan sintiera un enorme odio hacia ella. Si tan solo ella se hubiera opuesto a esa boda, él no estaría ahí.Vicky reía y coqueteaba visiblemente con su amigo,