capitulo 42
Escucho un pitido molesto que poco a poco me hace abrir los ojos. Al observar a mi alrededor, me doy cuenta de que estoy en una habitación de hospital, y de inmediato los recuerdos inundan mi mente: la pelea con Adam y, después, el sangrado.

—¡Mi bebé! —grito, llevando mis manos a mi vientre.

En ese momento, Adam entra apresurado y, al verme así, corre hacia mí para tranquilizarme.

—Hey, tranquila, él está bien.

Cuando intenta abrazarme, me alejo de inmediato.

—¡Eres un maldito! —le grito, dejando salir todo mi odio. Adam se queda sorprendido, pero no dice nada.—¡Vete! —le señalo la puerta, pero él no se mueve—. ¿Qué no entendiste? ¡Que te largues, infeliz!

—No me voy a ir. El hijo que llevas dentro es mío, y por eso debo cuidar de ambos.

Me río irónicamente.

—¿Y crees que has cuidado de nosotros? Por favor, no me hagas reír.

Justo en ese momento entra Samuel. Al verme en ese estado, se acerca y me abraza.

—Quiero que se vaya —digo, señalando a Adam. Samuel asiente.

—Adam, ella necesit
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