Llegué a casa bastante feliz. Sé que Eliot me ayudará a sanar todas las heridas que tengo. Siento como alguien toma mis caderas y me sorprendo cuando veo a un Adam bastante ebrio.—Dime, ¿por qué te fuiste con él, Luz? —Mierda, sí que está borracho.—Porque, mi pequeña —acaricia mi rostro y siento como su toque me quema.—Adam, estás ebrio. Ven, déjame ayudarte. —Subimos a su habitación y, con mucha dificultad, le quito la ropa. —Entra a la ducha. —Él toma mis caderas y me atrae a su cuerpo.—Entra conmigo. —Y, sin que yo me lo espere, cae el agua sobre nosotros. Doy un grito, pero este es callado por los labios de Adam. Este acaricia mi cuerpo y, aunque intento separarme, él es más fuerte y me sostiene hasta que mi cuerpo pierde la batalla.—Eres tan hermosa. —Quita mi vestido y luego mi sostén. Toca mis pechos y se los mete a la boca. Yo gimo por la increíble sensación y él me carga, llevándome a su cama. —Te deseo tanto, pequeña. —Da besos por mi cuello hasta llegar a mi boca. Pero,
Me levanto al sentir los rayos del sol pegar en mi cara, me paro y me dirijo al baño para hacer mis necesidades. Al salir, bajo a la cocina y me encuentro a Adam tomando café y leyendo el periódico.— Hola — digo tímidamente, y él, al verme, se para y se acerca a mí.— ¡Hey! Hola, hermosa, ¿cómo estás? — acaricia mi mejilla y siento cómo todo mi cuerpo se eriza por su contacto.— Bien, gracias por quedarte ayer.— No tienes que darme las gracias — le sonrío y me siento a desayunar.— Pequeña, cuando termines, subes y te das un baño. Quiero que demos una vuelta juntos — lo miro sorprendida, ya que hace mucho no compartíamos tiempo juntos porque siempre estaba o con su novia o en su trabajo.— Está bien — subo, me doy una ducha rápida y me coloco unos shorts y un crop top.Mi teléfono suena y veo que es Eliot.— Hola, amor — habla Eliot con su seductora voz.— Hola, cariño.— ¿Cómo estás, preciosa?— Bien, ¿y tú?— Bien, preciosa. Dime, ¿qué vas a hacer hoy? — M****a.— Adam quiere que l
Veo el cuerpo sin vida de Eliot caer al lado mío. Sin importar el dolor de mi brazo, me arrastro y toco su cuerpo. — Eliot... oh, por Dios, ¿por qué...? — Escucho las pisadas de una persona y, cuando levanto la vista, veo a mi padre.— Eres un infeliz — le grito, pero él, con su arma, me da un golpe en la cara. — Cállate, niña tonta. No sabes todos los problemas que me has causado, pero ahora acabaré contigo — Levanta su arma y apunta a mi cabeza. — Haz lo que se te dé la puta gana — En ese momento se escuchan unas sirenas de policía y mi padre se empieza a poner nervioso. — Te salvaste, pero para la próxima sí terminaré contigo — Sale corriendo y veo cómo las patrullas empiezan a llegar. — Señorita, hay que llevarla a un centro médico. — Yo me niego a dejar a Eliot, lo tomo en mis brazos y lloro con fuerza. — No, él está mal, atiéndalo a él — El policía me mira con lástima. — Señorita, él está muerto. — No me niego. — ¡No, él no está muerto! ¡Atiéndalo! — El policía le hace señ
Estoy en la facultad presentando un examen que, a mi parecer, está asqueroso. Estudié toda la noche para este examen, pero, por alguna razón, no logro concentrarme. De un momento a otro, mis pensamientos se desvían hacia Eliot, la persona que me regaló alegría por un tiempo. Cómo te extraño. Una lágrima cae de mis ojos, y de inmediato la quito para que nadie la vea. Pero es tarde: el profesor lo nota.—¿Por qué llora, señorita Luz? ¿Le parece tan complicado mi examen que tiene que llorar? —pregunta con ironía.Todos los alumnos me miran y se ríen. M****a, quiero que me trague la tierra.—No, profesor, ya me falta poco —respondo con una sonrisa falsa y vuelvo a concentrarme en el examen.Veinte minutos después termino, salgo disparada sin esperar a mi amiga, tomo mis cosas y, sin pensarlo, detengo un taxi.—¿A dónde la llevo? —Al cementerio.Tengo que hablarte, tengo que estar cerca de ti, Eliot.Llego al cementerio y busco su tumba entre las muchas que hay. Cuando estoy frente a ella,
Dios mío, esto puede llegar a ser incómodo.-¡Responde, m*****a! ¿Qué haces en el cuarto de mi prometido con su camisa? ¡¡¡Habla, niña!!! - ¡Mierda! Samanta está enojada, bueno...-Samanta, no es lo que parece –digo, pero ella se acerca rápidamente a mí y, sin que yo me lo espere, me da una cachetada. - ¡¿Qué te pasa, m*****a?! –le digo tocando mi mejilla.-¿Crees que no me doy cuenta de que te le estás metiendo hasta por los ojos a Adam? –grita Samanta.-Mira, no sé qué mierdas esté pasando por tu cabeza, pero Adam y yo no tenemos nada. - ¡Maldita mentirosa!-¿Ah, no? ¿Y entonces por qué estás aquí y así vestida? –señala mi atuendo.-Este... yo... –mierda.-No sé, ayer tomé mucho y no sé cómo llegué aquí.-¡Ja! Pues no te creo, tú te le metiste al cuarto de Adam porque eres una zorra, pero escúchame bien, niñata, te quiero lejos de Adam y, si no lo haces, atente a las consecuencias. –Y, sin más, sale de la habitación dando un portazo. Voy al baño y veo que mi mejilla está roja.-Geni
Luz¡Oh, Dios mío, qué vergüenza! Acabo de salir del consultorio de Adam con cara de tomate. La verdad, no puedo creer cómo hice todo eso estando borracha. Adam seguro debe pensar que soy una fácil, cuando en realidad soy virgen; solo he tenido roces y han sido con él y Eliot. Llego a casa y me doy una ducha rápida, ya que está haciendo mucho calor. Cuando salgo, veo a Adam sentado en mi cama.-¿Qué haces aquí? - veo cómo me observa, mi cuerpo está solo cubierto por una toalla.-Quería saber cómo estabas.-Estoy bien, Adam. - En ese momento, me acuerdo de lo que pasó con su novia. - Oye, ¿de casualidad no has hablado con tu prometida? - él me mira y después habla.-No he tenido tiempo, ¿por qué me preguntas?-Es que tu novia me vio cuando estaba en tu habitación y armó tremendo escándalo. - Él se pone pálido.-¿Qué le dijiste tú?-Ella no me dejó hablar, solo me amenazó y se fue. - Él no dice más y sale.Le mando un mensaje a mi amiga diciendo que estoy aburrida, entonces ella me invi
Estoy en shock, Adam tiene frente a mí la droga que durante mucho tiempo hizo que me olvidara de mis problemas, pero que también casi acaba conmigo.-¡Eso no es mío, Adam! - digo negando.-¡No me mientas! ¡Estaba en tu cuarto!-¡Ya te dije que eso no es mío! - le grito frustrada.-¡No me grites! - me da una cachetada y yo, sorprendida, me toco la mejilla intentando no llorar. - Pensé que habías cambiado y que te había servido estar en esa clínica, pero veo que no. - Adam me mira con decepción y yo me quiero morir porque él no me cree.-Adam, tienes que creerme, no sé cómo llegó eso allí, te lo juro.-No te creo, Luz, me has decepcionado, pero no dejaré que vuelvas a caer.-¿Qué quieres decir? - digo asustada, temiendo lo peor.-Volverás a la clínica. - ¡No! ¡No puedo volver allá!-No puedes obligarme, soy mayor. - Este se acerca a mí y me toma del brazo con fuerza.-¿Crees que no soy capaz, Luz? ¡Dímelo! - sus ojos muestran rabia y parece como si me fuera a matar.-Adam, no lo hagas, t
6 años despuésHan pasado 6 años desde que decidí marcharme de casa de Adam. A pesar de que me dolió mucho, pude salir adelante. Ahora ya soy una médica y espero pronto iniciar con mi especialización en neurología. Durante este tiempo, recibí el apoyo de mi amiga Ana y conocí en la facultad a un chico que se llama Luis. Durante este tiempo, ha logrado ganarse un espacio en mi corazón.-¡Hola, preciosa! - saluda Luis dándome un beso en la mejilla.-Hola, Luis, ¿cómo estás? - digo mientras voy a la cocina a preparar café.-Bien, linda, adivina qué...-¿Qué? - digo riéndome.-Te conseguí trabajo en el hospital central. - M****a, por una parte estoy feliz, ya que es el hospital más prestigioso del país, pero por otra parte no lo estoy, porque sé que Adam trabaja ahí… o bueno, no sé si siga ahí. - ¿No estás feliz? - pregunta Luis con cara de decepción.-¡No! Perdona, me quedé pensando en otras cosas. Claro que estoy feliz, gracias por todo. - Le doy un fuerte abrazo, que es correspondido de