–Creo que debemos terminar, Morgan.
–¿Qué? – pregunto mientras termino de guardar mis cosas en el bolso de mano.
–Si, es momento de terminar.
–Deja de jugar con eso, no es gracioso – guardo el lápiz labial color rojo y cierro el bolso, voy al espejo de cuerpo entero del departamento y me miro de arriba abajo, estoy perfecta, usando unas sandalias de tacón negras, un vestido del mismo color un poco más revelador de lo que usaría normalmente, y el cabello negro suelto tras mis hombros.
–No es un juego, estoy hablando en serio – me volteo a ver a mi novio y me doy cuenta de que no está sonriendo.
¿Enserio este cabron me va a terminar el día de nuestro aniversario?
–Si se trata de algún chiste de aniversario, de verdad, es mejor que lo olvides.
John suelta un suspiro y se acerca a mi – ya te dije que no es un chiste, ya no te quiero, Morgan.
Sus palabras hacen eco dentro de mi cuerpo, siento como si me estuviera golpeado con ellas, YA NO TE QUIERO, MORGAN. Cinco disparos directo al corazón.
–Cariño, ¿De qué estás hablando?
–No queria decirte esto ahora, pero ya no puedo seguir jugando contigo, no quiero hacerte daño.
¿No quiere hacerme daño? ¿Este hijo de puta a que está jugando?
–Si no quieres hacerme daño entonces ¿porque me estas terminando hoy?, el día en que cumplimos tres años de relación, y justo en este momento cuando vamos a cenar para celebrar.
–Porque no puedo celebrar cosas que ya no siento por ti.
–¿Por qué estás haciendo esto, John? – no siento tristeza, ni ganas de llorar, como todas las novias a las que abandonan, yo por el contrario quiero agarrar el tacón de mi sandalia y clavárselo en la espalda. Creo que los cursos de manejo de la ira no me funcionaron del todo bien.
–Porque eres alguien muy extraña, todos esos cambios de humor, nunca sé que esperar cuando estoy contigo, estás feliz, de repente estás triste – hace un gesto con las manos.
–¡Me dijiste que esa era una de las cosas que más te gustaba de mí! – le grito.
–Si, en ese momento me gustaba, pero después de tres años las cosas cambian – me mira con el ceño fruncido – a veces me da miedo que un día de estos llegues a casa y quieras asesinarme, porque con eso de que eres bipolar, y de que te llamas Morgan.
–¿Qué tiene que ver que me llame Morgan?
–La culpa no es tuya, es de tus padres, ¿Sabías que cuando le pones el nombre a una persona automáticamente le estas dando una personalidad? No sé si lo sabias, pero Morgan era el nombre de un espíritu de la guerra y la venganza griego.
¡Esto no puede ser cierto! De verdad, ahora si voy a matarlo por estarme diciendo semejante estupidez.
–No creo que supersticiones, mi nombre no tiene nada que ver – le digo, tratando de calmarme.
–¿Viste? Ya hiciste esa cara – me señala y camina hacia atrás.
–¿Cuál cara?
–Esa que parece que va a matarme.
No me doy cuenta, pero inconscientemente estoy caminando lentamente en su dirección, quiza tiene razón, tal vez mi espíritu interno quiere asesinarlo por estarme dejando justo en este momento.
–Y esos ojos tuyos, tampoco son normales.
–¿Qué tienen mis ojos? – gruño.
–Son exageradamente grandes, no es normal que alguien tenga los ojos tan grandes.
Siento que las mejillas se me ponen calientes de la rabia que tengo justo ahora, ¿En qué momento fue que decidí que John era el hombre para mi vida?
–Morgan, no te acerques tanto o te juro que voy a llamar a la policía – él saca el celular y lo levanta, pero él es demasiado idiota y yo estoy encabronada, asi que en un movimiento rápido le arrebato el celular y lo tiro contra la pared.
–Dime que no es cierto – le pido.
–Por favor – pone las manos en alto y parece que va a llorar.
¡Es un jodido cobarde!
–En quince días es el matrimonio de Kate – mi hermana – prometiste que irías conmigo, te han apartado un asiento, te han guardado un recuerdo y te aseguro que tambien te darán pastel, asi que no puedes dejarme justo ahora, yo no voy a pasar la humillación de ir sola al matrimonio de mi hermana.
–Lo siento, le enviaré un regalo a Kate – dice con la voz temblorosa.
Voy a pegarle, juro que voy a hacerlo, pero antes de que pueda golpearlo, él se escabullé por un lado, abre la puerta del departamento y sale corriendo.
–¡Estás loca, Morgan Bell! – me grita –¿Oíste? Estás loca de remate, ¡ningun hombre jamás soportaría estar contigo! Eres un peligro para la sociedad.
Yo lo escucho, me agacho, me quito el zapato de tacón y se lo tiro directo a la cabeza, pero él cierra la puerta antes de que pueda golpearlo, cosa que lamento profundamente, porque me habría encantado verle la marca de mi zapato estampillada en la cara.
Me quedo a solas en el departamento y vuelvo al espejo, ya no me veo tan bonita, me falta un zapato, el vestido se desacomodó y mi pelo se esponjó.
Voy a la nevera, saco un bote de helado de macadamia, me siento en el sofá, enciendo el televisor y me pongo a comer como una solterona desesperada, no se supone que asi seria mi noche, se supone que en este momento yo debería estar cenando una comida maravillosa al lado de mi novio de tres años. No es justo que todos mis planes se arruinen, se suponía que íbamos a tener una familia, un par de hijos, se suponía que compraríamos una casa, y lo más importante de todo, se suponía que iría conmigo al matrimonio de Kate.
¡Mierda! El matrimonio. Kate va a odiarme cuando se entere de que voy a ir sola, le voy a dañar todo su esquema de asientos y mesas.
Pienso en la pequeña Kate y me doy cuenta de que no es justo, no es justo que mi hermana menor vaya a casarse y que yo vuelva a estar soltera, asi no deberían ser las cosas. Aunque no sé qué tan feliz sea Kate, no conozco a su novio, y hace mucho tiempo que me mude lejos de ella y de mamá.
Para matar la tusa que siento y evitar ponerme a llorar, agarro el celular y lo desbloqueo, entro a I*******m y busco el perfil de Kate, ya es hora de conocer un poco más del futuro novio de mi hermanita.
–Te tengo, Kate – digo mirando la pantalla.
Reviso la cuenta de Kate desde el perfil falso que me cree en I*******m hace un par de días. Kate nos tiene bloqueados a toda la familia de sus redes sociales, y no quiero quedarme con la curiosidad de conocer a mi nuevo cuñado.
Encuentro una foto de ella junto a un hombre, ambos sonríen a la cámara como idiotas, aunque los dos son muy guapos no dejan de darme asco, todo lo que signifique amor en este momento lo odio.
Doy clic sobre la foto y veo el nombre del futuro esposo de Kate.
Jared Walker – dice en Mayúscula.
Y justo cuando creo que mi vida no puede ser peor, la vida me demuestra que si se puede. No, Kate no puede casarse con Jared. Es imposible que mi hermana menor vaya a casarse con mi amor platónico de la secundaria.
¡No puedo permitirlo! ¡Ni de coña!
–Contesta, mamá, contesta – le ruego al celular mientras me lo pego al oído y termino de ponerme los zapatos de trabajo.–¿Sí? – responde mi madre.–¡Mama, soy yo! – chillo emocionada.–Morgan, ¡monita! ¿Cómo estás? – me pregunta, llamándome por el apodo que yo misma me puse cuando tenía como cuatro años.–Bien, mamá – decido no contarle que termine con John, sé que cuando ella se entere me odiará, creo que mi madre quiere más a John de lo que me quiere a mí, y no quiero una tragedia, mucho menos meter el dedo en una llaga que todavía me duele.¡Maldito John! Como lo vea en la calle le tiro café encima, me prometo.–¿Tu cómo estás? – le pregunto.–Muy atareada, monita, los preparativos de la boda de tu
Es martes en la mañana y ya tengo la maleta lista para irme, metí algunas cosas de aseo, y la ropa que planeo usar en la boda. Si es que en realidad hay boda. El resto, como ropa de estar en casa no llevo mucho, aún hay muchas de mis viejas pertenencias en casa de mi madre y estoy segura de que ahora me quedan incluso mejor que antes.Apago el parlante de mi departamento desde el cual suena Poison, cierro las ventanas, me aseguro de que todas las cortinas estén cerradas, y por último agarro las llaves y salgo del departamento.Voy al estacionamiento del edifico, me meto dentro de mi auto y voy rumbo al aeropuerto, paso por la calle del edificio donde vive John y la tristeza me pega de golpe, creo que estos días he estado tan ocupada con todo este problema del matrimonio y de Jared que no había tenido demasiado tiempo de pensar en John, pero lo extraño, ¡Demonios! Lo extraño mucho, él f
–¡Tú sabes quién soy yo, Jared Walker! – le grito.El hombre no me responde, por el contrario, sigue con su camino como si nada, como si mi presencia fuera imaginaria, o peor aún, como si yo estuviera loca. Él hace el intento de entrar en el baño debajo de la escalera.Si, en mi casa hay un baño debajo de la escalera, es pequeño, parece un cubículo y si no tienes cuidado puedes darte un golpe contra la pared, básicamente se reduce a una taza y un lavamos que en realidad parece construido para una familia de hobbits, aun asi, Jared planea entrar, lo que me indica que está huyendo de mí.¡Desgraciado! ¡Cobarde! E idiota.El chico abre la puerta del baño, pero yo la vuelvo a cerrar con la palma de mi mano, enseguida el ardor del golpe me recorre todo el brazo, pero yo lo ignoro.–Eso suena a que dolió mucho – se burla de
–¿Qué estás haciendo aquí, monita? – me pregunta mi madre mientras me envuelve en un abrazo de oso.–Quise sorprenderlas – miento – me dieron algunos días de vacaciones y supuse que necesitaban un poco de ayuda extra, ya saben, con todo esto del matrimonio.¡Morgan Bell vas a quemarte en el infierno por ser tan mentirosa! – me grita mi subconsciente.–Si como no – masculla Jared a mi espalda.–¿Qué dices, amor? – le pregunta Kate.–Nada, solo me aclaraba la garganta – contesta con la voz ronca.Yo volteo a verlo, el maldito es un experto del engaño, tiene a mi familia completamente idiotizada con esa fachada de niño que no parte un plato.–¿Ya los presentaron? – cuestiona Kate acomodándose al lado de su futuro esposo.–Monita ya conocía a Jared &ndash
–¿Qué Jared está qué? – pregunto con rabia.–Se está quedando a dormir en tu habitación – miro a mi madre y ella me sonríe de forma inocente, pero esta situación es peor de lo que yo habría creído.–¿Por qué no duerme con Kate? – refunfuño.–Porque no están casados – responde ella, como si fuera la cosa más obvia del mundo.–¡Ay si! ¡Como si no hubieran tenido sexo ya! – ruedo los ojos.–Morgan! – mi madre abre los ojos como platos y se pone roja como un tomate.–¿Que? ¡Vivimos en el siglo veintiuno! Ya nadie espera hasta casarse para tener sexo, madre – le respondo cabreada.Katrina, mi madre, le dirige una mirada rápida y de sospecha a Jared, ¿Enserio ella cree que Kate es virgen? ¡Está ciega si
Mi madre hace una barbacoa en el patio trasero de la casa, saca el asador y le encarga a Jared la preparación de la carne, yo no estoy muy segura de poder confiar en sus cualidades culinarias, sin embargo no hago ningun comentario al respecto, desde nuestro pequeño incidente con la toalla, he estado evitando mirar en dirección a Jared Walker, es que verlo a los ojos me recuerda su polla, y no quiero ponerme… caliente en medio de toda mi familia, mucho menos estando con mi hermana que parece el perro guardián de Jared.Ahora entiendo porque Kate se va a casar, es que si algún novio mío tuviera una polla de ese tamaño yo tampoco dudaría en llevarlo al altar, eso es como calidad garantizada, excepto que se trata de Jared, y con él siempre hay más de lo que parece a simple vista.Yo miro a mi madre que sigue picando vegetales, está haciendo una ensalada, yo insistí en que no era un b
–¿Qué tanto estás dispuesta a arriesgarte por saber la verdad? – pregunta, apretándose ligeramente contra mí.¡Padre santo bendito! Aléjalo de mí, porque si no, terminaré haciendo una locura – me digo a mí misma, intentando calmarme y controlar mi respiración que está entrecortada.–Mucho. Escondes cosas, Jared Walker, y nunca me han gustado los misterios, todos en esta casa somos personas tranquilas – hago una mueca – bueno, a excepción de Kate, pero somos personas normales, nos gustan las cosas normales y algo me dice que tu no entras en esa categoría.–¿En serio crees que eres alguien normal? – pregunta con una sonrisa de medio lado.Yo siento que me derrito como mantequilla, este hombre es fuego puro.–Pues si – contesto y él recuesta su mano en la pared tras de mí, de
–¿Para dónde vas asi vestida? – me pregunta Jared en cuanto entro en la habitación en busca de unos aretes que estoy segura que deje aquí anoche.Yo frunzo el ceño y lo miro con una mueca de fastidio – ¿Te importa?–No, solo quiero saber a qué tipo de sitios vas asi vestida – el hombre se cruza los brazos sobre el pecho y me mira de los pies a la cabeza. –¿Asi cómo?–Como una puta – dice como si nada.–Agh, cállate Jared – me doy media vuelta y me miro en el espejo de cuerpo completo, estoy usando un vestido azul oscuro que resalta a la perfección mis curvas, tiene un escote en V y es completamente ajustado – a mi me gusta como me veo.–¡No lo dudo! – suspira y se sienta en la silla del escritorio.–¿Podrías decirme cuál es tu maldito problema