–¿Qué Jared está qué? – pregunto con rabia.
–Se está quedando a dormir en tu habitación – miro a mi madre y ella me sonríe de forma inocente, pero esta situación es peor de lo que yo habría creído.
–¿Por qué no duerme con Kate? – refunfuño.
–Porque no están casados – responde ella, como si fuera la cosa más obvia del mundo.
–¡Ay si! ¡Como si no hubieran tenido sexo ya! – ruedo los ojos.
–Morgan! – mi madre abre los ojos como platos y se pone roja como un tomate.
–¿Que? ¡Vivimos en el siglo veintiuno! Ya nadie espera hasta casarse para tener sexo, madre – le respondo cabreada.
Katrina, mi madre, le dirige una mirada rápida y de sospecha a Jared, ¿Enserio ella cree que Kate es virgen? ¡Está ciega si es que todavía cree que su pequeña hija es virgen! Kate siempre ha sido una chica extrovertida, mucho más que yo, sus atributos físicos siempre le han ayudado a conseguir todo lo que quiere, y en esa lista siempre ha habido alguno que otro nombre de hombres, creo que Kate se revolcó con la mitad del equipo de futbol americano de la escuela, y por mí, no hay ningun problema, pero ¿Por qué pretender que es virgen cuando es obvio que no lo es?
–¿Eso es cierto, Jared? – Katrina pone sus manos a cada lado de sus caderas y frunce el ceño.
Yo suelto una risita inocente. Morgan 1, Jared 0. Ahora por lo menos mi madre no lo tendrá en un pedestal tan alto.
–Yo… este, señora – Jared tartamudea y yo levanto una ceja.
–¿Estás teniendo relaciones con mi hija? – cuestiona – es una pregunta directa y quiero una respuesta igual de directa.
Él suelta un suspiro y chasquea la lengua – no – dice al fin.
–¡Eres un mentiroso! – le grito – no puedo creer hasta que punto llega tu cinismo.
Katrina se lleva una mano al pecho y suelta aire, parece aliviada – No me digas que le crees esa mentira – lo señalo.
–No hay que armar un drama donde no lo hay, monita, si Jared dice que nada ha pasado todavía entre Kate y él, es porque nada ha pasado, gracias al cielo, porque yo no soportaría un embarazo antes de tiempo.
–Existen los anticonceptivos – le explico – una mujer puede tener tantas relaciones como se le de la gana sin quedar embarazada, yo lo sé, él lo sabe y me gustaría creer que tu tambien lo sabes.
–No nací en la época de piedra – sisea malhumorada.
–Entonces no dejes que un niñato estúpido te mienta en tu cara, ¡Es mentira mamá!
No puedo creerlo, de verdad, a veces me pregunto si yo en realidad soy parte de esta familia, o si ellos solo me adoptaron un día cualquiera, no los entiendo, nada de lo que hacen tiene sentido para mí.
–¿Sabes qué? ¡Está bien! Miéntete a ti misma, no me importa, en realidad la vida sexual de Jared y Kate no podría importarme menos – digo con un ademan – yo lo que quiero saber ahora es como demonios vamos a arreglar esta situación.
–¿Te importaría esperar afuera hasta que yo me cambie para que podamos hablar al respecto? – dice Jared con esa voz seria de él, quien lo escucha realmente pensaría que es una persona de fiar, cuando en realidad es todo lo contrario. Es un maestro del engaño.
–Si, en realidad si me importa, y no voy a moverme de esta habitación hasta que empaques tus cosas y te largues de aquí – vocifero – o hasta que hagamos algo al respecto.
Miro a mi madre, que se rasca la cabeza como si eso fuera a darle una solución de repente.
–¿Qué vamos a hacer, madre? ¿O es Jared o soy yo?
–No seas ridícula, Morgan.
–No estoy siendo ridícula, estoy siendo práctica, o se va él o me voy yo – cruzo mis brazos sobre mi pecho e intento ignorar el dolor de cabeza que tengo en este momento – decide.
–No voy a decidir nada, ¡Ustedes dos vana dormir en esta habitación y se acabó! – sentencia.
–¿Que? ¿Jared no puede dormir con Kate, pero si conmigo? ¿En qué clase de planeta tiene sentido eso?
–En este Morgan, y no quiero escuchar ni una sola palabra más al respecto, no tenemos habitaciones vacías, y ni Jared ni tu pueden irse, solo serán quince días y tu cama todavía tiene la cama auxiliar de abajo.
–Yo no voy a compartir el mismo espacio que este idiota.
–Por mí no hay problema – Jared levanta los hombros con indiferencia.
Yo frunzo los ojos y lo miro de mala gana, ¡Claro que para él no es problema! Estoy segura de que él no se va a incomodar en lo absoluto.
–¿Y tú es que no tienes casa o qué? – pregunto a la defensiva.
–No, resulta que yo vivo fuera de la ciudad, por eso me estoy quedando aquí, para ayudar a Kate con los preparativos de la boda hasta que podamos mudarnos a nuestra casa – Jared hace un gesto de inocencia, y a mí me gustaría romperle la cara, desfigurársela toda para que deje de ser tan cínico.
–Si monita, él ha sido de mucha ayuda – suspira mi madre.
–Esto no se trata de nada en contra tuya, Morgan, podemos compartir el espacio, créeme, haremos que esto funcione – sonríe.
–¡Tu maldito mentiroso, manipulador y usurpador de camas, vas a pagarme cada una de las cosas que me has hecho en la vida! – lo señalo con el dedo y me acerco a él.
–¡Ay Dios mío! – dice mi madre frustrada a mi espalda.
–Estás haciendo todo esto para joderme la vida, te conozco Jared Walker – siseo.
–Tu madre me habló de tus problemas de temperamento y quiero que sepas que no me incomoda, comprendo que tienes problemas psicológicos y todo eso.
Señor dame paciencia y detenme antes de usar la llave inglesa que aprendí en el gimnasio en contra de Jared, me digo mentalmente.
–Tú y yo vamos a llevarnos bien, Morgan – sonríe y me mira con los ojos brillantes.
Yo no lo tolero más, la paciencia no es una de mis virtudes y nunca me ha gustado jugar a ser algo que no soy, asi que arremeto contra él y alargo el brazo para golpearlo en el abdomen, pero el maldito de Jared es rápido, ágil y fuerte, y detiene mi mano antes de que pueda impactar contra su cuerpo. Él aprieta mis dos manos y me impide moverme.
–¡Suéltame! – le grito, pero él no tiene intención de dejarme libre, asi que le doy un pisotón en el pie.
–¡Joder! – gruñe y libera mis manos.
Yo me doy la vuelta con una sonrisa de victoria, pero la diversión se esfuma de mi rostro en cuanto me doy cuenta de que tengo la toalla de Jared en mi mano.
–¡Dios santo bendito! – exclama mi madre y se da media vuelta.
Yo miro la toalla y después miro a Jared, bajo mis ojos y me encuentro con su polla, su inmensa polla, mi mente viaja a lugares prohibidos enseguida y tengo que cerrar la boca para no babear la alfombra de mi habitación.
Jared se da cuenta de que lo estoy mirando y por el contrario a cubrirse, como lo haría cualquier persona con decencia, el hombre me mira con una ceja levantada y me sonríe descaradamente.
–¿Me devuelves mi toalla, por favor? – me pide.
–Si, claro…por supuesto – contesto como idiota.
En este mundo hay cuerpos que merecen ser admirados, cuerpos divinos y preciosos, uno de esos es lastimosamente el cuerpo de Jared Walker, creo que si pudiera, lo disecaría y lo exhibiría en la sala de mi departamento.
–Morgan – me llama Jared.
–¿Que?
–La toalla.
–¿Cuál toalla?
–La que me acabas de quitar, la necesito, a menos de que prefieras que te haga striptease.
–Preferiría tirarme de un rascacielos – le miento.
Él camina hacia mi estando completamente desnudo, y aprovecha que mi madre no nos está mirando y que está en la puerta de la habitación para acercarse a mi oído y susurrar – deja de mirarme como si fuera un pedazo de carne, porque esta noche, tu y yo vamos a dormir juntos, y no me gustaría decirle a mi novia que su hermana está teniendo fantasías eróticas conmigo.
–La única fantasía que tengo contigo, es una en la que tu ni siquiera estás en el panorama, te esfumas y me dejas la vida tranquila, como debería ser.
–Eso no va a pasar, monita – el hecho de que Jared utilice mi apodo me ofende, en sus labios no suenan como a un sobrenombre bonito, si no como a una ofensa.
–Muérete – mascullo.
–Después de ti – él me arrebata la toalla de las manos, y sin ningun pudor alguno la extiende y se la vuelve a enrollar alrededor del cuerpo.
–¡Morgan! ¿Qué tanto haces allá adentro? – inquiere mi madre con un tono de reproche.
–¡Nada! Ya voy – le respondo.
–¿Jared ya se puso la toalla?
–Si.
–A menos de que prefieras que vuelva a quitármela – me dice el hombre, aun muy cerca de mí.
Me muerdo el labio inferior y me doy media vuelta para irme de mi habitación, lo cual es muy irónico, lo sé.
–Hasta esta noche, monita – me dice Jared, y a me suena como a una amenaza.
Mi madre hace una barbacoa en el patio trasero de la casa, saca el asador y le encarga a Jared la preparación de la carne, yo no estoy muy segura de poder confiar en sus cualidades culinarias, sin embargo no hago ningun comentario al respecto, desde nuestro pequeño incidente con la toalla, he estado evitando mirar en dirección a Jared Walker, es que verlo a los ojos me recuerda su polla, y no quiero ponerme… caliente en medio de toda mi familia, mucho menos estando con mi hermana que parece el perro guardián de Jared.Ahora entiendo porque Kate se va a casar, es que si algún novio mío tuviera una polla de ese tamaño yo tampoco dudaría en llevarlo al altar, eso es como calidad garantizada, excepto que se trata de Jared, y con él siempre hay más de lo que parece a simple vista.Yo miro a mi madre que sigue picando vegetales, está haciendo una ensalada, yo insistí en que no era un b
–¿Qué tanto estás dispuesta a arriesgarte por saber la verdad? – pregunta, apretándose ligeramente contra mí.¡Padre santo bendito! Aléjalo de mí, porque si no, terminaré haciendo una locura – me digo a mí misma, intentando calmarme y controlar mi respiración que está entrecortada.–Mucho. Escondes cosas, Jared Walker, y nunca me han gustado los misterios, todos en esta casa somos personas tranquilas – hago una mueca – bueno, a excepción de Kate, pero somos personas normales, nos gustan las cosas normales y algo me dice que tu no entras en esa categoría.–¿En serio crees que eres alguien normal? – pregunta con una sonrisa de medio lado.Yo siento que me derrito como mantequilla, este hombre es fuego puro.–Pues si – contesto y él recuesta su mano en la pared tras de mí, de
–¿Para dónde vas asi vestida? – me pregunta Jared en cuanto entro en la habitación en busca de unos aretes que estoy segura que deje aquí anoche.Yo frunzo el ceño y lo miro con una mueca de fastidio – ¿Te importa?–No, solo quiero saber a qué tipo de sitios vas asi vestida – el hombre se cruza los brazos sobre el pecho y me mira de los pies a la cabeza. –¿Asi cómo?–Como una puta – dice como si nada.–Agh, cállate Jared – me doy media vuelta y me miro en el espejo de cuerpo completo, estoy usando un vestido azul oscuro que resalta a la perfección mis curvas, tiene un escote en V y es completamente ajustado – a mi me gusta como me veo.–¡No lo dudo! – suspira y se sienta en la silla del escritorio.–¿Podrías decirme cuál es tu maldito problema
Nunca he sido una persona buena con el licor, de hecho, creo que yo podría definirme perfectamente como la mujer más media copa de todo el mundo, me emborracho con nada, con un par de simples coctelitos, y lo acabo de confirmar, aunque lo que estamos tomando Oscar y yo no es tan inocente como un simple coctel, ya me siento achispada y no creo haber llegado aún al shot número siete.–¡Vamos a bailar! SI no te olvidas de los idiotas de tu vida con la cantidad de galanes que hay en este bar, entonces estás en la olla – grita con la voz lenta, creo que él tambien está empezando a emborracharse.Oscar agarra mi mano y me lleva hasta el centro de la pista de baile, donde todos se mueven al compás del ritmo sensual de Shaggy.–¡Dios! ¡Amo esta canción! – grito muy alto mientras Bombastic suena por los altavoces.–¡Yo tambien! – Oscar da un p
–Tengo que irme – le digo a August mientras pongo mi mano para separar su cuerpo del mío.El hombre es insistente, y mas fuerte que yo, asi que me aprieta de la cintura y me obliga a seguir pegada a él, esto no me huele nada bien, solo espero que no vaya a ponerse pesado porque me va a tocar mostrarle los ganchos que aprendí en el curso de defensa personal en el gimnasio. –August, enserio, creo que es momento de irme – vuelvo a intentar alejarme, agarrando algo de sentido común y coherencia.–¿Por qué, Morgan? La estamos pasando demasiado bien.–Si, la estamos pasando bien, de eso no tengo ninguna duda – miro a su entrepierna en donde se resalta un bulto, uno bastante grande, cabe aclarar – pero ya debo irme, estoy muy ebria, mi cerebro no coordina a la perfección y debo marcharme antes de hacer alguna estupidez.–¿Y qué impor
Me cubro el rostro con la cobija que estoy usando, la luz del sol me pega en toda la cara y no quiero tener quemaduras de sol, además de que todavía no estoy dispuesta a abrir el ojo, estoy cansada, me duele cada parte de mi cuerpo, tengo un dolor de cabeza que me va a matar y estoy a punto de vomitar, estoy segura de que si me muevo medianamente a la derecha voy a vomitar todo el licor que bebi anoche.¡Maldito Oscar! ¡Maldita fiesta! ¡Maldito trago rojo! Creo que anoche terminé de confirmar la teoría que dice que los cocteles dulces siempre son los que emborrachan más fácil y de la peor manera, ¡Claro! Con razón August no escatimó en comprarme montones de cocteles rojos.Después de todo, ¿De que serían esos cocteles rojos? Creo que a partir de este momento debo ser más precavida, me habrían podido envenenar anoche y nadie se habría enterado, yo pe
–¿Dónde demonios está Jared Walker? – grito desde el recibidor de la casa.El hombre no aparece, no tengo ni idea de donde estará y tenemos que ir por el auto de papá, no quiero dejarlo más tiempo en la calle frente al bar a riesgo de que algo le suceda y entonces mi madre me odie por el resto de la vida.Realmente no soy capaz de soportar la cantaleta de mi madre si el auto llega con siquiera un pequeño rasguño.–¡Jared Walker! – lo llamo, pero nadie responde, creo que todo el mundo ha decidido tratarme con la ley del hielo.Es como si no existiera, lo cual me parece una estupidez. Si, cometí un error y anoche me sobrepasé de todas las formas en que una persona puede hacerlo, pero soy un humano, ¿Acaso no puedo excederme por solo una vez en la vida? ¡Agh! Aunque por mi se pueden ir todos al infierno, nunca me ha gustado jugar a eso de ser la h
Miro a los ojos a Jared, detallo el color miel y verdosos de su iris, veo su pupila dilatarse y realmente desearía saber qué es lo que se está pasando por su cabeza en este momento, quisiera saber en qué demonios está pensando… Dicen que los ojos son la ventana del alma, pues bien, yo creo que los ojos de Jared Walker son la puerta al infierno.Tan sencillo como eso, un infierno en el que yo no puedo entrar porque me voy a quemar y nadie va a rescatarme, un infierno en el que le voy a hacer daño a personas que no lo merecen.–¿Por qué detienes el auto? – vuelvo a preguntar.–Ya te dije, necesito que te bajes – habla de forma seria, imperturbable, con esa voz gruesa y profunda de él.–¡Tienes que estarme jodiendo! – chillo.–No Morgan, no estoy jodiendo, solo no voy a llevarte al bar.–Pero ¿Por qué no? &ie