–¿Qué estás haciendo aquí, monita? – me pregunta mi madre mientras me envuelve en un abrazo de oso.
–Quise sorprenderlas – miento – me dieron algunos días de vacaciones y supuse que necesitaban un poco de ayuda extra, ya saben, con todo esto del matrimonio.
¡Morgan Bell vas a quemarte en el infierno por ser tan mentirosa! – me grita mi subconsciente.
–Si como no – masculla Jared a mi espalda.
–¿Qué dices, amor? – le pregunta Kate.
–Nada, solo me aclaraba la garganta – contesta con la voz ronca.
Yo volteo a verlo, el maldito es un experto del engaño, tiene a mi familia completamente idiotizada con esa fachada de niño que no parte un plato.
–¿Ya los presentaron? – cuestiona Kate acomodándose al lado de su futuro esposo.
–Monita ya conocía a Jared – dice mi madre – lo conoció hace muchos años en la escuela.
–¿Ah sí? ¿Eran amigos? – pregunta Kate.
–¡No! – decimos él y yo al unisonó.
–Fue hace mucho tiempo – gruñe Jared.
–Si, hace mucho tiempo – insisto.
Yo los veo a ellos dos el uno al lado del otro y me dan ganas de vomitar, se ven jodidamente perfectos juntos, parecen la pareja de miniatura que ponen arriba del ponqué de matrimonio, no es normal que dos personas sean tan atractivas.
–Bien, entonces creo que no estaría mal volver a presentarlos – Kate ilumina el salón con su sonrisa – amor, ella es mi hermana, Morgan, y Morgan, él es el famoso Jared Walker.
Jared extiende la mano en mi dirección, pero yo la dejo estirado, no voy a tocar su mano, ni a saludarlo como si nada estuviera sucediendo, nunca he sido muy fan de jugar a dormir con el enemigo, yo, por el contrario, prefiero partirle la nariz al enemigo, que en este caso es Jared.
–¡Morgan! – me regaña Kate al ver que no recibo el saludo de Jared.
–Él no me cae bien – me cruzo de brazos.
–¿Por qué? – pregunta Kate.
–Si, ¿Por qué? – cuestiona Jared.
Empiezo a formar una frase en mi cabeza, pero mi madre me aturde con el peor comentario que podría hacerme en este momento.
–Has engordado, monita, ¿Dejaste de ir al gimnasio? – me pregunta.
Yo siento que la sangre se me sube a la cabeza, mi madre es experta en hacer comentarios inapropiados en los peores momentos, ¿No puede simplemente quedarse con sus comentarios ella misma? Y, sobre todo, ¿no puede esperar a que estemos a solas para criticarme? Yo la amo, pero a veces me dan ganas de quitarme el apellido Bell y mudarme a África.
–No, no he dejado de ir al gimnasio – tartamudeo y me halo la camiseta ajustada que estoy usando.
–¿Qué es eso en tu camisa? – Kate frunce la nariz y se acerca a la mancha en mi ropa.
–¡Deja de hacer eso! – la regaño mientras la mujer olisquea mi blusa – es jugo de naranja – la aparto.
–Alguien no está de muy buen humor hoy, asi que voy a irme – Kate le da un beso al imbécil de Jared y sube las escaleras de dos en dos.
–Tu ven conmigo, acompáñame a hacer el almuerzo – me pide mi madre, mientras camina en dirección a la cocina.
Miro a Jared quien se burla de mí, yo le doy un codazo en todas las costillas, y lo miro mal hasta que desaparece de mi vista, sé que esto es muy inmaduro e impropio de alguien que se supone que ya es un adulto, pero tal y como yo veo las cosas, no he sido yo quien impuso las reglas de este juego, yo solo soy una jugadora más, una que además no está dispuesta a perder.
Sigo a mi madre hasta la cocina y me quedo recostada contra la encimera.
–¿Que? ¿Por qué me miras asi? – me pregunta, como si de verdad no tuviera ni idea de lo que acaba de hacer.
–¿No podías esperar un poco más para hacer comentarios sobre mi cuerpo?
Ella rueda los ojos y suelta un bufido – siempre eres tan exagerada, Morgan, ¿Qué tiene de malo lo que dije?
–No sé si te has dado cuenta madre, pero no me gusta que opines sobre mi cuerpo – creo que si mi madre supiera que ella es la causante de cada uno de mis complejos, probablemente ya habría dejado de hacer comentarios hace mucho tiempo.
–Solo fue una pregunta – levanta los hombros.
–¿Y tenías que hacerla enfrente de Jared? – digo molesta.
Ella abre los ojos con sorpresa y deja la lechuga sobre la tabla de picar – no me digas que todavía estás enamorada de él.
–¡Nunca estuve enamorada de él! – grito alto, esperando que él pueda escucharme – cuando estaba pequeña se trataba de un simple capricho estúpido, pero no, no estoy enamorada de él – suspiro – aun asi, no conozco al tipo, y no quiero responder preguntas incomodas frente a él, es más no quiero responder ninguna clase de pregunta frente a él.
–¿Por qué no? En unos días será de la familia – ella se amarra un mandil a la cintura – pásame las zanahorias – me pide.
Yo agarro la bolsa llena de vegetales y se la entrego – Jared será esposo de Kate – si es que no logro detenerlo antes, pienso – pero eso no quiere decir que yo me voy a convertir en su hermana y que vamos a compartir intimidades.
–¿Volviste a ir a terapia? – me cuestiona de repente.
Yo frunzo el ceño porque la pregunta me toma por sorpresa – ¿Por qué me preguntas eso?
–Pareces un poco… desequilibrada – termina.
¡Por supuesto que estoy desequilibrada! Mi novio de hace tres años recién me terminó en nuestro aniversario y además de todo ahora me estoy enterando que mi hermana se va a casar con un imbécil.
–Estoy bien.
–Eso no responde a mi pregunta – dice echando todas las verduras en una taza de vidrio trasparente.
–No madre, me he perdido las ultimas dos sesiones de terapia, pero estoy bien, créeme.
–Ujum – ella se limpia las manos y busca algo en el refrigerador.
–Si no te molesta, me gustaría cambiar de tema.
–¿Tampoco puedo preguntar sobre la terapia? – niega con la cabeza – a este paso creo que seria mejor si me haces una lista de las cosas de las que puedo y no puedo hablar contigo.
–No se trata de eso, mamá, es que solo…estoy un poco cansada – me siento en la silla de la isla.
–Pues no te desquites conmigo, yo solo estoy cumpliendo con mi papel de madre al hacer todas estas preguntas, me preocupo por ti, monita – dice y se lleva una rebanada de zanahoria a la boca.
–Si… – suspiro.
–¿Cómo está John? ¿Te alcanzará en el matrimonio o llegará antes? – pregunta.
Yo siento que el corazón se me acelera y la boca se me seca, no sé que tan conveniente sea decirle a mi madre que terminé con John y que además he dejado de ir a terapia, no quiero soportar un sermón en este momento, asi que elijo el camino fácil para salir rápido de esto.
–Me alcanzará en el matrimonio – sonrió, sintiendo una presión en el pecho.
–¿Las cosas entre ustedes van bien?
–De maravilla – mi cuerpo está sudando, nunca he sido muy buena con las mentiras y debo irme de aquí antes de que mi madre se de cuenta de que estoy traspirando como un cerdo y sospeche que algo pasa conmigo – ¿Sabes mamá? Me encantaría poder ayudarte con el almuerzo, pero de verdad estoy muy cansada, creo que iré a recostarme un rato.
–Claro.
Me levanto del taburete y me alejo rápidamente, subo las escaleras y escucho que mi madre comienza a gritar tras mi espalda, me da miedo de que se haya dado cuenta de algo, no sé como podría hacerlo, pero siempre he creído que las madres tienen esa capacidad de saber cosas sin que los hijos se las cuenten.
–¡Morgan! – vuelve a llamarme, pero yo acelero el paso y camino a través del pasillo.
Abro la puerta de mi habitación, que es la última del corredor y frunzo el ceño enseguida, no está como yo la deje la ultima vez en que estuve aquí, está sucia, hay calcetines tirados en una esquina, tiene sabanas de color negro y no están los afiches de mis grupos favoritos que puse cuando estaba en la universidad y nunca quité.
Me meto dentro e inspecciono alrededor, pero suelto un grito en cuanto alguien abre la puerta de mi baño.
–¡¿Por qué gritas asi?! – me pregunta Jared, que está desnudo, usando únicamente una toalla que le cuelga de la cadera.
–¡Esta es mi habitación! ¿Qué haces en mi baño? – vocifero, tratando de que su cuerpo no me distraiga.
–Monita – mi madre se acerca corriendo detrás de mí – se me había olvidado decirte, Jared se está quedando a dormir en tu habitación.
¡Joder! Creo que si en este momento buscara el significado de mala suerte en el diccionario, de seguro aparecería mi foto en la descripción.
–¿Qué Jared está qué? – pregunto con rabia.–Se está quedando a dormir en tu habitación – miro a mi madre y ella me sonríe de forma inocente, pero esta situación es peor de lo que yo habría creído.–¿Por qué no duerme con Kate? – refunfuño.–Porque no están casados – responde ella, como si fuera la cosa más obvia del mundo.–¡Ay si! ¡Como si no hubieran tenido sexo ya! – ruedo los ojos.–Morgan! – mi madre abre los ojos como platos y se pone roja como un tomate.–¿Que? ¡Vivimos en el siglo veintiuno! Ya nadie espera hasta casarse para tener sexo, madre – le respondo cabreada.Katrina, mi madre, le dirige una mirada rápida y de sospecha a Jared, ¿Enserio ella cree que Kate es virgen? ¡Está ciega si
Mi madre hace una barbacoa en el patio trasero de la casa, saca el asador y le encarga a Jared la preparación de la carne, yo no estoy muy segura de poder confiar en sus cualidades culinarias, sin embargo no hago ningun comentario al respecto, desde nuestro pequeño incidente con la toalla, he estado evitando mirar en dirección a Jared Walker, es que verlo a los ojos me recuerda su polla, y no quiero ponerme… caliente en medio de toda mi familia, mucho menos estando con mi hermana que parece el perro guardián de Jared.Ahora entiendo porque Kate se va a casar, es que si algún novio mío tuviera una polla de ese tamaño yo tampoco dudaría en llevarlo al altar, eso es como calidad garantizada, excepto que se trata de Jared, y con él siempre hay más de lo que parece a simple vista.Yo miro a mi madre que sigue picando vegetales, está haciendo una ensalada, yo insistí en que no era un b
–¿Qué tanto estás dispuesta a arriesgarte por saber la verdad? – pregunta, apretándose ligeramente contra mí.¡Padre santo bendito! Aléjalo de mí, porque si no, terminaré haciendo una locura – me digo a mí misma, intentando calmarme y controlar mi respiración que está entrecortada.–Mucho. Escondes cosas, Jared Walker, y nunca me han gustado los misterios, todos en esta casa somos personas tranquilas – hago una mueca – bueno, a excepción de Kate, pero somos personas normales, nos gustan las cosas normales y algo me dice que tu no entras en esa categoría.–¿En serio crees que eres alguien normal? – pregunta con una sonrisa de medio lado.Yo siento que me derrito como mantequilla, este hombre es fuego puro.–Pues si – contesto y él recuesta su mano en la pared tras de mí, de
–¿Para dónde vas asi vestida? – me pregunta Jared en cuanto entro en la habitación en busca de unos aretes que estoy segura que deje aquí anoche.Yo frunzo el ceño y lo miro con una mueca de fastidio – ¿Te importa?–No, solo quiero saber a qué tipo de sitios vas asi vestida – el hombre se cruza los brazos sobre el pecho y me mira de los pies a la cabeza. –¿Asi cómo?–Como una puta – dice como si nada.–Agh, cállate Jared – me doy media vuelta y me miro en el espejo de cuerpo completo, estoy usando un vestido azul oscuro que resalta a la perfección mis curvas, tiene un escote en V y es completamente ajustado – a mi me gusta como me veo.–¡No lo dudo! – suspira y se sienta en la silla del escritorio.–¿Podrías decirme cuál es tu maldito problema
Nunca he sido una persona buena con el licor, de hecho, creo que yo podría definirme perfectamente como la mujer más media copa de todo el mundo, me emborracho con nada, con un par de simples coctelitos, y lo acabo de confirmar, aunque lo que estamos tomando Oscar y yo no es tan inocente como un simple coctel, ya me siento achispada y no creo haber llegado aún al shot número siete.–¡Vamos a bailar! SI no te olvidas de los idiotas de tu vida con la cantidad de galanes que hay en este bar, entonces estás en la olla – grita con la voz lenta, creo que él tambien está empezando a emborracharse.Oscar agarra mi mano y me lleva hasta el centro de la pista de baile, donde todos se mueven al compás del ritmo sensual de Shaggy.–¡Dios! ¡Amo esta canción! – grito muy alto mientras Bombastic suena por los altavoces.–¡Yo tambien! – Oscar da un p
–Tengo que irme – le digo a August mientras pongo mi mano para separar su cuerpo del mío.El hombre es insistente, y mas fuerte que yo, asi que me aprieta de la cintura y me obliga a seguir pegada a él, esto no me huele nada bien, solo espero que no vaya a ponerse pesado porque me va a tocar mostrarle los ganchos que aprendí en el curso de defensa personal en el gimnasio. –August, enserio, creo que es momento de irme – vuelvo a intentar alejarme, agarrando algo de sentido común y coherencia.–¿Por qué, Morgan? La estamos pasando demasiado bien.–Si, la estamos pasando bien, de eso no tengo ninguna duda – miro a su entrepierna en donde se resalta un bulto, uno bastante grande, cabe aclarar – pero ya debo irme, estoy muy ebria, mi cerebro no coordina a la perfección y debo marcharme antes de hacer alguna estupidez.–¿Y qué impor
Me cubro el rostro con la cobija que estoy usando, la luz del sol me pega en toda la cara y no quiero tener quemaduras de sol, además de que todavía no estoy dispuesta a abrir el ojo, estoy cansada, me duele cada parte de mi cuerpo, tengo un dolor de cabeza que me va a matar y estoy a punto de vomitar, estoy segura de que si me muevo medianamente a la derecha voy a vomitar todo el licor que bebi anoche.¡Maldito Oscar! ¡Maldita fiesta! ¡Maldito trago rojo! Creo que anoche terminé de confirmar la teoría que dice que los cocteles dulces siempre son los que emborrachan más fácil y de la peor manera, ¡Claro! Con razón August no escatimó en comprarme montones de cocteles rojos.Después de todo, ¿De que serían esos cocteles rojos? Creo que a partir de este momento debo ser más precavida, me habrían podido envenenar anoche y nadie se habría enterado, yo pe
–¿Dónde demonios está Jared Walker? – grito desde el recibidor de la casa.El hombre no aparece, no tengo ni idea de donde estará y tenemos que ir por el auto de papá, no quiero dejarlo más tiempo en la calle frente al bar a riesgo de que algo le suceda y entonces mi madre me odie por el resto de la vida.Realmente no soy capaz de soportar la cantaleta de mi madre si el auto llega con siquiera un pequeño rasguño.–¡Jared Walker! – lo llamo, pero nadie responde, creo que todo el mundo ha decidido tratarme con la ley del hielo.Es como si no existiera, lo cual me parece una estupidez. Si, cometí un error y anoche me sobrepasé de todas las formas en que una persona puede hacerlo, pero soy un humano, ¿Acaso no puedo excederme por solo una vez en la vida? ¡Agh! Aunque por mi se pueden ir todos al infierno, nunca me ha gustado jugar a eso de ser la h