–¿Qué tanto estás dispuesta a arriesgarte por saber la verdad? – pregunta, apretándose ligeramente contra mí.
¡Padre santo bendito! Aléjalo de mí, porque si no, terminaré haciendo una locura – me digo a mí misma, intentando calmarme y controlar mi respiración que está entrecortada.
–Mucho. Escondes cosas, Jared Walker, y nunca me han gustado los misterios, todos en esta casa somos personas tranquilas – hago una mueca – bueno, a excepción de Kate, pero somos personas normales, nos gustan las cosas normales y algo me dice que tu no entras en esa categoría.
–¿En serio crees que eres alguien normal? – pregunta con una sonrisa de medio lado.
Yo siento que me derrito como mantequilla, este hombre es fuego puro.
–Pues si – contesto y él recuesta su mano en la pared tras de mí, de
–¿Para dónde vas asi vestida? – me pregunta Jared en cuanto entro en la habitación en busca de unos aretes que estoy segura que deje aquí anoche.Yo frunzo el ceño y lo miro con una mueca de fastidio – ¿Te importa?–No, solo quiero saber a qué tipo de sitios vas asi vestida – el hombre se cruza los brazos sobre el pecho y me mira de los pies a la cabeza. –¿Asi cómo?–Como una puta – dice como si nada.–Agh, cállate Jared – me doy media vuelta y me miro en el espejo de cuerpo completo, estoy usando un vestido azul oscuro que resalta a la perfección mis curvas, tiene un escote en V y es completamente ajustado – a mi me gusta como me veo.–¡No lo dudo! – suspira y se sienta en la silla del escritorio.–¿Podrías decirme cuál es tu maldito problema
Nunca he sido una persona buena con el licor, de hecho, creo que yo podría definirme perfectamente como la mujer más media copa de todo el mundo, me emborracho con nada, con un par de simples coctelitos, y lo acabo de confirmar, aunque lo que estamos tomando Oscar y yo no es tan inocente como un simple coctel, ya me siento achispada y no creo haber llegado aún al shot número siete.–¡Vamos a bailar! SI no te olvidas de los idiotas de tu vida con la cantidad de galanes que hay en este bar, entonces estás en la olla – grita con la voz lenta, creo que él tambien está empezando a emborracharse.Oscar agarra mi mano y me lleva hasta el centro de la pista de baile, donde todos se mueven al compás del ritmo sensual de Shaggy.–¡Dios! ¡Amo esta canción! – grito muy alto mientras Bombastic suena por los altavoces.–¡Yo tambien! – Oscar da un p
–Tengo que irme – le digo a August mientras pongo mi mano para separar su cuerpo del mío.El hombre es insistente, y mas fuerte que yo, asi que me aprieta de la cintura y me obliga a seguir pegada a él, esto no me huele nada bien, solo espero que no vaya a ponerse pesado porque me va a tocar mostrarle los ganchos que aprendí en el curso de defensa personal en el gimnasio. –August, enserio, creo que es momento de irme – vuelvo a intentar alejarme, agarrando algo de sentido común y coherencia.–¿Por qué, Morgan? La estamos pasando demasiado bien.–Si, la estamos pasando bien, de eso no tengo ninguna duda – miro a su entrepierna en donde se resalta un bulto, uno bastante grande, cabe aclarar – pero ya debo irme, estoy muy ebria, mi cerebro no coordina a la perfección y debo marcharme antes de hacer alguna estupidez.–¿Y qué impor
Me cubro el rostro con la cobija que estoy usando, la luz del sol me pega en toda la cara y no quiero tener quemaduras de sol, además de que todavía no estoy dispuesta a abrir el ojo, estoy cansada, me duele cada parte de mi cuerpo, tengo un dolor de cabeza que me va a matar y estoy a punto de vomitar, estoy segura de que si me muevo medianamente a la derecha voy a vomitar todo el licor que bebi anoche.¡Maldito Oscar! ¡Maldita fiesta! ¡Maldito trago rojo! Creo que anoche terminé de confirmar la teoría que dice que los cocteles dulces siempre son los que emborrachan más fácil y de la peor manera, ¡Claro! Con razón August no escatimó en comprarme montones de cocteles rojos.Después de todo, ¿De que serían esos cocteles rojos? Creo que a partir de este momento debo ser más precavida, me habrían podido envenenar anoche y nadie se habría enterado, yo pe
–¿Dónde demonios está Jared Walker? – grito desde el recibidor de la casa.El hombre no aparece, no tengo ni idea de donde estará y tenemos que ir por el auto de papá, no quiero dejarlo más tiempo en la calle frente al bar a riesgo de que algo le suceda y entonces mi madre me odie por el resto de la vida.Realmente no soy capaz de soportar la cantaleta de mi madre si el auto llega con siquiera un pequeño rasguño.–¡Jared Walker! – lo llamo, pero nadie responde, creo que todo el mundo ha decidido tratarme con la ley del hielo.Es como si no existiera, lo cual me parece una estupidez. Si, cometí un error y anoche me sobrepasé de todas las formas en que una persona puede hacerlo, pero soy un humano, ¿Acaso no puedo excederme por solo una vez en la vida? ¡Agh! Aunque por mi se pueden ir todos al infierno, nunca me ha gustado jugar a eso de ser la h
Miro a los ojos a Jared, detallo el color miel y verdosos de su iris, veo su pupila dilatarse y realmente desearía saber qué es lo que se está pasando por su cabeza en este momento, quisiera saber en qué demonios está pensando… Dicen que los ojos son la ventana del alma, pues bien, yo creo que los ojos de Jared Walker son la puerta al infierno.Tan sencillo como eso, un infierno en el que yo no puedo entrar porque me voy a quemar y nadie va a rescatarme, un infierno en el que le voy a hacer daño a personas que no lo merecen.–¿Por qué detienes el auto? – vuelvo a preguntar.–Ya te dije, necesito que te bajes – habla de forma seria, imperturbable, con esa voz gruesa y profunda de él.–¡Tienes que estarme jodiendo! – chillo.–No Morgan, no estoy jodiendo, solo no voy a llevarte al bar.–Pero ¿Por qué no? &ie
–¿Entonces que vas a hacer? – me pregunta Oscar mientras se toma un te caliente, ha ido a vomitar dos veces desde que estoy aquí y no tiene muy buena cara… me hace sentir vieja que estemos tan destruidos después de una noche de borrachera.–Por ahora nada, ¿Qué puedo hacer? – me respondo a mi misma y suelto un bufido – ese es el peor problema de todos, que no hay nada que yo pueda hacer para cambiar la situación.–Puedes descubrir que es lo que se traen detrás de manos Jared y Kate.–Si, puedo intentarlo, pero solo faltan doce días para el matrimonio, Oscar, ¿realmente crees que voy a poder descubrir algo en tan poco tiempo?–Querer es poder.–No me salgas con esa pendejada – ruedo los ojos, Oscar es el rey de las frases clichés, y a mi nunca me han gustado.–Estoy hablando en serio, a mi hay algo que
Jared se queda en silencio a mi lado, pero estamos demasiado juntos y su rodilla golpea con la mía, es algo estúpido e inocente, lo sé, pero es que cuando se trata de Jared Walker nada es inocente, su cuerpo destila feromonas que a mí me obligan a mantenerme junto a él, es demasiada la tensión que siento cuando lo tengo cerca.Su cuerpo me distrae, su olor me enloquece, sus ojos me hacen sentir hipnotizada y sus manos, ¡joder! Sus manos se sienten como la cosa más erótica del mundo, son grandes y un poco rusticas, supongo que por todo el ejercicio que hace, tiene alguno que otro cayo a causa de las pesas, aun asi son divinas. Con el pensamiento en la cabeza yo miro ligeramente a sus dedos y me doy cuenta de que son largos, realmente largos, intento hacerme una idea de que tan grande será su polla, dicen que se puede saber mucho del miembro de un hombre nada mas con mirarle las manos, y últimamente tam