Vendida X Venganza
Vendida X Venganza
Por: Elegida pinto
PREFACIO

Veinte años después…

Todos en la mansión están muy emocionados porque por la graduación de Julie la joven lo hizo con honores, ya que es una joven muy entregada al estudio y ahora está cumpliendo sus veintiún años de vida. Sus padres, Vicky y Nelson, contrataron una especialista en eventos, quería darle el mejor de los cumpleaños a su única mujercita, por el hecho de que sus gemelos son varones.

Vicky no descansa en dar órdenes para que todo esté a tiempo, quiere que todo salga bien, los nervios y la felicidad la tienen hecha un manojo de nervios, no solamente ella, también los abuelos, como sus amistades cercanas, quienes están involucrados en la fiesta. Samy con su esposo Jorge, quienes han estado muy unidos con la familia Morris. Los dos hijos de Samy y Jorge se llevan como primos con los de Vicky. Samy aún trabaja con Vicky en la extensión de hoteles, Carlos, el padre de Samy se ha dedicado a sus otros negocios, ha tratado de contactar a su hermano menor que ha estado alejado de la familia, que quiere que tome la responsabilidad de la herencia familiar, algo que aún no ha conseguido.

Clarisa, la hija mayor de Jorge, es la mejor amiga de Julie, a ella le encomendaron la tarea de entretener a la cumpleañera. Ya terminaron los exámenes finales, solamente iban a ver cuál había sido su índice. Clarisa tiene dieciocho años, es una chica muy tímida, en cambio, Julie es simpática y humilde, a pesar de que es la heredera de una jugosa herencia. Su madre le enseño a ser cordial y ayudar al necesitado, aunque ella es un poco ingenua por el hecho de que siempre la sobreprotegen sus padres.

Su abuelo Andrés junto a su esposa tienen un bebé de un año, el primer varoncito de Andrés, quien se ha vuelto loco con su hijo, ya que después de tanto intentarlo que hasta al fin lo lograron, igual paso con Samy y Jorge. Quienes se sometieron a muchos estudios hasta que por fin lograron reactivar los espermatozoides de Jorge, ahora es un feliz padre de dos muchachos, que La mayor es Clarisa con apenas dieciocho años y Jorge Junior de catorce años.

Todos están reunidos en la mansión de los Morris, ya que cada uno de ellos tienen lazos de amistad con la joven, su manera de ser enamora a cualquiera, eso sin mencionar su belleza heredada por sus padres. Todos en la casa sonríen al ver a través de la data show las fotos de la joven desde que era una bebé y cada uno de ellos compartiendo en su crecimiento, eso hace especial a esta familia. Revisan una y otra vez que estén todas fotos que eligieron, quieren sorprender a la joven.

Mientras que el pasado quiere vengarse, la madre de Pamela, aún no se olvida de esa familia. Con el pasar de los años se ha convertido en una mujer amargada y llena de resentimiento por el fallecimiento de su hija, sin haber obtenido el dinero de Nelson. Culpa a los Morris de la desgracia de su única hija, quien murió trágicamente. Sin su hija la vida ha sido muy difícil, ya que su hija la mantenía. Su estado actual es lamentable, pero su sed de venganza se ha alimentado desde años, pasa la mayor parte del día observando desde el anonimato, esperando el momento en que su venganza se lleve a cabo.

«Tengo años de verlos felices. Sonreír, en todo momento, de cómo dejan a sus hijos en esa lujosa casa educativa. Pero sé que pronto eliminaré esa exasperante sonrisa de sus rostros, lo haré por ti, hija mía, y te ayudaré a descansar en paz, cuando ellos sufran. Cuando haya vengado tu muerte, no moriré sin antes verlos sufrir, cómo sufriste tú».

Ella se ha convertido en una limosnera, de esa manera pide frente al edificio de donde estudia Julie. Esta irreconocible ha perdido la voluntad de vivir, se mantiene estable por llevar a cabo sus planes; sin embargo, ahora ya nada le importa.

—Chola, Chola, ¡contéstame! —Tiene décadas de que nadie le llama de esa manera, se levantó del petate donde duerme, tomo el bastón que le ayuda a dar pasos lentos, pero seguros, quito la tranca que sostiene a la puerta del cuartucho donde vive.

—¿Quién eres? ¿Por qué me buscas? —ya su vista no es como antes, no mira con claridad.

—¡Dios santo! En que te has convertido, mujer, no podía creer que vivieras de esta manera, pero la angustia hizo que tocara esta puerta con desesperación y rogando a Dios que no me equivocara. Ya tiempo que no veo a tu hija.

—Burro, ¿eres tú? —por fin lo reconoció.

—Si chela soy yo, tu viejo amigo. No sabes cómo te he buscado, me encuentro en graves problemas, estoy a punto de perder la vida. —El hombre entra atribulado.

—¡Que dices! Siéntate, solo que no te apoyes mucho, la silla está en mal estado, se podría quebrar. ¿Cuéntame lo que te pasa?

—Hice un trato con una mafia de trata de personas, ahora estoy endeudado con ellos, y no tengo ni un peso, chela, nadie más que tu hija me puede salvar de esta situación.

—Mi hija, mi pobre hija, ella ya no es de este mundo. Pero cuéntame ¿Por qué dices que únicamente ella te puede salvar?

—¡Tu hija está muerta! ¡Estoy perdido, soy un cadáver andando!

—¡Cuéntame, talvez podamos hallar una salida a tu problema!

—Una semana atrás unos tipos vinieron a mi negocio, tengo un bar que funciona los fines de semana, se tomaron unos tragos y después me ofrecieron un millón de dólares si les conseguía una joven que fuera hermosa y muda.

—¡Muda!

—Si, me comentaron que el cliente que tienen no le gusta oír gemir a las mujeres a la hora del sexo y me tiene amenazado de cerrar el negocio, si no le encuentran una chica que lo satisfaga, el tipo es muy poderoso y tiene mucho dinero. Como que es un político, algo así escuche y recibí el dinero que me ofrecieron y lo peor del caso es que, lo invertí en mi negocio y la chica que le lleve, no le gusto. Quiere una de apariencia pura y en la única que pensé fue en tu hija, ella es buena actriz. Podría fingir ser una doncella.

—Pues supusiste bien, mi hija es bueno fingiendo, pero para tu mala suerte, ella ya no es parte de este mundo. ¡Lo siento!

—¡Que voy a hacer, estoy jodido! Esos tipos me van a matar y no solamente a mí, sino que a toda mi familia.

Ella dio la vuelta para sentarse en otra silla, cuando se le vino el plan perfecto. «He mendigado por años frente a su universidad, mirando lo felices que son y las riquezas que presumen, mientras yo pudriéndome en la miseria»

—Tengo a la chica indicada. —dijo rápidamente, deteniendo el paso del Burro, como le saben decir.

—¿Qué has dicho chela?

—Tengo a la joven, tal como me la has descrito. Es una chica pura e inocente, ella te dará mucha plata, eso tenlo por seguro.

—Te lo voy a pagar muy bien. Si me ayudas en esto, te juro que tendrás tus buenas ganancias.

—No quiero dinero, ya eso no tiene valor para mí, cuando esa sordomuda sepa que su querida hija desapareció. Ya no me interesa nada lo que más quise se ha ido de mi vida. Solamente quiero verla sufrir cómo sufrí yo, de esa manera podré descansar en paz.

—¡Que dices mujer! No comprendo lo que dices. ¿Cuándo me darás esa chica?

—No te preocupes, yo me entiendo sola, hoy es el día perfecto, diles a los matones que tienes, que vayan a esta dirección, los espero ahí a mediodía.  —¡Por fin querida hija, el tiempo llego, espere día tras día para poder consumar esta venganza, al fin podré vengarte mi preciosa Sofía! —

Burro salió contento de la choza de la chela, rogando que su vieja amiga no le fallara, porque no sería solo a él a quien matarían, sino toda su familia. La vieja sonreía macabramente, aunque todo se iría al carajo, si la chica no se presentaba en la universidad. Salió confiada, rumbo a su puesto de trabajo, donde mendigaba desde la mañana hasta el anochecer. Mirando todos los días a la joven rodeada de mucho amor, tanto de sus abuelos como de sus padres, todo eso lo contemplaba a la distancia, deseándoles todo el mal del mundo.

«Tu momento llegó maldito Nelson, te arrepentirás haber despreciado a mi pequeño ángel. Sabrás el verdadero dolor de perder a una hija».

Se sentó encima de un trapo y extendió su mano para recibir las limosnas que los transeúntes le daban por lástima. No aparto la mirada del coche de la joven, sonrió al saber que ella se hizo presente a la universidad, espero por lapso de tiempo, hasta que la vio salir con su cabellera larga, la joven es igual que su madre. Miro cómo la joven se detuvo en la puerta de la entrada a la universidad como si esperara a alguien en eso, luego la ve que saco algo de su cartera, y camino hacia su coche.

—Es el momento perfecto. —¡dijo, la chela! No podía perder esta oportunidad de oro. Lo único que la mantenía con vida era la venganza.

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