Leticia se guindó del brazo del hombre de su vida, más feliz no podría estar, durante el viaje ella no dejaba de sonreír, nunca se había sentido tan feliz como lo era en este momento. Mientras que Scott, no dejaba de pensar en el enredo en que está su vida en este instante, no quiere perder a las dos mujeres, ambas lo aman y él sea como sea también.—Llegamos, Leticia, antes de entrar quiero decirte algo. Sabes que yo creí que tú estabas muerta, te busqué hasta que me dijeron que tú habías fallecido.—Por tu rostro, es algo malo, por favor no me asustes, he sufrido tanto, lejos de ustedes dos. —Eso hizo que tragar grueso a Scott.—No es algo malo, solo que es una situación complicada. Que necesito que me des tiempo para resolverlo.— ¡¡Le pasa algo a mi hijo, sufrió algún trauma en el accidente, por Dios, Scott dime que es!!—A Joel, en el accidente perdió la capacidad de oír, pero gracias a una operación él ya la recupero, ahora se está mejorando muy bien, a él lo está cuidando mi pr
Ambos hombres, entre preocupación y chisme, lograron matar el tiempo hasta que una enfermera los interrumpió. Harold de inmediato se le acercó para escuchar lo que les informará.—Buenas, son los familiares de la paciente Julie Morris.—Soy su padre.— Y yo el padre del bebé que está por tener.—La señora va a hacer sometida a una cesárea, así que ya se le está ingresando al quirófano, ella no puede tener un parto natural, necesito que firme unos papeles, esta es la ropa de ella.—De esto yo me encargo. —actuó Harold al ver que Nelson se ocuparía de la documentación— ¿Cómo está ella?—No se preocupe, ella está bien, solo que a último momento el niño se sentó y como es primeriza es más difícil ese tipo de partos.—Comprendo, cuanto tardara la cirugía, para saber de ella. —indago Nelson.—En cuanto ella esté en recuperación, saldrá una enfermera para guiarlo a la sala cuna y mostrarle al recién nacido.— ¡Estaremos atentos, muchas gracias! —Harold está muy contento que ambos estén bien.
Harold cada día se convencía de que no está solo, ahora cuenta con familia y amigos que hacen un poco menos pesada su carga, Andrés se puso de pie y se acercó a Harold para preguntarle qué está pasando, al ver que su hija y yerno se marchaban.—¿Por qué se fueron? ¿Cuál es el misterio?—Ah es que iban a recoger una amiga nuestra, que vivirá en la casa de ellos por un tiempo.—Ok, pensé que era algo malo, con tanta cosa que nos ha pasado, ya los nervios los tengo de punta.—No, toda está muy bien, pronto conocerá a su bisnieto.—No sabes cómo estoy de ansioso, ya quiero tener en mis brazos a esa criatura.—Muchas gracias, por apoyarnos.—Eres familia, hijo y la familia se ama.Harold no podía sentirse mejor, por primera vez se sentía en un verdadero hogar, toda su juventud fue de estar lejos del hogar, sobrevivir por sus propios medios, sin nadie con quien contar y sobre todo confiar, nunca había confiado en nadie de no ser él.Entro nuevamente al dormitorio donde se recupera ella y lo
Ella soltó un gemido largo, casi un grito y se mordió el labio, como si no quisiera hacer ruido. Pasó una de sus piernas alrededor de mi cintura. Cogí el muslo y la subí un poco más, mientras seguía empujando. Flexionaba un poco las piernas y cogía potencia para penetrarla en la subida, cada vez más fuerte y más profundo, rodeado de su calor y de su sexo húmedo.Se agarraba a mis hombros, mientras ayudaba, empujando con sus caderas y subiendo un poco más la pierna que tenía alrededor de mi cintura. No sabía si era por la falta de experiencia o simplemente que era penosa por naturaleza, pero el entusiasmo con el que se estaba entregando me estaba poniendo a mil.—¡¡Harold!! —suspiró, la cabeza echada hacia atrás, apoyada contra la pared del dormitorio.—¿Qué quieres, mi amor? —inquirí, jadeando, empujando con las caderas hacia delante una y otra vez. —No dejes de hacer eso, no dejes de… ¡Ah! ¡Mm!“¡Dios!” Echó la cabeza hacia atrás de repente, y me dio el tiempo justo a ponerle la man
No podía creer que estuviese preguntando eso, pero, sinceramente, después de lo que acababa de pasar, podía permitirme hablar claro, reflexioné. No me estaba cuidando y él menos, además, si él me cela yo también puedo hacer lo mismo. Si él iba a ser posesivo, yo también podía serlo. Aquí las cosas tienen que ser equitativas todo por igual. Preguntar eso no era lo más atrevido que había hecho aquella noche. Estábamos aprovechando para vestirnos mientras hablábamos, Harold se puso la camisa y perdí de vista el pecho musculoso. ¡¡Qué lástima!! Yo me había puesto ya la ropa interior y en ese momento me estaba abrochando la blusa.—Lo que Dios quiera mi amor. —dijo sonriendo, como si tampoco le importara mucho. —Qué fácil se escucha, la que termina sufriendo, soy yo. —se levantó, y me tendió la mano para ayudarme a levantarme. Nos pusimos nuestros respectivos pantalones, y esta vez fueron las piernas musculosas las que perdí de vista. —Entonces, no hay razón para sentir celos, sabes que
Azucena está peor. En su mente, ella es la única esposa de Harold y que su rival se lo quito a bases de mentiras, convirtiéndose en la amante. Actualmente, Azucena estaba embarazada de Harold nuevamente, es su segundo hijo, ya que su primer hijo, ella se inventa que Leticia se lo mato por celos. Cada vez sus desvaríos son peores. Los medicamentos no funcionan con ella, sus padres la visitan casi todos los días. Ellos tienen fe de que su hija, se aliviara pronto.—Hola, hija. —su madre entra para estar un momento con ella.—¿Qué haces aquí? Ustedes son los culpables de que Harold me haya dejado. Mírame estoy embarazada y ustedes me desprecian por haberlo perdido. —la madre la mira con miedo, todo lo que dice son incoherencias.—Mi amor, no digas eso, siéntate y charlemos un rato de madre a hija. Sabes que te amo, me duele verte en este estado.—Si eres mi madre, sácame de aquí, tengo que decirle a Harold que estoy embarazada de él, voy a volver a ser madre.—No mi amor, tú no estás emba
Veinte años después…Todos en la mansión están muy emocionados porque por la graduación de Julie la joven lo hizo con honores, ya que es una joven muy entregada al estudio y ahora está cumpliendo sus veintiún años de vida. Sus padres, Vicky y Nelson, contrataron una especialista en eventos, quería darle el mejor de los cumpleaños a su única mujercita, por el hecho de que sus gemelos son varones.Vicky no descansa en dar órdenes para que todo esté a tiempo, quiere que todo salga bien, los nervios y la felicidad la tienen hecha un manojo de nervios, no solamente ella, también los abuelos, como sus amistades cercanas, quienes están involucrados en la fiesta. Samy con su esposo Jorge, quienes han estado muy unidos con la familia Morris. Los dos hijos de Samy y Jorge se llevan como primos con los de Vicky. Samy aún trabaja con Vicky en la extensión de hoteles, Carlos, el padre de Samy se ha dedicado a sus otros negocios, ha tratado de contactar a su hermano menor que ha estado alejado de l
La mujer, mal intencionada, observa y ve su oportunidad para poner en marcha sus maquinaciones perversas. Se levantó con la ayuda de su bastón, miro a la joven caminar hacia su vehículo, así que fingió caerse a mitad de la pavimentada, pidiendo ayuda a gritos, para no ser atropellada. Miro que la joven inmediatamente levanto la cabeza dirigiendo su mirada hacia ella, grito fingiendo dolor para despertar la compasión de la joven.—¡Ayuda, por favor, me doblé el tobillo! Jovencita, ayúdame, por piedad, soy vieja y no tengo fuerzas. —mira a la chica correr hacia ella, sonríe sin que la joven lo note.—¡Se encuentra bien! —Inocentemente le dijo la joven, acercándose a la anciana malherida.—¡No tengo fuerzas para levantarme, jovencita, me duele mucho el tobillo, ayúdame a ponerme de pie, soy una vieja inservible!—¡No diga eso, la llevaré al médico, para que la revise, yo pagaré los gastos médicos, no se preocupe por eso! —sonrió ante la ingenuidad de la chica.—No hay necesidad de eso, er