Carlos Gabriel bebía varios sorbos de café en su oficina, ejercitaba su cuello de un lado a otro, dormir junto a su hijo había sido una maravillosa experiencia; sin embargo, jamás imaginó que el pequeño fuera tan inquieto, suspiró al recordar un par de manotazos que le dio con sus brazitos, y como los pies de Angelito aparecieron en su boca. Sonrió y suspiró profundo; sin embargo, aquella alegría se le borró cuando rememoró las ilusiones que tenía el niño de tener una familia, cerró sus ojos negando con la cabeza, para Gabo eso era imposible, y no por Melissa, sino por todas las cosas que le hizo a Pau siendo Scarlett, además que se le vino a la mente la imagen de Paula María en esa oficina, suplicando porque le creyera y él la sacó como si fuera un animal. Pasó la saliva con dificultad, y decidió dedicarse a sus labores, en eso la puerta de su despacho se abrió. —¿No te enseñaron a tocar? —recriminó a la persona que ingresó. —Nunca he necesitado pedirte permiso —respondió Samanth
Luego de realizar unas labores en el palenque, Samantha se despidió de su esposo, él estaba atareado con unas reuniones y no pudo acompañarla a retirar a Norita de la escuela, una vez que ella pasó por la niña, compraron helado para visitar a Angelito y Pau. Cuando llegaron a su apartamento primero almorzaron juntas y luego de eso se dirigieron al piso de arriba, y tocaron el timbre. Pau se dirigió a abrir la puerta, sonrió al observar a su cuñada.—Pasen. ¿Cómo están? —cuestionó. —¿Te sirvo algo de beber?—Hola tía Gaby. —Frunció el ceño Norita. —¿Por qué si eres Gabriela te dicen Pau? —indagó con curiosidad Norita, pues lo había escuchado. Samantha abrió sus ojos con sorpresa, miró a Pau y palideció, la imprudencia de la niña los podía poner en peligro. —Porque se llama Gabriela Paulina —mintió Sam—, es como a Angelito a veces le decimos Gabito —mencionó y juntas ingresaron a la sala. —¿Y cómo te gusta más Gaby o Pau? —inquirió otra vez la pequeña a Paula María. La joven sonrió
Antes de llegar a la puerta Paula María sintió que la tomaron de la mano. Abrió los ojos tan grandes como pudo al darse cuenta de quién era, entonces sus piernas temblaron aún más y perdieron fuerza, por lo que comenzó a caer.Carlos Gabriel la sostuvo y no la dejó desvanecerse, la tomó de la cintura, mientras su corazón palpitaba con fuerza, aquel beso lo había confundido, y despertado en él sentimientos que creyó muertos. —¿Estás bien? —indagó susurrando bajo para no despertar al niño. Pau movió su cabeza con lentitud afirmando.—Sí, estoy bien —refirió sintiendo sus mejillas arder de la vergüenza—. No quería despertarte, lo lamento —se disculpó hablando con dificultad.Gabo inhaló profundo.—Estaba despierto —comentó—, el pequeño es muy inquieto, no me deja dormir —expresó bajito, y sonrió. Pau pasó saliva con dificultad al escucharlo, luego desvió su mirada hacia Angelito.—Duerme muy loco —expresó con nerviosismo. —¿Quieres un café? —indagó presionando sus labios.Gabo ladeó
Al día siguiente Carlos Gabriel y el pequeño Angelito salieron de la habitación, bañados, perfumados y listos para desayunar. —Buenos días —saludó Gabo con Pau. Pau quien una hora antes se duchó eligiendo un outfit coqueto con un short y un top a los hombros en tono mostaza, y unos tenis de plataforma; además, de haberse maquillado y moldeado su cabello. Se encontraba finalizando de preparar unas deliciosas arepas para consentir a Carlos Gabriel un poco, sonrió al escucharlos acercarse.—¿Cómo durmieron? —cuestionó con emoción—. El desayuno está en unos minutos —comentó.Gabo estiró sus brazos, miró con discreción el atuendo de Pau, se veía linda, aunque no era la sombra de la chica que conoció en el pasado, entonces inhaló aquel aroma tan familiar para él, y que le recordaba a su natal Colombia. —Contéstale a tu mamá, ¿cómo dormiste? —le dijo al pequeño. Angelito sonrió contento.—Dormí como spiderman —respondió—. Desperté muy descansadito —dijo y miró a su papá—. Ahora tú respó
Dos días pasaron desde que se reunieron en casa de Sam para convivir como lo hacían cuando eran jóvenes Óscar, Sam, Pau y Gabo, rieron como solo cuando estaban los cuatro juntos lo lograban hacer, sin lugar a dudas el tema de la cama de la dama distinguida y sofisticada, salió a la luz, por lo que fue un momento entrañable.Después de esto Óscar y Carlos Gabriel continuaron en el palenque cerrando tratos y para celebrar que todo iba saliendo bien, decidieron reunirse en un bar por la noche, antes de que Gabo volviera a New York. De manera puntual Óscar ingresó al bar en al que solían frecuentar, se dirigió a la mesa que había reservado y lo esperó, luciendo unos jean casuales y una camisa de manga corta, que le quedaba a la perfección en tono hueso. Tomó la carta del lugar y comenzó a buscar lo que solicitaría. Unos minutos después Gabo apareció enfundado en unos vaqueros azules, una camisa blanca y un blazer crema, buscó con la mirada a su mejor amigo, y cuando lo encontró se dirig
Milán- Italia. Carlos Gabriel llegó al Milan Fashion Center, esa noche Melissa modelaba en la semana de la moda, era un acontecimiento a nivel mundial, que reunía a los más famosos diseñadores. No le agradaba ese tipo de eventos, por lo que esperó el tiempo prudencial para ir a buscarla en los camerinos. Una vez que el show finalizó se encaminó a verla, uno de los guardias lo detuvo; sin embargo, Gabo mostró una identificación que su novia le había entregado para cuando tuviera que buscarla en los camerinos, así que le dieron acceso. Saludó a varias de las modelos, que lo conocían, otras le sonrieron coqueteando con él; sin embargo, se le hizo extraño que murmuraban, y reían entre ellas al verlo. —Busco a Melissa —le dijo a una de las modelos que era compañera de su novia. La chica ladeó una amplia sonrisa, y señaló con su mano la puerta de unos de los camerinos. Gabo elevó una de sus cejas, extrañado y de inmediato se dirigió a ese lugar, entonces se escuchó varios jadeos, buf
Paula María abrió a la puerta y observó a Gabito recostado viendo una película, mientras la mujer estaba tejiendo.—Hola, ¿cómo están? —indagó sonriendo con emoción—. Vine a avisarles que ya estoy en casa y que Gabito tiene visita —expresó.—Me alegra que ya estés aquí, ya me tengo que ir —Doña Jovita se puso de pie y salió de la habitación, se presentó con Gabo y se fue.—¿Quién es? —cuestionó el pequeño, poniéndose de pie—. Estoy con flojera, ¿podemos ver la tele en la sala? —cuestionó.—Sí, claro —Pau sonrió y lo vio asomarse hacia la sala y se quedó en silencio unos segundos, para luego verlo esbozar una amplia sonrisa. — ¡Papá! —exclamó con fuerza—. Volviste —gritó con entusiasmo y corrió hacia sus brazos.Gabo esbozó una amplia sonrisa al verlo, se colocó a la misma altura del pequeño, y lo recibió en sus brazos, lo estrechó con cariño, y suspiró profundo. —Te extrañé —confesó con sinceridad. —¿Cómo te has portado? —indagó alzándolo en sus brazos. —¿Ya sos novio de Norita? —br
Un gran despliegue de anuncios espectaculares se comenzaron a instalar en grandes edificios de los estados más importantes de la República Mexicana, encabezados por la Ciudad de México, Monterrey, Puebla y algunas ciudades turísticas con playa. La expansión de los nigth club era inminente ante la gran demanda de ver a aquellas hermosas chicas bailar y noche a noche pagar por pasar unas horas con algunas de ellas.Mientras se instalaba a la nueva mercancía en una casa de seguridad, Gael el encargado del lugar, salió a merodear los rumbos, al tener la idea de que Scarlett había regresado a su país de origen. Por lo que decidió viajar hacia Puerto Escondido y Huatulco, Oaxaca, para merodear por las playas, restaurantes y sitios a los que sabía que la joven le gustaba estar. Caminó por los lugares turísticos del lugar y aprovechando que sabía que su familia la buscaba, aprovechó para preguntar por ella. Justo cuando estaba por irse, recordó las circunstancias en la que ella salió del es