Milán- Italia. Carlos Gabriel llegó al Milan Fashion Center, esa noche Melissa modelaba en la semana de la moda, era un acontecimiento a nivel mundial, que reunía a los más famosos diseñadores. No le agradaba ese tipo de eventos, por lo que esperó el tiempo prudencial para ir a buscarla en los camerinos. Una vez que el show finalizó se encaminó a verla, uno de los guardias lo detuvo; sin embargo, Gabo mostró una identificación que su novia le había entregado para cuando tuviera que buscarla en los camerinos, así que le dieron acceso. Saludó a varias de las modelos, que lo conocían, otras le sonrieron coqueteando con él; sin embargo, se le hizo extraño que murmuraban, y reían entre ellas al verlo. —Busco a Melissa —le dijo a una de las modelos que era compañera de su novia. La chica ladeó una amplia sonrisa, y señaló con su mano la puerta de unos de los camerinos. Gabo elevó una de sus cejas, extrañado y de inmediato se dirigió a ese lugar, entonces se escuchó varios jadeos, buf
Paula María abrió a la puerta y observó a Gabito recostado viendo una película, mientras la mujer estaba tejiendo.—Hola, ¿cómo están? —indagó sonriendo con emoción—. Vine a avisarles que ya estoy en casa y que Gabito tiene visita —expresó.—Me alegra que ya estés aquí, ya me tengo que ir —Doña Jovita se puso de pie y salió de la habitación, se presentó con Gabo y se fue.—¿Quién es? —cuestionó el pequeño, poniéndose de pie—. Estoy con flojera, ¿podemos ver la tele en la sala? —cuestionó.—Sí, claro —Pau sonrió y lo vio asomarse hacia la sala y se quedó en silencio unos segundos, para luego verlo esbozar una amplia sonrisa. — ¡Papá! —exclamó con fuerza—. Volviste —gritó con entusiasmo y corrió hacia sus brazos.Gabo esbozó una amplia sonrisa al verlo, se colocó a la misma altura del pequeño, y lo recibió en sus brazos, lo estrechó con cariño, y suspiró profundo. —Te extrañé —confesó con sinceridad. —¿Cómo te has portado? —indagó alzándolo en sus brazos. —¿Ya sos novio de Norita? —br
Un gran despliegue de anuncios espectaculares se comenzaron a instalar en grandes edificios de los estados más importantes de la República Mexicana, encabezados por la Ciudad de México, Monterrey, Puebla y algunas ciudades turísticas con playa. La expansión de los nigth club era inminente ante la gran demanda de ver a aquellas hermosas chicas bailar y noche a noche pagar por pasar unas horas con algunas de ellas.Mientras se instalaba a la nueva mercancía en una casa de seguridad, Gael el encargado del lugar, salió a merodear los rumbos, al tener la idea de que Scarlett había regresado a su país de origen. Por lo que decidió viajar hacia Puerto Escondido y Huatulco, Oaxaca, para merodear por las playas, restaurantes y sitios a los que sabía que la joven le gustaba estar. Caminó por los lugares turísticos del lugar y aprovechando que sabía que su familia la buscaba, aprovechó para preguntar por ella. Justo cuando estaba por irse, recordó las circunstancias en la que ella salió del es
Carlos Gabriel volteó el cuerpo de Pau, y besó sus labios, aumentando su ardor, entonces desató el lazo que sostenía el vestido de ella en su cuello, y la prenda cayó al piso. Gabo recorrió con sus ojos la piel desnuda de la chica, y la llevó hasta la cama, la recostó con suavidad sobre el lecho, y contempló su piel blanca y sedosa, emitió un jadeó, entonces se inclinó ante ella, y su lengua empezó a recorrer desde el cuello de Paula María hasta los senos, llegando a su abdomen plano, percibiendo el temblor del cuerpo de Pau, y como su piel se erizó ante su contacto, entonces levantó su mirada hacía los azules ojos de su chica que lo miraban con un brillo especial.— Relájate mi amor, confía en mí —solicitó llevando sus labios hacia su Monte de Venus.La mirada de Paula María se llenó de finos cristales al observar a Carlos Gabriel. Su corazón palpitó con fuerza, reconociendo que por primera vez, se entregaría en cuerpo y alma al hombre que tanto amaba, sin ocultar quién era.Recorrió
Por la mañana.Paula María salió de la bañera del apartamento de Gabo, luego de tomar una ducha y colocarse la bata de baño de él, observó a Carlos Gabriel recostado, aún dormido y se acercó, depositando un cálido beso sobre sus labios.Gabo se removió, y parpadeó al sentir el beso de Pau, entonces abrió los ojos, y sonrió. —Te gusta madrugar —expresó estirando sus brazos. Pau batió sus pestañas, coqueta y sonrió.—Deseaba verte despertar —mencionó con cariño—, durante mucho tiempo esperé por un momento así. —Suspiró profundo—. A veces creo que es un sueño —confesó recostándose a su lado.Gabo suspiró profundo y la abrazó. —Es una realidad —expresó—; sin embargo, no podemos confiarnos, debemos poner en práctica el plan del que te mencioné de inmediato. Pau resopló.—Tenemos que planearlo bien —comentó sin ocultar su temor—. Vivir a tu lado me emociona, pero me entristece alejarme más. —Lo miró con ternura.Gabo acarició la mejilla de Pau. —Tenemos que buscar ayuda profesional par
—Porque tú lo amas —dijo Sam encogiendo los hombros—, sos valiente, aunque creo que le hizo bien a Gabo el retiro espiritual, y le bajó muchas rayitas a la neurosis. —Carcajeó. —Qué graciosa —bufó Gabo—, más bien habrá que hacerle un monumento en la entrada a Óscar, porque tener que soportarte a vos, eso sí que es de valientes. —Sonrió elevando sus cejas—, ni tu papá podía con vos. Samantha carcajeó al escucharlo. —Ni Óscar, puede conmigo —expresó con orgullo—, pero así me ama. —Miró con ternura a su esposo. Óscar carcajeó se puso de pie y posó mostrando sus marcados músculos.—Seré el mártir de Oaxaca —refirió elevando su mentón—. A mí desde que conozco a Sam me ha encantado casi en todo —mencionó—, por fortuna ambos maduramos —expresó volviendo a sentarse—. Siéndote honesto estabas insoportable, ya que estamos hablando con confianza. —Se encogió de hombros dirigiéndose a Gabo.Gabo elevó ambas cejas. —Con estos amigos, para qué quiero enemigos —bufó—. Gracias por lo que me toca
Un par de semanas después que Gabo se mudó al apartamento de Pau, planeó una sorpresa para su pareja, para ello solicitó la ayuda de Sam y Óscar. Entonces aquella mañana se bañó con Angelito mientras Paula María preparaba el desayuno, luego de unos instantes vistió al pequeño con unos pantalones de mezclilla, una camiseta roja con azul con el logotipo de Spiderman, y le colocó unos zapatos deportivos del mismo superhéroe. Gabo también se vistió en colores parecidos al del niño, y de inmediato salieron hasta la cocina. Pau sonrió al observar a su hijo lucir hermoso, entonces recorrió con su azulada mirada el escultural cuerpo de Gabo, mordió su labio inferior al llegar a aquel firme pectoral, suspiró profundo y agitó su rostro dándose cuenta de que se veían similares.—Se ven muy bien —refirió y sonrió con cariño.—¿Te gusta la ropa nueva que me compró mi papá? —Gabito refirió—, y mis tenis tienen luces —indicó marchando un poco para que pudiera ver su mamá.—Están padrísimos —Pau
Gabo limpió con sus pulgares las lágrimas que rodaron por las mejillas de Pau, suspiró profundo la observó a los ojos. —No me lo dijo nadie, yo no lo hice, sino dos personas que desean verte desde hace mucho tiempo —expresó inhalando profundo. —¿Estás lista para reencontrarte con ellos? Pau colocó una de sus manos en su pecho, mientras que su rostro se desencajaba ante la sorpresa, su mirada se impactó al observar salir de la cocina a sus padres, gruesas lágrimas salieron y su cuerpo tembló. —Cariño —Álvaro refirió con emoción, mientras caminaba con su esposa de la mano. Al verlos acercarse Pau corrió hacia ellos, quienes la envolvieron entre la calidez de sus brazos, sin poder evitarlo los tres comenzaron a llorar. Paula María se dejó caer, al suelo, al tiempo que sus padres se inclinaron con ella, permaneciendo un largo rato así. —Me han hecho tanta falta —dijo con voz ahogada. —No más que tú a nosotros —Alondra respondió entre sollozos y acarició su rojizo cabellos. Luego d