Paula María y Angelito se encontraban decorando los cupcakes que ella preparó. El pequeño con la ayuda de una duya y de su mamá, daba giros sobre aquel pequeño panqué. Ella sonreía divertida al ver la manera en la que los estaba dejando, ya que, parecían un volcán haciendo erupción, de distintos colores. Sintió una gran emoción al colocarlos en la base en forma de fuente, siendo una forma de distraerse. Recordó sin poder evitarlo que en el pasado aquellos sencillos pastelillos que realizaba cuando era adolescente le encantaban a Carlos Gabriel, ahora lo eran de su hijo, por lo que los hacían con frecuencia. Observó atenta como cada que podía Angelito, se llevaba sus pequeños deditos a su boca, para retirar el betún de queso crema, por lo que ella lo limpiaba de manera recurrente, hasta que finalizaron y los dejaron sobre la linda mesa que habían preparado. Luego de eso el pequeño se dirigió a su habitación para colocarse el traje spiderman, que Pau recién le había comprado, sonrió a
Pau se retiró a la habitación con el niño en donde lo cambió de ropa y lo reconfortó hasta que se quedó dormido, entonces regresó para hablar con Carlos Gabriel.—Ya se calmó y se durmió —indicó—. Cuando lo cuida doña Jovita ven la novela que le gusta —mencionó—, por eso hay cosas que comprende y cosas que utiliza a su favor al decir que es chiquito —explicó—, dale un poco de tiempo para que asimile que tu vida es distinta a la de la familia de Norita —comentó con calma.Gabo suspiró profundo. —Sería bueno llevarlo con un especialista, y que de esa forma entienda que… Su vida no será como la de Norita —expresó aclarándose la voz—, no debió ser fácil para él pasar por las quimioterapias, y todo lo que le ha sucedido. —Presionó sus párpados—, no deseo hacerles más daño, si consideras que es mejor alejarme, lo entenderé, no quiero que nuestro hijo también sufra por mi culpa —expresó con sinceridad—, considero que… Deberías buscar una pareja, que te ame y haga feliz como él desea. —Busc
Carlos Gabriel bebía varios sorbos de café en su oficina, ejercitaba su cuello de un lado a otro, dormir junto a su hijo había sido una maravillosa experiencia; sin embargo, jamás imaginó que el pequeño fuera tan inquieto, suspiró al recordar un par de manotazos que le dio con sus brazitos, y como los pies de Angelito aparecieron en su boca. Sonrió y suspiró profundo; sin embargo, aquella alegría se le borró cuando rememoró las ilusiones que tenía el niño de tener una familia, cerró sus ojos negando con la cabeza, para Gabo eso era imposible, y no por Melissa, sino por todas las cosas que le hizo a Pau siendo Scarlett, además que se le vino a la mente la imagen de Paula María en esa oficina, suplicando porque le creyera y él la sacó como si fuera un animal. Pasó la saliva con dificultad, y decidió dedicarse a sus labores, en eso la puerta de su despacho se abrió. —¿No te enseñaron a tocar? —recriminó a la persona que ingresó. —Nunca he necesitado pedirte permiso —respondió Samanth
Luego de realizar unas labores en el palenque, Samantha se despidió de su esposo, él estaba atareado con unas reuniones y no pudo acompañarla a retirar a Norita de la escuela, una vez que ella pasó por la niña, compraron helado para visitar a Angelito y Pau. Cuando llegaron a su apartamento primero almorzaron juntas y luego de eso se dirigieron al piso de arriba, y tocaron el timbre. Pau se dirigió a abrir la puerta, sonrió al observar a su cuñada.—Pasen. ¿Cómo están? —cuestionó. —¿Te sirvo algo de beber?—Hola tía Gaby. —Frunció el ceño Norita. —¿Por qué si eres Gabriela te dicen Pau? —indagó con curiosidad Norita, pues lo había escuchado. Samantha abrió sus ojos con sorpresa, miró a Pau y palideció, la imprudencia de la niña los podía poner en peligro. —Porque se llama Gabriela Paulina —mintió Sam—, es como a Angelito a veces le decimos Gabito —mencionó y juntas ingresaron a la sala. —¿Y cómo te gusta más Gaby o Pau? —inquirió otra vez la pequeña a Paula María. La joven sonrió
Antes de llegar a la puerta Paula María sintió que la tomaron de la mano. Abrió los ojos tan grandes como pudo al darse cuenta de quién era, entonces sus piernas temblaron aún más y perdieron fuerza, por lo que comenzó a caer.Carlos Gabriel la sostuvo y no la dejó desvanecerse, la tomó de la cintura, mientras su corazón palpitaba con fuerza, aquel beso lo había confundido, y despertado en él sentimientos que creyó muertos. —¿Estás bien? —indagó susurrando bajo para no despertar al niño. Pau movió su cabeza con lentitud afirmando.—Sí, estoy bien —refirió sintiendo sus mejillas arder de la vergüenza—. No quería despertarte, lo lamento —se disculpó hablando con dificultad.Gabo inhaló profundo.—Estaba despierto —comentó—, el pequeño es muy inquieto, no me deja dormir —expresó bajito, y sonrió. Pau pasó saliva con dificultad al escucharlo, luego desvió su mirada hacia Angelito.—Duerme muy loco —expresó con nerviosismo. —¿Quieres un café? —indagó presionando sus labios.Gabo ladeó
Al día siguiente Carlos Gabriel y el pequeño Angelito salieron de la habitación, bañados, perfumados y listos para desayunar. —Buenos días —saludó Gabo con Pau. Pau quien una hora antes se duchó eligiendo un outfit coqueto con un short y un top a los hombros en tono mostaza, y unos tenis de plataforma; además, de haberse maquillado y moldeado su cabello. Se encontraba finalizando de preparar unas deliciosas arepas para consentir a Carlos Gabriel un poco, sonrió al escucharlos acercarse.—¿Cómo durmieron? —cuestionó con emoción—. El desayuno está en unos minutos —comentó.Gabo estiró sus brazos, miró con discreción el atuendo de Pau, se veía linda, aunque no era la sombra de la chica que conoció en el pasado, entonces inhaló aquel aroma tan familiar para él, y que le recordaba a su natal Colombia. —Contéstale a tu mamá, ¿cómo dormiste? —le dijo al pequeño. Angelito sonrió contento.—Dormí como spiderman —respondió—. Desperté muy descansadito —dijo y miró a su papá—. Ahora tú respó
Dos días pasaron desde que se reunieron en casa de Sam para convivir como lo hacían cuando eran jóvenes Óscar, Sam, Pau y Gabo, rieron como solo cuando estaban los cuatro juntos lo lograban hacer, sin lugar a dudas el tema de la cama de la dama distinguida y sofisticada, salió a la luz, por lo que fue un momento entrañable.Después de esto Óscar y Carlos Gabriel continuaron en el palenque cerrando tratos y para celebrar que todo iba saliendo bien, decidieron reunirse en un bar por la noche, antes de que Gabo volviera a New York. De manera puntual Óscar ingresó al bar en al que solían frecuentar, se dirigió a la mesa que había reservado y lo esperó, luciendo unos jean casuales y una camisa de manga corta, que le quedaba a la perfección en tono hueso. Tomó la carta del lugar y comenzó a buscar lo que solicitaría. Unos minutos después Gabo apareció enfundado en unos vaqueros azules, una camisa blanca y un blazer crema, buscó con la mirada a su mejor amigo, y cuando lo encontró se dirig
Milán- Italia. Carlos Gabriel llegó al Milan Fashion Center, esa noche Melissa modelaba en la semana de la moda, era un acontecimiento a nivel mundial, que reunía a los más famosos diseñadores. No le agradaba ese tipo de eventos, por lo que esperó el tiempo prudencial para ir a buscarla en los camerinos. Una vez que el show finalizó se encaminó a verla, uno de los guardias lo detuvo; sin embargo, Gabo mostró una identificación que su novia le había entregado para cuando tuviera que buscarla en los camerinos, así que le dieron acceso. Saludó a varias de las modelos, que lo conocían, otras le sonrieron coqueteando con él; sin embargo, se le hizo extraño que murmuraban, y reían entre ellas al verlo. —Busco a Melissa —le dijo a una de las modelos que era compañera de su novia. La chica ladeó una amplia sonrisa, y señaló con su mano la puerta de unos de los camerinos. Gabo elevó una de sus cejas, extrañado y de inmediato se dirigió a ese lugar, entonces se escuchó varios jadeos, buf