Desde aquella noche, cuando Nerea lo besó impulsivamente, Vasily Ivanov ha estado evitando cualquier encuentro con ella. La decisión de trasladar a Nerea y a Roxana a otra casa fue una maniobra defensiva, una táctica fríamente calculada para proteger su propio equilibrio emocional y el control que ejerce sobre su entorno.Vasily es un hombre que entiende el poder y sus peligros; sabe que las distracciones, especialmente de la índole sentimental, pueden ser fatalmente debilitantes para alguien en su posición.Vasily se toca los labios, recordando el contacto fugaz pero cargado de significado. Aunque racionaliza que alejar a Nerea es lo mejor para mantener la claridad en su vida, una parte de él la añora, la desea cerca, contradiciendo su propia lógica y desafiando su dominio sobre sus emociones.Esta madrugada, sin embargo, encuentra a Vasily regresando a la casa, impulsado por un deseo que no quiere admitir pero que no puede ignorar. Camina por los pasillos oscuros, su figura imponent
El coche estaba estacionado frente a la gran casa, el motor en marcha, listo para llevar a Nerea y a Roxana lejos de todo lo que conocían. Roxana, con los ojos inundados de lágrimas, sollozaba desconsoladamente, incapaz de comprender por qué debían alejarse de su padre, de su hogar. Nerea, sentada junto a ella, compartía el dolor de la niña, aunque sus razones eran más complejas, tejidas con hilos de arrepentimiento y culpa.Nerea aún conservaba la esperanza, por mínima que fuera, de que Vasily apareciera en la puerta, ofreciendo una despedida, un cierre a las semanas intensas y emocionalmente turbulentas. Sus ojos no dejaban de mirar hacia la entrada de la casa, buscando la figura de Vasily, deseando verlo una última vez. Pero no hubo movimiento, ninguna señal de él; la puerta permaneció cerrada, un umbral silencioso y definitivo.Con un suspiro resignado, el conductor puso el coche en movimiento. Las ruedas crujieron contra la grava del camino, cada metro que recorrían alejándolas m
Egor Petrov, el Pakhan de una facción rival, era un hombre cuya reputación lo precedía con cada paso que daba. Vestido de manera impecable, con guantes negros de cuero cubriendo sus manos quemadas, Egor observaba con una calma glacial mientras sus hombres escoltaban a Nerea hacia él.Nerea, aterrada, intentaba mantener la dignidad, pasaba junto a Egor, escoltada firmemente por dos hombres robustos. Sus ojos se encontraron brevemente con los de Egor. Había un miedo en los de ella que necesitaba ocultar, pero los temblores de su cuerpo la delataban.Egor no movió un músculo mientras observaba cómo se llevaban a Nerea. Su rostro permanecía imperturbable, la mente trabajando con la precisión de un reloj suizo. Sabía que este acto de audacia, el secuestro de Nerea sería visto como una declaración de guerra por Vasily Ivanov, una provocación que no quedaría sin respuesta.—Llévala con Mike, que cure sus heridas y la ponga al tanto de su actual situación.Tan pronto como Nerea y sus captores
Hablaban de ella como un trozo de carne que se podía servir en un plato u otro.—¿Y si buscamos un cliente menos exigente? —sugirió Mike—. De todos modos, ella lo vería como un abuso. Creo que… este hombre, el del senado, tenía ciertos fetiches. —Nerea sintió una punzada en su pecho, ya las lágrimas no bastaban, tenía el sabor de la sangre en toda su boca porque ni por un segundo dejaba de morderse ahogando los gritos.—Ya lo recuerdo, pero no es de mi agrado, la última vez dejó lesiones graves en Nikita. —Para Egor no era un buen cliente, sobre todo si dejaba lesionadas a sus chicas—. Eso no fue agradable. Es mejor mantenerlo como cliente no frecuente. No queremos más incidentes de ese tipo.No se decidían.El dolor comenzaba a volverse más intenso. La cabeza de Nerea dio vueltas y su mano se apoyó en la cama, pero comenzó a sangrar más.Mike dejó una gasa en la herida y presionó.—Pakhan, lo que usted decida. Sea lo que sea en lo que la ponga, tendrá que aprender y resignarse. A ell
Había sucedido.Secuestraron a Nerea.Vasily Ivanov, encerrado en su despacho, enfrenta uno de los dilemas más desgarradores de su carrera criminal. La noticia del secuestro de Nerea lo ha alcanzado como un puñetazo al estómago, con una mezcla de sorpresa y rabia que intenta dominarlo.Sí, es la primera vez que ha estado cerca de mezclarse sentimentalmente con una mujer, decide alejarla antes de que eso se desarrolle y luego… pasa eso.Aunque su hija Roxana ha llegado sana y salva, Nerea, la niñera que una vez estuvo tan cerca de él, ahora está en manos de sus enemigos.Apoya las manos en el escritorio de madera oscura, su refugio en momentos de decisión crítica. Cierra los ojos, intentando imaginar lo que Nerea podría estar sufriendo a manos de la Bratva enemiga. Las imágenes que su mente dibuja son vívidas y tortuosas con las ideas de todo lo que le puede ocurrir.Pero ¿acaso movería cielo y tierra por ella? Vasily siente cómo sus manos tiemblan de ira y frustración, y en un gesto d
Estaba acostado de lado, mirando la luz encendida de su mesa de noche, pensaba en ella, imaginaba su rostro de miedo al ser secuestra y luego… ¿qué pasaba luego?Sobre esa misma cama tuvo sexo con ella, acto seguido la sacó de la habitación, como quien despide a una puta luego de correrse.Se dio la vuelta, sus ojos mirando el techo blanco sobre su cabeza.—Nerea—Susurró su nombre, pensó en el motivo por el que decidió enviarlas lejos y ahora… tocaba sus labios.Casi nunca se cuestionaba nada, pero desde que decidió no rescatar a Nerea, tenía más preguntas que respuestas, dudas, tantas dudas que le hacían doler la cabeza, como si sintiera culpa, como si lo que le pasara, lo que le estuviera pasando a Nerea fuera por su culpa.Salió de la cama y casi corrió hacia su habitación, abrió la puerta y todo dentro estaba en silencio, encendió la luz, allí no había nada de ella, se supone que sus cosas estaban en la otra casa, donde ella tendría que estar, pero las cosas estaban allí, Nerea no
La tensión que inicialmente se cernía sobre la Bratva liderada por Egor Petrov comenzó a disiparse con el pasar de los días. La falta de acción por parte de Vasily Ivanov y su organización parecía indicar una aceptación tácita del destino de Nerea, o al menos una renuncia a la confrontación directa. Los hombres de Petrov, aunque mantenían una vigilancia férrea, empezaron a relajarse ligeramente, sintiendo que el riesgo de represalias inmediatas se desvanecía.En este clima de cautelosa tranquilidad, Egor convocó a sus brigadieres para la reunión semanal de estrategia y actualización de informes. Uno tras otro, los líderes subalternos presentaron reportes de actividades sin incidentes significativos, una muestra de que, por el momento, la estabilidad reinaba.Sin embargo, el ambiente se tensó cuando uno de los brigadieres, un hombre de confianza probada, pero de tacto cuestionable, trajo a colación el tema de Nerea. Su tono despectivo no pasó desapercibido, y sus palabras reflejaban un
Había descansado tan solo un par de horas desde que conoció la casa. Aquello no era suficiente porque pasaba la mayor parte de la noche despierta, lo mismo antes de que Egor saliera en la mañana.Cuando la puerta se abrió Nerea pensó que Egor había llegado, respiró aliviada de saber que no era él.—Señora Nerea.—Solo dime Nerea, por favor.—Señora Nerea, han traído bolsas con cosas para usted, necesito que se pruebe algunas y confirme que le son útiles, ya que el señor Petrov quiere saber si necesita algo más. Esta noche saldrá, eso me ha dicho.—¿Salir? —Nerea se puso nerviosa, quiso preguntar, pero pensó que aquella mujer no sabría nada de lo que haría el Pakhan.Las bolsas comenzaron a llegar a la habitación y Ana fue sacando algunas de ellas, los ojos de Nerea se posaban entre cada una de esas hermosas prendas, los calzados, los abrigos, cada cosa simplemente era de un aspecto llamativo, completamente costosa, se sabía al mirarlo.Cubrió su boca al ver que no dejaba de sacar cosa