Había sucedido.Secuestraron a Nerea.Vasily Ivanov, encerrado en su despacho, enfrenta uno de los dilemas más desgarradores de su carrera criminal. La noticia del secuestro de Nerea lo ha alcanzado como un puñetazo al estómago, con una mezcla de sorpresa y rabia que intenta dominarlo.Sí, es la primera vez que ha estado cerca de mezclarse sentimentalmente con una mujer, decide alejarla antes de que eso se desarrolle y luego… pasa eso.Aunque su hija Roxana ha llegado sana y salva, Nerea, la niñera que una vez estuvo tan cerca de él, ahora está en manos de sus enemigos.Apoya las manos en el escritorio de madera oscura, su refugio en momentos de decisión crítica. Cierra los ojos, intentando imaginar lo que Nerea podría estar sufriendo a manos de la Bratva enemiga. Las imágenes que su mente dibuja son vívidas y tortuosas con las ideas de todo lo que le puede ocurrir.Pero ¿acaso movería cielo y tierra por ella? Vasily siente cómo sus manos tiemblan de ira y frustración, y en un gesto d
Estaba acostado de lado, mirando la luz encendida de su mesa de noche, pensaba en ella, imaginaba su rostro de miedo al ser secuestra y luego… ¿qué pasaba luego?Sobre esa misma cama tuvo sexo con ella, acto seguido la sacó de la habitación, como quien despide a una puta luego de correrse.Se dio la vuelta, sus ojos mirando el techo blanco sobre su cabeza.—Nerea—Susurró su nombre, pensó en el motivo por el que decidió enviarlas lejos y ahora… tocaba sus labios.Casi nunca se cuestionaba nada, pero desde que decidió no rescatar a Nerea, tenía más preguntas que respuestas, dudas, tantas dudas que le hacían doler la cabeza, como si sintiera culpa, como si lo que le pasara, lo que le estuviera pasando a Nerea fuera por su culpa.Salió de la cama y casi corrió hacia su habitación, abrió la puerta y todo dentro estaba en silencio, encendió la luz, allí no había nada de ella, se supone que sus cosas estaban en la otra casa, donde ella tendría que estar, pero las cosas estaban allí, Nerea no
La tensión que inicialmente se cernía sobre la Bratva liderada por Egor Petrov comenzó a disiparse con el pasar de los días. La falta de acción por parte de Vasily Ivanov y su organización parecía indicar una aceptación tácita del destino de Nerea, o al menos una renuncia a la confrontación directa. Los hombres de Petrov, aunque mantenían una vigilancia férrea, empezaron a relajarse ligeramente, sintiendo que el riesgo de represalias inmediatas se desvanecía.En este clima de cautelosa tranquilidad, Egor convocó a sus brigadieres para la reunión semanal de estrategia y actualización de informes. Uno tras otro, los líderes subalternos presentaron reportes de actividades sin incidentes significativos, una muestra de que, por el momento, la estabilidad reinaba.Sin embargo, el ambiente se tensó cuando uno de los brigadieres, un hombre de confianza probada, pero de tacto cuestionable, trajo a colación el tema de Nerea. Su tono despectivo no pasó desapercibido, y sus palabras reflejaban un
Había descansado tan solo un par de horas desde que conoció la casa. Aquello no era suficiente porque pasaba la mayor parte de la noche despierta, lo mismo antes de que Egor saliera en la mañana.Cuando la puerta se abrió Nerea pensó que Egor había llegado, respiró aliviada de saber que no era él.—Señora Nerea.—Solo dime Nerea, por favor.—Señora Nerea, han traído bolsas con cosas para usted, necesito que se pruebe algunas y confirme que le son útiles, ya que el señor Petrov quiere saber si necesita algo más. Esta noche saldrá, eso me ha dicho.—¿Salir? —Nerea se puso nerviosa, quiso preguntar, pero pensó que aquella mujer no sabría nada de lo que haría el Pakhan.Las bolsas comenzaron a llegar a la habitación y Ana fue sacando algunas de ellas, los ojos de Nerea se posaban entre cada una de esas hermosas prendas, los calzados, los abrigos, cada cosa simplemente era de un aspecto llamativo, completamente costosa, se sabía al mirarlo.Cubrió su boca al ver que no dejaba de sacar cosa
Egor salió del baño con una toalla pequeña en su mano, secaba su cabello, iba desnudo, con la enorme erección ansiosa por acción.En la cama, Nerea esperaba desnuda, tal como él le pidió minutos antes.Miraba la marca en su mano y estar sobre la cama con el Pakhan en la habitación le hacía sentir que nunca saldría de allí.Una vez que él comenzaba a follarla parecía no tener límites, no poder detenerse, como si fuera una adicción, una y otra vez. Le aterraba mucho que esa habilidad fuera sobrehumana, creyó que se calmaría los primeros días, pero todo indicaba que era algo natural en él y ella no podía seguirle el ritmo, hacía todo lo posible, aunque cada vez que Egor salía de esa cama ella estaba destruida; no era como si ella se resistiera, al contrario, hacía caso a todo, intentaba comprender sus intenciones, buscaba seguir sus movimientos en la cama, pero al cabo de una dos o tres veces ya ella no daba para más y él parecía solo haber empezado.«No tiene cansancio», pensó Nerea.Pe
—No, eso no está bien. Imagino que fue lo que decidiste a última hora, ¿no? —El Pakhan Ivanov estaba al teléfono, eran las dos de la madrugada, pero él no podía dormir, así que se había puesto a resolver algunos asuntos, a pesar de la hora, sin importar que la otra persona esté dormida o no. Roxana había despertado hace hora y media, luego de tanto llorar había vuelto a dormir. Otra semana más en las que las horas de sueño no pasaban más de tres o cuatro por noche—. No muevas un maldito músculo sin antes preguntarme, porque tus decisiones son un desastre.—Pero antes hablé con Vincent y—intentó replicar, pero Vasily lo detuvo.—Pues Vincent también está tomando decisiones que son un desastre, ahora mismo hablo con él—Terminó aquella llamada, el ordenador sobre sus piernas y la pantalla iluminando toda su cara, sabía que ya no dormiría, mejor invertir ese tiempo en trabajo que tenía atrasado, trabajo que no era ni un poco de su agrado—. Vincent.—¡Por los mil demonios, Vasily! ¿Qué hac
—¡No! ¡No sigas! —Escuchó las palabras en español del Pakhan dichas de forma tan mal y no podía evitar reírse. Él insistía en que le dijera palabras para él repetirlas, llevaban así toda la noche luego de la cena, donde ella no paraba de reír mientras él daba su mayor esfuerzo.Y le encantaba la sonrisa de ella, la manera tan suelta en la que estaba durante esas horas y, desde luego, su belleza.Aquella ropa le quedaba muy bien, le gustó que tuviera un buen apetito y que el lugar fuera de su agrado. Una de esas tantas noches donde él llegaba a casa y la sacaba a cenar fuera, de paseo, salía con frecuencia. No permitía que ella se aburriera, al menos no en las horas que él estaba junto a ella.—¿Tan mal lo hago? — preguntó, sabía que daba todo su esfuerzo, pero los idiomas no parecían ser lo suyo.—No sé qué es lo que dice, pero sin duda español no es, estoy muy segura. Mi ruso es malo, pero tu español…—¿Estoy teniendo una mala maestra? No te rindas conmigo, a lo mejor solo necesito p
Se sentía ridículo, jamás había hecho algo así. Pero allí estaba.Durante la tarde que caía, Vasily Ivanov se encontraba sentado en su coche con vidrios tintados, una figura solitaria en el asiento trasero. Uno de sus hombres había informado sobre la ubicación de Egor Petrov y Nerea.No quiso involucrar a Vincent, pero necesitaba ver con sus propios ojos que solo Egor Petrov estaba solicitando los servicios de Nerea Pérez López. No tenía motivos para creer que eso era así, investigar un poco más allá no era lo suyo, pero algo tan simple como seguir uno de sus pasos y comprobarlo no era algo tan grave.El pequeño café era un lugar conocido, un rincón favorito de Petrov para escapadas discretas, y en esta tarde no era la excepción.Vasily observaba fijamente, sus ojos entrecerrados por el resplandor que se filtraba a través de los cristales. Veía cómo Egor, con una posesión descarada, tomaba de la mano a Nerea, tocándola inapropiadamente mientras caminaban hacia la entrada del café. Ner