*Marcus*
Volví a casa luego de un largo día de trabajo.
Las calles de la ciudad estaban decoradas, todos iban y venían con distintas bolsas de regalo.
Estábamos a veintitrés de diciembre.
Una fecha muy especial para mi Jane.
Ella está en casa con Nicolas, nuestro pequeño guisante, ya tenía cuatro meses de vida y el pequeño todos los días nos sorprendía con una monería nueva.
Desde intentos por hablar hasta muecas raras a las distintas personas de la familia.
Jane había ido temprano al cementerio, sola.
Jane: Espero poder leer junto a ti estas palabras cuando llegue el momento. Si no es así, no te sientas mal. Espero que logres entender que te deje en buenas manos y que estoy segura que cuidaras de todos aquí. Quiero decirte miles de cosas, contarte miles de planes. Le pedí a Lolo que realizará una silla para ti, para que en ella trabajes más cómoda, se cuanto te gusta estar en movimiento cuando piensas, el vaivén es una excelente idea. Quiero escribirle una carta a Eli y a Ian también, papá y mamá también necesitarán una, pero sinceramente no se que escribirles, no quiero despedirme de ellos. Aunque se que su dolor será
¿Qué te llevó a escribir esta historia? Una pregunta que tiene muchas respuestas. Me gustaría decir que es producto de mi imaginación, que en un mundo fantástico pueden existir este tipo de dolores. Dolores que no son físicos, dolores que se curan con una pastilla o simplemente dolores que se pueden evitar, pero no es así. Perdí muchas personas en mi vida. Gracias a Dios nunca un hermano, pero perdí a la única persona que yo necesito hoy en día en mi vida, porque no he podido encontrar un reemplazo para ella. Mi mamá era mi todo. Amiga, hermana, confidente, esa persona que no necesita palabras, con una sola mirada lograbas más q
*Jane* Grito su nombre una y otra vez. Ella ya no despierta. La sacudo gritando. La desesperación me inunda hasta que logró salir de la pesadilla. Me despierto completamente sudada. Me tiré nuevamente en la cama y abracé la almohada. Mary ya no está y soñar todas las noches con ella me está enloqueciendo. No son sueños bonitos, no escucho su risa, no la oigo tararear esas horribles canciones de comerciales, ella ya no volverá a explicarme porque es mejor comer las distintas frutas en horarios específicos. Tengo pesadillas.<
*Marcus* Esa sensación de hormigueo me siguió hasta que llegamos al piso donde se encontraba la oficina de Jane. En el camino me fue explicando las distintas áreas del complejo, desde el área de recreación de los empleados, hasta el comedor de bajo costo y la guardería. Uno de los más grandes de la ciudad, donde no solo se cuidaba al empleado sino también se cuidaba la ecología, ya que ochenta por ciento de la energía del complejo era creada por energía solar, gracias a un sistema de última generación de paneles solares instalados en los techos del complejo. Por no decir el mayor de ellos y el más importante, Industrias Harrison era una de las empresas más importantes del país, teniendo otros complejos alrededor del país y en otros paises tambien, pero aquí estaba la
*Jane* Eli se encontraba en la cocina del piso. El espacio contaba con todo lo necesario para preparar comida si fuera necesario. Ella estaba con los auriculares y tarareaba una canción. Moleste su visual para que me prestara atención, ya que ni siquiera se dio cuenta que había entrado. La sonrisa que apareció en su rostro no me gustó. —No. Ella no dejó de sonreír. —Jane, él es increíble. Esa sonrisa eran falsas esperanzas. Marcus y yo no tendríamos ese ni ningún tipo de relación que
*Marcus* La reunión con Jane y Eli terminó bastante bien. Avanzamos con algunos puntos. Cuando estuvimos a solas pregunté a Bernard que era esa mirada hacia la hobbit y él solo me dijo que era privado. —¿Privado significa látigos y cadenas? Él se rió y me golpeó la espalda. La pequeña Eli no se veía como ese tipo de mujer, pero Bernard tenía un tercer ojo para identificarlas. Espero que no haya puesto ese ojo sobre mí Jane. ¡Carajo! Descarte ese sentimiento de propiedad sobre ella de inmediato. *Jane* Al abrir los ojos vi la cara de Eli muy de cerca, me aleje de ella y me di cuenta que sonreía. Estaba en una habitación desconocida. Bueno desconocida hasta que desperte por completo y recorde que habia tenido sexo con mi nuevo jefe. Y también había dormido en su cama. Cama que ahora ocupaba, con Eli muy cerca también. Cuando me di cuenta que las posibilidades eran muy altas toqué mi panza. ¿Habían pasado veinticuatro horas? ¿Ya era posible afirmarlo? Me golpeé mentalmente por esa idea. —Quiero ir a casa Eli. Comienzan por pequeñas cosas
*Marcus* Jane comenzó a llorar de forma descontrolada. Ian entró en la habitación y me corrió de su lado. La abrazó pegandola a él. Eso no fue lo peor. El dolor de los gritos me partió el alma. Jamás había tenido esta sensación. No se que me pasó, pero en ese mismo instante en que la vi así me lo prometí. Borraría ese dolor de ella. No importa cuanto me cueste. Empecé a acariciarla y en algún momento Ian me dejó más lugar. Al tomarl