—¡¡Este no es mi hijo!!, es un bebé horrible, ¡Es imposible!, esto es una aberración que sobrepasa mis límites, ¿acaso me has engañado Betty?, es inverosímil que este adefesio sea sangre de mi sangre.— Repetía el señor Henry Fuller enojado e irritado, su cara pasaba de rosa a roja en un instante, y con razón ese bebé no se parecía en nada a él.
—Pero es tuyo Henry, jamás te engañaría, por quien me tomas, toda la vida te he sido leal, jamás he mirado a otro hombre que no seas tú, ni con la esquinita de mi ojo.— Exclama la señora Betty de Fuller, triste y acongojada al escuchar las acusaciones de su esposo, ella solo agacha su cabeza y respira profundo, parece que quisiera explotar de desolación.—¡No!, no lo es.— Refunfuña gritando por toda la habitación, no puede evitar sentirse airado. Si este, no sé ni como llamarlo, si esto fuera mi hijo seria demasiado guapo, pero es el bebé más feo que mis ojos han mirado, es que la palabra feo le queda corta, es monstruoso, no quiero verlo, ¡¡mis ojos!!, ¡¡mis ojos!!.— Él huye pronto de la habitación agarrándose la cabeza a dos manos sin rumbo.—¡¡Henry vuelve acá!!, te comportas como un niño chiquito. No seas inmaduro. —¡No quiero escucharte, Betty!.— Mientras huye le grita a su esposa.El señor Henry está verdaderamente sorprendido o la palabra debería ser angustiado, confundido, no puede creer que ese niño es su hijo, él no comprende por qué esa cara tan fea es la de su primogénito que espero por tanto tiempo. Lo niega, hace berrinches, para el su hijo debería verse superatractivo hasta recién nacido, por esa razón fue directo a su casa y dejo a su esposa Betty en el hospital sin explicación alguna.Años después nacieron sus mellizos, dos niños bastante guapos, nada que ver con su primogénito, para él es el niño más horrendo del mundo y así lo bautizo y como no, si sus mellizos son dos niños rosaditos con ojos grises, unas tremendas divinuras como él les dice Él nunca ha aprendido aceptar a Edward, el primogénito creció sin el cariño de su padre, ya tiene doce años y para el señor Henry nunca existió y mucho más ahora que habían nacido los divinos mellizos, nada comparados con Edward, que había sido su desgracia, su momento más humilde. Alardea de sus nuevos pequeños bebés como si fuera un semental, un hombre capaz de hacer niños guapos y seguía pensando que la señora Betty lo había engañado.—Estos son mis pequeños guapos, dignos hijos de su padre, no como Edward, que aun en su adolescencia no ha cambiado nada, aún está muy feo. Siempre que puede los compara y se burla de su hijo mayor, nunca muestra aunque un granito de amor para con él.—Cállate Henry, ya estoy cansada de que hagas menos a nuestro hijo solo por su apariencia, ni siquiera es feo, es normal, solo que tú quieres la perfección y eso no existe.—Como que no mujer, mira a Felipe y a Lorenzo, son los bebés más bellos del mundo, ellos sacarán la cara por esta familia, ya lo verás, su presencia se notará en dónde quiera que estén.—Es posible, pero no debes desmeritar a Edward, su inteligencia sobrepasa lo superficial, le ha ido muy bien en la escuela, es casi un genio, debes resaltar las bondades de tu hijo mayor.—Menos mal, después de verse tan mal, algo bueno debería tener, porque con esa cara no podrá lograr mucho, ni llegaría lejos, mejor presta yo cargo a mis mellizos.—Él se los arrebata a Betty y los consiente en su regazo mirándolos con profundo amor, admirando su belleza.Lo que a Edward nunca quiso llevar en sus brazos. Solo ha sobrevivido con el amor de su madre.A pesar de todo lo que le ha tocado vivir con el señor Henry, él es un niño muy inteligente y obediente. Incapaz de llevarle la contraria a su padre, ha pasado muchas noches pensando como hacer que su padre lo quiera aún que sea un poquito, al menos.Por eso ha dedicado su tiempo a aprender, Leyendo libros de cultura, historia, matemáticas, en definitiva quiere que su inteligencia sobrepase su fealdad, la que su padre le ha recalcado que ha llevado todos estos años. Su madre, Betty, lo sabe y está bastante orgullosa de él, tanto que hace lo que esté a su alcance para verlo sonreír.Ya sin crecer con el cariño de su padre, él es muy bondadoso con su madre, respetuoso y un poco gracioso.—Nunca voy a dejar de pensar en porque este Edward nació así, ya hicimos prueba de paternidad y es mi hijo, no entiendo qué paso, porque salió así, que castigo me dio Dios. Míralo, tan difícil de ver, crece y parece que se pondrá peor, no es como sus hermanos Felipe y Lorenzo, y por supuesto como su guapo padre.—Habla bastante enfadado y malhumorado.—No digas eso Henry, quizás hay que esperar un poco más para qué se vea más su atractivo físico, igual para mí sigue siendo guapo, solo que tú no lo ves. —Ella ya no sabe qué decir para convencer a Henry de que su hijo es normal y que lo trate con amor y respeto.—Ya tiene dieciocho años, ¿cuántos más se debe esperar?, ¿¡cuánto más para que se note que va a ser un hombre guapo!?, imposible Betty nunca se verá mejor, los dos lo sabemos, no nos hagamos tontos y ciegos.—Como un padre puede despreciar tanto a su hijo, solo por qué no es guapo, en que cabeza cabe tanta discriminación, nunca imaginé que me case con el hombre equivocado.Nunca pensé que diría esto, pero ya estoy cansada de ti y de como has tratado a Edward todos estos años.Solo ha sido un niño indefenso y lo has hecho pensar que no vale nada, es un chico con muchas virtudes y solo le has recalcado lo malo.¡¡¡Quiero el divorcio ahora mismo!!! No te aguanto un día más, estoy cansada, me llevo a los gemelos y a Edward conmigo, te quedarás solo con tu soberbia, arrogancia y frialdad.Cómo un hombre puede despreciar tanto a su hijo solo porque no es guapo como sus otros dos hijos, y ese es el señor Henry, un hombre de carácter autoritario, nada modesto, un multimillonario que se había hecho a el mismo, a pesar de llevar una buena relación con casi todo el mundo a su manera, el hecho de que su hijo no es atractivo lo ha destruido y vuelto frío e intolerante.Toda su fortuna la ha adquirido el mismo, él sabe que cuando un hombre se ve bien y es atractivo también puede lograr llegar a la cima más rápido y su miedo era ese, el que su hijo mayor no lo iba a poder lograr, y le iba a tocar más arduo, se sentía impotente.Él siempre quería que todo se haga a su antojo, ahora sufría porque Edward por ser el mayor debería administrar toda su riqueza hasta que sus otros dos hijos crezcan, le preocupaba que con esa cara nadie se lo quisiera tomar en serio. Sobre todo en los negocios, todos eran unos tiburones, capaces de devorar todo a su paso.Quizás seria una burla para tod
—Claro que lo harás, te casarás con Edward Fuller, tú nos vas a sacar de esta situación de quiebra, ellos inyectaran lo que haga falta para salir de este mal pase en las empresas. —Pero papá…—Pero nada, aquí se hace lo que yo diga, no quiero lamentaciones en los pasillos, mucho menos negativas de tu parte Helena, eres la hermana mayor y debes cumplir con tu labor. Casarte y tener una buena vida con ese hombre, mientras salimos de este mal momento. —¿Tu mamá?… has que mi padre entre en razón, como le vas a dar a tu hija en matrimonio a un hombre tan feo, solo me harás la mujer más infeliz del planeta, yo no lo amo, ni siquiera me gusta, entiende. —No importa lo que quieras o lo que te guste, si eres feliz o no, aquí lo que es realmente relevante, es el futuro de la familia, nada más que eso, espero lo comprendas porque no lo volveré a repetir. —Ya escuchaste a tu padre, y no será diferente, así hagas berrinches, de esos que estás acostumbrada todo el tiempo, o lo que sea. Te casar
Al día siguiente.—Madre, estás muy hermosa hoy, resplandeciente.Tu sonrisa está más bonita que en otros días.—Ya basta, hijo, que vas a hacer que me sonroje.—Pero es la verdad, te pones cada día más linda.—Gracias, todo fue desde la última vez que me iba a ir contigo y tus hermanos, cuando me dijiste que hablara con Henry, sobre nuestro matrimonio y todo se arregló desde ese momento, él cambió mucho.Hasta contigo.—Bueno, no del todo madre, pero sí, me ha aceptado un poco más, gracias por cuidarme siempre, por no abandonarme, tu amor me ha hecho más fuerte, he tenido que lidiar con gente superficial y variable, que piensan que por qué como me veo así pueden pasar por encima de mí.—Lo sé hijo, sé que has pasado por momentos complejos, sobre todo aquí con tu padre, que eso nunca debió ser así, él tiene que protegerte y solo te ha humillado…—Sí madre, pero es mejor que olvidemos todo eso, y pensemos en ese matrimonio que mi padre ha impuesto, madre, no quiero casarme con ninguna
—Exactamente, hermana, vas a conseguir todo lo que siempre has deseado.—Lo sé, pero a qué costo, además no quiero perder a mi gran amor.—¿Quién?—Russell.—Ese mantenido, abre los ojos Helena, ese hombre solo te está usando, no te quiere.—Ya cállate Leonor, yo sé que él me ama, eres una envidiosa, claro como a ti nadie te quiere, al menos yo tengo a Russell y ahora voy a casarme con este adefesio que afortunadamente es millonario y tú… ¿Qué has conseguido?, nada cierto.—Estás muy equivocada, jamás te tendría envidia, eres mi hermana, te quiero mucho, y solo quiero que abras los ojos, y que veas que ese hombre…—No más, no me interesa escucharte, hablar mal de Russell, él me ama, me lo ha demostrado de mil maneras.Me regaló este collar y este anillo, sin duda son bellos.—Son baratijas hermana y lo sabes, nada de lo que estás acostumbrada en esta familia, él solo juega contigo o dime, si realmente estuviera interesado hubiera venido aquí a pedir tu mano a mis padres como tú lo mer
—Cálmate Betty, no hice nada malo, pero no puedes decirle a Edward que es precioso, se oye ridículo, porque no es verdad y lo sabes.—Para mí lo es, y lo es por todo lo que trae en su interior y en su corazón, él es un hombre de admirar, merece todo el respeto del mundo.—Disculpe la interrupción, señora Betty, acaban de llegar los invitados.—Háganlos pasar y traigan a los mellizos, gracias.Betty acomoda la corbata de Edward y mira a su esposo enojada y con sus mejillas coloradas de la ira.—Buenas noches, Henry.—Buenas noches, Abraham.—Se saludan los cerebros de la familia Fuller y Wonderwall, y las señoras también.—Miren Betty, Henri y Edward les presento a mis hijas, ella es Leonor.—Mi princesa, ella es la menor.— Hace mención Abraham.—Y ella es la única y bella Helena, tu futura esposa Edward.—Mucho gusto Helena.—El desagrado no lo puede ocultar, por más que ella lo intenta, su actuación no funciona, apenas lo mira, lo aborrece, mientras Leonor le pasó su mano mostrando una
Helena ha descubierto que no va a poder lograr actuar frente a Edward, su cara de desagrado lo dice todo.El ha podido notarlo y se ha puesto a la defensiva, no esta muy complacido con ella, pero al ver a Leonor sus ojos se han iluminado y eso es algo sorprendente.Leonor lo ha dejado suspirando, tal parece que Edwuar se siente atraido por ella.—Bueno, bueno, ya que se conocieron los prometidos pasemos a la sala este será el acontecimiento del año, nuestros hijos van a casarse, no es acaso esto lo mejor qué ha podido suceder.— Habla el señor Wonderwall alardeando en que ha logrado su cometido y pensando que conseguirá los fondos para sus empresas.—Así es Abraham, vamos a tener una maravillosa boda, nuestros hijos se casarán y nos darán muchos nietos.—Creo que es muy pronto para hablar de nietos. ¿No crees Henry?— Aclara Betty.Y en ese preciso momento se escucha un... ¡No!, ¡no! Un grito desesperado y como era de esperarse, es Helena que cada vez puede soportar menos esta decisión
Mansión Wonderwall.—Hija debes fingir un poco más, Edward noto tus caras, todos nos dimos cuenta de tu desagrado hacia él, no podemos permitir que cambie de opinión hacia ti, eso sería nuestro final. —No puedo, es difícil, tú no entiendes, claro como no eres la que se va a tener que casar con el feo ese, ya lo viste, todos los vieron.No es nada agradable.—Habla Helena mientras solloza entre lágrimas.— No me obliguen a casarme con ese hombre por favor padre, madre.—Ya esto todo arreglado para el matrimonio, tú no vas a cambiarlo, así llores ríos de lágrimas, entiende Helena está en juego la riqueza, las empresas, ¿quieres que nos quedemos sin nada?, ¿no quieres que sigamos siendo poderosos?—Yo no quiero que eso pase padre, pero que haré yo todos los días viéndole la cara a ese hombre, y su madre que lo cuida como si fuera un niño pequeño. Me fastidia su presencia.—Solo tienes que casarte hija mía, y enamorarlo para que puedas quitarle la mayoría de su fortuna.—¿Enamorarlo?, ¡¡No
♬♪𝄞𓏢Eres el amor de mi vida, el hombre de mis locuras… tara tara♬♪𝄞♭…Se escucha tararear una melodía inesperada en la habitación de Helena, ahora porque tanta felicidad, ella todos los días se despierta enojada y pidiendo todo a gritos, pero hoy todo ha cambiado.—Buenos días, Helena, ¿puedo pasar?.— Leonor toca la puerta con sutileza, ya que ha escuchado a Helena cantar y le ha generado bastante curiosidad.Pues la mayor parte del tiempo está de mal humor y nunca complacida, ahora menos con su futuro matrimonio.—Pasa Leonor, hoy estoy demasiado alegre para que algo pueda hacerme sentir mal.—Habla regocijada.—Puedo saber por qué mi hermanita está tan contenta, ¿qué bichito te pico?.—Pregunta curiosa y sorprendida.—¿Bichito?, eso fue un bichote.— Responde sonriendo mostrando su perfecta dentadura.—¿De qué hablas Helena?, estoy confundida con tus palabras.— Leonor pregunta cada vez más desconcertada y pérdida, no entiende nada.Se acerca a la ventana y rodea la habitación buscan