Los hijos nos enseñan que el amor es una cosa que se aprende, no que se nace sabiendo

Pero para Deanna y Jonathan las cosas no eran tan fáciles. Susan intentó hablar con él sobre lo que le sucedía, pero él seguía diciendo que nada estaba mal. Hasta Camila intentó sobornarlo con una tarde en el parque de diversiones, con algodón de azúcar y globos; sin éxito.

Y Daniel ya no podía ver los ojos tristes de su esposa. Así que fue por él al colegio y tuvieron una conversación entre hombres. Se estacionó a un lado de la calle y apagó el motor.

-Hijo, tenemos que hablar – Le dijo mirándolo por el espejo – Ven, siéntate aquí –

Jonathan cruzó a la parte delantera, junto a su padre y lo miró expectante.

- Jonathan, quisiera que pudieras hablarme y contarme cual es problema que te tiene enojado con Deanna… ¿Es por tus hermanas? –

- No –

- Entonces ¿me lo puedes decir? ¿Sabes? Deanna está muy triste, cree que ya no la quieres –

- Si quiero a Deanna, mucho – Respondió el pequeño.

- ¿Hizo algo para que te alejes de ella? –

- No, papá –

- Ya veo… ¿Qué sucede? –

El pequeño pensó por un
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo