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No puede volver a ocurrir
Al regresar, con una brillante sonrisa llevó diligentemente el carrito a su cama, pero Ethan no estaba. Se preocupó, pero Ethan siempre había sido muy temperamental por sus idas al baño, por lo que suspiró y se quedó de pie en la puerta. —No quiero presionarte, pero la langosta quedó deliciosa. No la hice con mis propias manos, pero me aseguré de que así fuera jejejeje, si te gusta puedes comerla todos los días, bueno, si no es contra producente con... No importa, lo que tú quieras siempre lo tendrás, te lo prometo. Estaba acostumbrado a hablar solo la mayoría del tiempo, por lo que no se le hizo muy extraño el que no hubiera respuesta, pero mientras más pasaba el tiempo, más se inquietaba. Hacia todo lo posible por mantener la calma, y con la esperanza de que lo aceptara un poco más, trató de mantener la calma lo mejor que pudo, no quería hacerlo enojar, ni quería que se sintiera aún más frustrado, así que decidió autocontrolarse. Eso hasta que... —¿Ethan? O-oye, no quiero molest
Una decisión impulsada por el dolor y el placer
Nadie más que él mismo había sentido lo que era pasar por ello, ese miedo y dolor por haber sido abandonado de una manera tan cruel y fría. Y por la persona que se suponía seria su otra mitad y que estaría con él el resto de su vida.Una terrible persona, sin corazón, insensible y... que sin darse cuenta había sido la dueña de su corazón hasta hacia muy poco tiempo.Trató de aferrarse a esa mínima sensación de cercanía familiar como si fuera la única cosa que pudiera mantenerlo en el mundo. No habría nadie que pudiera entenderlo... y creyó que así sería hasta el día de su muerte.Quien diría...****************************Armando se sintió como en un deja vu, la mirada de Liliana se había aferrado a la ventana mientras Héctor estaba de brazos cruzados en la pared cercana a ella. Ambos parecían indiferentes, pero al mismo tiempo denotaba que tenían mucho que decirse.Solo pudo lanzar un suspiro al suelo e irse en silencio.Liliana tenía un libro en sus manos mientras Héctor de alguna
Memorias
Los días habían pasado en un abrir y cerrar de ojos para todos, pero para una persona en la ciudad fueron siglos. Olivia estaba tan preocupada por Oliver que organizo una reunión con todos los miembros de la familia, él había hecho todo su trabajo impecablemente como siempre, sin embargo.—Señores, lamento mucho tener que hacer esta reunión de una manera aparentemente inútil, sabemos que, aunque aún somos familia somos muy independientes, pero...—¿Con que necesitas ayuda Olivia?Pregunto uno de los mayores, ella suspiro por lo bajo y se dirigió a él.—No sé cómo ayudar a mi hijo, tío. Su compañera apareció, pero...—¡¿Queee?!Preguntaron la mayoría de los presentes incrédulos. Unos incluso se pusieron de pie, mientras sus expresiones se iluminaban. Todos salvo el anciano que había hablado anteriormente.Él se veía más preocupado que emocionado.Olivia que había estado recibiendo felicitaciones de sus familiares, notó la expresión del anciano.—Tio... ¿Sucede algo?Preguntó ella algo p
¡Esto no es normal!
—¡Ya te dije que me dejes en paz!¡CRASH!Un florero que había estado en la mesa junto a Liliana se estrelló en la pared después de que Héctor lo esquivara.—¡Me importa un carajo lo que quieras! ¡No vas a salir así, como así!Liliana estaba tan furiosa que apretaba los puños y dientes llena de rabia. Desde ese día, Héctor no se había ido un segundo, y cuando entraba al baño, Herminia se quedaba con ella sin dejarla hacer absolutamente nada.Ya habían pasado cerca de tres semanas y él no parecía conforme con nada. Según Armando, ya estaban estables ambos, el lazo estaba en perfectas condiciones, tanto, que cualquier rechazo de Liliana era un terrible dolor e incomodidad para ambos por alguna razón.Héctor poco a poco se dio cuenta de la gran resistencia al dolor que tenía. Su boca se sentía amarga y cada que quería hablar con ella todo se volvía un caos. Tras pasar lo que le pareció una vida en las sombras y siguiendo masoquistamente el fantasma de una persona que le había causado tan
La declaración de un dolor bilateral.
Héctor que no podía negar parte de sus palabras, solo lo miro inexpresivamente unos segundos. Ya estaba todo casi listo, por lo que podría dejar a Liliana unas horas para poner todo en orden y volver, así que lo que necesitaba en ese momento solo era hacer que se fuera y lo dejaría despotricar como quisiera lejos de ella. Se despeinó con cansancio y lo miró nuevamente.—Debo arreglar algo, en cuanto esté libre iré a casa, no tienes de qué preocuparte.Extrañamente, Ethan con una sonrisa asintió y dándole un cariñoso beso, se fue sin más. Héctor sintió que era algo extraño, pero estaba tan cansado que solo se dio la media vuelta para volver a subir, y al recordar que había pasado tanto tiempo se estremeció y subió rápidamente.No sin antes ordenarle a Herminia que hiciera algo que le gustara a Liliana, para aligerar su estado de ánimo. Mientras subía, comenzó a prepararse mentalmente para una nueva rabieta, pero la voz de la ama de llaves se escuchó.—S... Seño...—No quiero escuchar r
¿Quién eres para juzgarme?
Esa área del hospital como siempre, era el mismo. Era espaciosa, limpia y solitaria. El personal era escaso, pero todo el lugar estaba monitoreado por cámaras de circuito cerrado, con las cámaras y micrófonos la seguridad estaba asegurada.El personal siempre que se encontraba con ella era cortés y ahora respetuoso. No era de extrañar, debido a que, así como eran eficientes para el trabajo, lo eran para hacer circular la información.¿Por qué las personas cambiaban tanto y tan fácil?Ella habría hecho hasta lo imposible por sentarse en ese lugar con orgullo y ahora no lo quería. Esa gente se burlaba de ella como si fuera una simple basura desechable que en cualquier momento podrían pisotear como se les diera la gana.Y ahora... Bueno, no hacía falta decir lo que pasaba.Mientras divagaba, voluntariamente a propósito para no pensar en lo que venía, llegó a la habitación. Se mordió la parte interna de la boca, y tragando al último minuto entró.—Señor, recuerde que debe guardar reposo,
Después de la amargura, la dulzura
Aaron se giró para ver al hombre en la cama y se disculpó.—Lo siento mucho señor. Son órdenes del señor Héctor, solo cumplo con ellas.No mucho tiempo después, los pasos apresurados y los gritos de Héctor se escucharon a la distancia.—¡¿En dónde está?!—Gire aquí señor, en la habitación 2032.Mientras los pasos acelerados se escuchaban cada vez más cerca, Liliana casi quería llorar. Sin darse cuenta dio dos pasos hacia atrás mientras buscaba a su alrededor un lugar para esconderse. En su desesperación olvidó las esposas por una segundo y corrió hacia el baño, el tirón fue tan fuerte que hasta Aaron frunció el ceño.—Liliana.Héctor que entró rápidamente, la vio y su mirada se ilumino. Aaron estaba por quitar las esposas, pero la expresión horrorizada de Liliana lo sorprendió. Sin darse cuenta, miró hacia Héctor y se le erizo la piel hasta a él.Estaba hecho un completo desastre, su ropa era la que usaba en casa, estaba despeinado y su expresión casi distorsionada lo hacían parecer u
Una responsabilidad inaceptable.
Desafortunadamente uno de los ignorados no era tan tolerante. —¿Qué diablos haces aquí? Interrumpió la voz de Héctor el momentáneo silencio. Oliver hizo una mueca y Liliana trago saliva nerviosa. Recordando lo que había pasado el ultimo día que se encontraron, dio un paso frente a Héctor y le sonrió. —Tengo hambre, hay que ir a casa. Héctor sintió un terrible sabor agrio en la boca, pero asintió y mientras ella tomaba su mano para irse, le dio un último vistazo a Oliver. Este tenía los puños fuertemente apretados y la mandíbula tensa. Sonrió con suficiencia y le dio un leve asentimiento. Mientras Liliana con los ojos fuertemente cerrados, se disculpaba millones de veces con él. Oliver se quedó de pie solo en medio del maravilloso paisaje, el cual había perdido completamente el brillo y color por la ausencia de quien se lo otorgaba. —Regresarás mis brazos... Estoy seguro. Miro hacia donde ella había visto y también noto la belleza del lugar. Tomo nota y se fue en silencio. ****
Último capítulo
- Hasta que la muerte nos separe...
- El comienzo de la venganza
- La vida en un matrimonio de cuatro
- Una poligamia aceptada
- El nudo que fue difícil de soltar.
- El amor más agrio, firme, puro y leal del mundo
- La realidad, lejos de una pesadilla
- Motivos, encrucijadas y puntos decisivos.
- La gloria del descaro