En medio de una situación desesperada, Liliana accede a casarse con un hombre rodeado de un sinfín de rumores de homosexualidad.La madre de éste, harta, decide utilizar la situación de Liliana y su familia, para por fin poder deshacerse de esos rumores. Le entrega un contrato lleno de clausulas bastante abusivas, incluida una la cual consiste en mantener ése matrimonio a toda costa por lo menos durante diez años.Ella tratando de apoyar a su padre enfermo y no ver caer más a su familia, accede. Sin embargo, debido a su tormentosa vida juntos, ambos desarrollan una repulsión hacia el otro de manera irreversible.Además, gracias a un tercero, el pacífico y, por lo menos cordial matrimonio, se vuelve un desesperante y aún más retorcido infierno.Y, como si fuera una bendición disfrazada, una extraña condición la ayuda a tomar la ventaja de muchas de las situaciones que más la atormentaban.Desde la transición de una simple beta a su despertar como omega dominante, hasta el descubrimiento de su alfa destinado, sin mencionar, la ridícula situación con su esposo y un hombre desconocido después de su transmigración, vuelven la situación de un problema grande, hasta una completamente absurda... Y placentera situación, de la cuál no tiene problema en sacar provecho..La aparición de alguien parecido a un ángel diabolico, la hacen darse cuenta de que no hay límites para la venganza.¿Podrá Liliana conservar algo de su propia cordura al final de ése terrible y desesperante capítulo en su vida?
Leer másLa voz de Marcus se escuchó cariñosa y desbordante de amor y dulzura.—Te prometí que nadie saldría ileso cariño, no te preocupes por nada, esto es solo el inicio.Oliver en ese momento se sintió completamente excluido de su pequeño núcleo en el que el habia sido el único hombre para ella en su vida anterior. A esa mujer desconocida la sonrisa que únicamente él habia proporcionado y era a él a quién se le habia dedicado. Estaba tan inmersa en esa distorsionada felicidad, que ignoró su presencia por completo.Su corazón se estrujó, y el resentimiento y los celos, comenzaron a brotar en su interior. No tenía idea de en qué momento llegaron a ese punto, pero estaba completamente en contra de ser desechado, y, así necesitara tomar medidas extremas, no dejaría que eso pasara por nada del mundo.Ella era su esposa, sin importar que, ella así lo era y nada ni nadie se la quitaría, fuera la que sea la razón. Sus hijos volverían a nacer, su familia estaría a salvo y ella volvería a confiar e
—Lleva esto a finanzas, deben ponerlo en orden para el final del día, llama a relaciones públicas, quiero que el anuncio se haga hoy mismo, y quiero que pongan en orden cualquier cabo suelo referente a esta gente, sin importar que, mantengan esto en secreto, ¿Entendido?El secretario asintió con extrema seguridad y cuidado. Mientras Leo observaba todo con completo cuidado y en silencio.—¿Está seguro de esto señor?Pregunto al final sin poder contener su preocupación. Ese secretario era un espía, de todos los departamentos había mostrado ser uno de los mejores en su ramo, no obstante, cualquier detalle por mínimo que fuera, siempre estaba en manos de Leo.Ahora, era más que obvio que esos detalles le fueron encomendados con alevosía. no tenía idea de lo que en realidad quería hacer, y no estaba en sus manos hacer preguntas tampoco.Bianca miró por los alrededores, y vio el televisor en una de las paredes, sin prestar atención a nada, se dirigió hacia él e hizo lo que Marcus le dijo.
Una semana después...Oliver con seriedad como siempre, estaba terminando de arreglar su corbata y traje perfectamente planchado e impecable. Se acercó a la cama, y le dio un beso en la frente a la dormida Liliana. Esta frunció levemente el ceño e hizo un puchero.Él sonrió hermosamente, pero al ver otra mano envolver a Liliana, su expresión se volvió fría y la sonrisa se desvaneció en un instante. Se irguió y acomodó bruscamente por última vez su corbata y salió. Héctor sonrió y se aferró a Liliana aún más.Estaba seguro de que ella le tenía un poco más de preferencia, sin embargo, aún no tenía completa seguridad ante Marcus que parecía una mosca que no salía a ningun lado y prácticamente vivía prendido de ella. Justo cuando estaba repasando sus disgustos, sintió en movimiento en la cama.—Héctor, debes trabajar.En un instante, comenzó a sentir como su parpado comenzaba a saltar y su nariz se contraía.—Cierra la boca idiota. ¿Acaso no tienes vida? ¿Planeas que te mantenga toda l
El cuerpo nuevamente comenzó a moverse por cuenta propia, con una escalofriante sonrisa, Liliana asintió a Héctor, pero éste, embriagado por la emoción debido a su aceptación, lo ignoró por completo. Oliver, que en un instante comenzó a sentirse en crisis, se acercó a ellos a paso acelerado, y liberando una ráfaga de feromonas violentamente, los dejó a ambos aturdidos y se aferró a Liliana.—Incluso si no quieres amarme, me quedaré contigo. Ódiame, úsame, no importa que es lo que quieras de mí, lo aceptaré todo.Sus palabras contrastaban muy directamente con su actitud, que era de dominancia completa. Esa mirada firme y decidida, era embriagante y al mismo tiempo irresistible.En Liliana fue, como si millones de flores se abrieran en plena primavera, pero al mismo tiempo para Bianca, fue como si su cuerpo estallara en llamas y se resistiera fervientemente contra las ganas de ser tomada en ese mismo instante por él.Obviamente para Oliver no fue difícil darse cuenta, desde atrás, tomo
Oliver sintió como su sangre comenzaba a hervir y el aura a su alrededor comenzó a tornarse amenazante. Marcus sintió la hostilidad, pero no se movió en absoluto.Sabía que lo que había hecho no tenía perdón, entendía ése sentimiento y dado que Oliver ya tenía la mayoría del plan y Héctor ahora seguía con vida y estaba relativamente de su lado, no les sería difícil hacer el resto.Lo merecía.Estaba por decirle sus últimas palabras a Liliana, pero ésta, con una fuerza desconocida lo abrazó con fuerza y lo besó efusivamente. El ambiente en el lugar se volvió asfixiante.Oliver estaba tan molesto que sentía que podría vomitar sangre en cualquier momento. Se acercó a ella y trató de llevársela.—No tengo idea de qué es lo que pasó, pero… No puedo… Dejar pasar esto.No vuelvas a acercarte a ella…¡PAS!Bianca furiosa abofeteo a Oliver llena de rabia.—No, te atrevas a querer tomar una responsabilidad que desechaste solo por tu ego egoísta. ¡¿Sabes por lo que pase?! ¡¿Tienes idea de todo l
«Todo esto fue culpa mía...»«Si yo hubiera aceptado a Héctor, esto...»«¿Mis hijos... ¿Están bien...?«Ya no podría soportar pasar por esto de nuevo...»Miles de vocecillas rodeaban el vacío, la oscuridad era tan intensa, que, salvo por las voces, no creería que se encontraba en otro lugar.—¿Quién eres...? ¿Viniste a ayudarme...?Bianca tragó y con mucho miedo e incomodidad trato de ver a sus alrededores. Pero obviamente, no se podía ver nada. Caminó sin rumbo un largo e indefinido tiempo, hasta que unos sollozos se escucharon a la distancia.—¿Quién eres? ¿Qué significa esto...?Abruptamente el sonido se silenció y solo se quedó en una leve penumbra. A una pequeña distancia, se encontraba una hermosa mujer recostada en el suelo en posición fetal abrazándose a sí misma.—¿Qué fue lo que hice mal? Solo quería mi felicidad, jamás dañe a nadie, ¿Por qué yo? No importa cuánto lo intente, estoy destinada a ser un completo fracaso...Los susurros se volvían cada vez más claros, en un mome
Varios días después de quedarse con Héctor, Bianca comenzó a pensar un poco más en lo que era su ahora "realidad", había algo que la inquietaba todas las noches, no podía dormir e incluso, cuando lo intentaba, fragmentos de luces rojas, un sentimiento de opresión, miedo y dolor, cegaban y alteraban su mente.Y, por fin una noche, todo tomó sentido...Fue lavada, arreglada y llevada a una lujosa sala llena de personas, su suave y ligero vestido de seda, dejaba poco o casi nada a la imaginación. Su esvelto y hermoso cuerpo parecía una obra de arte, del cual varios, se lamieron los labios mientras la admiraban. Fue repugnante, pero no podía hacer nada para escapar de esas horribles miradas.Bianca se estremeció y trato de cubrirse con sus manos, pero una fuerza externa se lo impidió, no solo fue forzada abajarlas, sino que también, fue expuesta aun más de manera indecente y humillante.—No pueden hacer más que mirar por hoy, en el momento en que la marca se establezca, solo sus alfas pod
Marcus, ese momento, hizo todo lo humanamente posible por buscar a Ethan nuevamente. Serían cerca de tres semanas y no había absolutamente nada de él. Héctor se rehusó a hablar de él, y sus hombres eran tan herméticos, que estuvo cerca de darles un incentivo por su lealtad. De todas las cosas que se les pudo decir, solo eran buenos para tomar lo que se les “donaba”. Pero mientras él se desesperaba por respuestas, el susodicho estaba inmerso en otra cosa. —Ella será mi esposa legalmente, pero tú, eres el verdadero dueño de mi corazón, ¿Lo entiendes? Ethan completamente fuera de sí, con los ojos completamente enrojecidos, golpeó su mano y lo miró con odio. Kyle, suspiró profundamente y bajó la mirada. Sabía que no sería algo facil de digerir, pero si no lo hacía, él estaría en verdadero peligro. Iris serviría como un "señuelo" a fin de cuentas, si ella llegara a morir, mataría dos pájaros de un tiro. Aunque obviamente, "él" jamás debía enterarse. Los días pasaron, y el Ethan
Héctor se dio cuenta de su distracción y por un momento sintió unos celos terribles. «¡Seguramente es por ese idiota!»Rechinó los dientes y controlando hasta la más mínima célula de su cuerpo, suspiro por lo bajó y sonrió nuevamente. —¿Quieres... Verlo?Ella abrió los ojos con sorpresa debido a sus palabras, pero al ver su reacción y el hecho de que no podía ocultar su boca torcida y ese ceño fruncido mientras parecía que estaba soportando unas ganas inmensas de ir al baño. No se pudo controlar. —¡Pffff! ¡Jajajajaja!Atónito él y las personas de los alrededores los miraron sorprendidos. —Qué mujer tan hermosa... Se escuchó un leve murmullo por ahí. El rechinó nuevamente los dientes y la llevó de la mano lejos del lugar. —¿Soy gracioso...? Estaba por seguir quejándose y regañarla enserio, pero su voz melodiosa y que le hacía cosquillas en el pecho se volvió a escuchar. —¡Sí! ¡Jajajaja! ¡Debiste ver tu cara! Jajajaja, parecía que tenías indigestión. Por un momento se quedó de